lunes, 14 de septiembre de 2009

* Rainiero III de Mónaco

 

 

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(Montecarlo, 1923 - 2005) Príncipe de Mónaco que reinó durante 55 años (1950 - 2005) y convirtió el minúsculo principado en un Estado independiente y en un paraíso fiscal.

Rainiero Louis Henri Grimaldi nació en Montecarlo (Mónaco) el 31 de mayo de 1923, hijo de Pierre Melchior, conde de Polignac, y de la princesa Carlota Luisa Grimaldi de Mónaco, duquesa de Valentinois. Príncipe soberano de Mónaco, entre otros títulos nobiliarios ostentaba, además, los de duque de Valentinois, marqués de Baux y conde de Carlades.

Rainiero jamás hubiera llegado al trono si su abuelo Luis II no hubiese reconocido a Carlota, la hija ilegítima que tuvo en 1898, fruto de una efímera aventura amorosa con Juliette Louvet. En 1919 el príncipe reinante, Alberto I, aceptó plenamente a Carlota, quien se convirtió en princesa heredera de Mónaco, que en 1861 había accedido a la categoría de Estado bajo la tutela de Francia.

Carlota contrajo matrimonio con Pierre de Polignac, un aristócrata con el que tuvo dos hijos: Antoinette (1920) y Rainiero. Había cumplido su principal misión: engendrar un heredero al trono de un enclave codiciado por Francia. El 11 de abril de 1950 Rainiero fue coronado como trigésimo príncipe de Mónaco, porque, el 10 de junio de 1944, su madre había renunciado a sus derechos dinásticos. Sucedió a Luis II, fallecido el 9 de mayo de 1949, tras haberse casado, ya anciano, con la actriz Ghislaine Donaget, con quien no tuvo descendencia.

El nuevo monarca tenía ya las ideas muy claras: transformar el principado en un Estado soberano y, a la vez, atractivo para los millonarios. Había pasado una infancia y una primera juventud desagradables. Aún niño, sus padres se divorciaron, y fue recluido en dos estrictos internados ingleses, Summer Fields y Stowe. El panorama cambió cuando se matriculó en la exclusiva escuela Le Rosey, en Lausana (Suiza), donde se graduó en 1939.

La II Guerra Mundial interrumpió sus estudios de historia en la Universidad de Montpellier. A pesar de que Mónaco era oficialmente neutral, el abuelo de Rainiero permitió la presencia de los nazis. Su nieto, radicalmente opuesto a la política expansionista de Hitler, se alistó en la Armada Libre Francesa cuando en 1944 los aliados desembarcaron en Normandía. Alcanzó el grado de teniente y fue condecorado con dos medallas al valor.

A su regreso se encontró con un principado depauperado: el casino, abierto en 1863, el Sporting Club de la Société des Bains de Mer (SBM), que databa de 1856, y el lujoso hotel París, entre otros, estaban prácticamente desiertos. Mientras los comunistas querían convertir Mónaco en una República, otros apostaban por la anexión a Francia, y unos pocos se decantaron con éxito por el joven Rainiero.

La primera piedra la puso su amigo Aristóteles Onassis. El armador griego aportó un millón de dólares en calidad de socio para consolidar la SBM, pero pronto, cuando el príncipe decidió abrir las fronteras a los millonarios del mundo, la participación de Onassis se redujo de forma drástica, por la mayoría de títulos a favor de los Grimaldi. Aun así, la relación entre ambos fue estrecha.

Aunque Rainiero era cortejado por varias mujeres, finalmente se enamoró de la bella actriz Giselle Pascal, quien abandonó su carrera y rompió el romance que mantenía con Yves Montand para instalarse en la villa de Rainiero en Cap Ferrat. La relación, con la oposición de la opinión pública, duró seis años. Finalmente, en 1954, Giselle desapareció de la vida del príncipe.

En mayo de 1955, el joven príncipe reinante, aficionado a los deportes, la pesca submarina y el cine, conoció en el Festival Internacional de Cine de Cannes a Grace Kelly, una actriz elegante, la favorita de Alfred Hitchcock, uno de los pocos hombres a los que Rainiero admiraba, junto al general Charles de Gaulle y el papa Pablo VI. Los acontecimientos se precipitaron: el 6 de enero de 1956 se anunció el compromiso matrimonial y el 19 de abril de ese mismo año se celebró la boda en la catedral monegasca de San Nicolás.

Sin embargo, el enlace fue boicoteado por las monarquías de la época, para las cuales Grace era una intrusa. En cambio, entre los 600 invitados figuraba toda la crême de Hollywood, con Hitchcock al frente como padrino de la novia, que se convirtió en una esposa con glamour que atrajo dinero al principado. Rainiero ganó terreno al mar y levantó rascacielos y edificios de 30 plantas, convirtiendo Mónaco en uno de los enclaves más caros del mundo y en un paraíso fiscal en el que se refugiarían incluso los deportistas de elite. A la hora de su muerte, el principado contaba con 32.000 habitantes censados y 340.000 cuentas corrientes, mientras que la fortuna personal de Rainiero se cifró en unos 2.000 millones de euros.

Pero el éxito no fue parejo en el ámbito personal y familiar. Grace se adaptó como pudo a la vida palaciega, con la hostilidad de la familia de Rainiero, sobre todo de su cuñada Antoinette, quien renunció a la vicepresidencia de la Cruz Roja cuando Grace fue nombrada presidenta. Grace y Rainiero eran empero felices. La ex actriz pronto se puso a la altura de una primera dama: aprendió francés y se esmeró en impregnarse de la historia monegasca y del protocolo de las familias reales europeas.

El 23 de enero de 1957 nació Carolina, alegría que se duplicó cuando, el 14 de marzo de 1958, nació Alberto, quien aseguraba la continuidad dinástica. A partir de aquel momento empezó la época dorada del principado: el Ballet de Montecarlo, el Festival Internacional del Circo, el Baile de la Rosa o la Gala de la Cruz Roja, el Gran Premio de Fórmula I…

Raniero fue absolutista. En 1962 se proclamó sin embargo una nueva Constitución que restaba poder al príncipe, otorgaba el derecho de voto a las mujeres y establecía libertades sindicales y de asociación, con lo que Mónaco se convirtió en una monarquía “moderna”, con un estilo de vida que rompería moldes, sobre todo con la vida de la princesa Estefanía, que nació el 1 de febrero de 1965.

Los sinsabores no se hicieron esperar. El 29 de junio de 1978 Carolina, con apenas veintiún años, se casó con el “cazafortunas” Philippe Junot, de treinta y siete, de quien se divorció dos años después, sin hijos. Mientras, la adolescente Estefanía mostraba un temperamento rebelde, aunque su madre la protegía. Entonces ocurrió la gran desgracia: el 14 de septiembre de 1982, Grace murió en un accidente de coche cuando regresaba a Mónaco con Estefanía. Esta tragedia marcaría la futura vida de los Grimaldi.

Rainiero jamás se repuso de aquel duro golpe del destino. La muerte de su esposa sirvió al menos para que Carolina sentara la cabeza y ejerciera con dignidad el papel de primera dama. El 29 de diciembre de 1983, con la aquiescencia paterna, contrajo matrimonio con el italiano Stephano Casiraghi, quien le dio su primer hijo, Andrea (1984), al que seguirían Carlota (1986) y Pierre (1987).

Cuando la normalidad parecía restablecida, la desgracia se cebó de nuevo con la familia: en octubre de 1990 Casiraghi falleció en un accidente con su lancha fueraborda. Por si fuera poco, Estefanía empezó a escandalizar a causa de su relación amorosa con un guardaespaldas, Daniel Ducruet, con quien tuvo dos hijos extramatrimoniales: Luis (1992) y Paulina (1994). Aunque en junio de 1995 se casó con Ducruet, se divorció al año siguiente. Estefanía tuvo otra hija, Camila (1998), de otro guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb. Finalmente, en 2003 se casó con Adam Lopes Peres, de quien también se divorció un año después.

Por su parte, Carolina, más pendiente de la salud de su padre que de su propia imagen, se había casado el 23 de enero de 1999 con Ernesto de Hannover. El 20 de julio de aquel mismo año nació su hija Alejandra.

Para entonces la salud de Rainiero, rodeado de nietos y preocupado por la persistente soltería de Alberto, estaba ya muy deteriorada. En 1999 fue operado del corazón por segunda vez, tras la intervención de 1994. A partir de 2000 visitó con frecuencia el quirófano y, entre diciembre de 2003 y febrero de 2004, fue hospitalizado en tres ocasiones. Finalmente, ingresado desde el 7 de marzo de 2005 en el Centro Cardio-Torácico de Mónaco, falleció el 6 de abril víctima de diversas afecciones.

El 15 de abril se celebró el funeral con asistencia de delegaciones de 61 países, en un momento en que el mundo estaba más pendiente de lo que ocurría en Roma a raíz de la muerte del Papa. Fue enterrado junto a su esposa que, en sus propias palabras, fue “la única mujer a la que he querido en mi vida”. Le sucedió en el trono Alberto, de cuarenta y siete años, que tomó el nombre de Alberto II.

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1000 INVITADOS ACUDIERON A LA BODA

                    Mil invitados acudieron a la boda.

 

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Esta era la parte bonita de su vida pero no todo es como parece.

 

 

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Desde el día que se convirtió en princesa de Mónaco, Grace había perfeccionado un disfraz impenetrable de corrección. En público era siempre la princesa elegante, modelo de reserva y compostura. Varios entrevistadores la describieron como “ensayada” y “rígida”;

su sonrisa “era de plástico”  y “congelada”;sus respuestas “aburridas”.

Esta reacción de Grace permite entrever la infelicidad que va a crecer en ella en la década de los setenta . Aunque muy ocupada por sus obligaciones de princesa Grace raramente se sintió recompensada por ellas. Al acercase el decimo aniversario de boda, el príncipe Rainiero le preguntó que quería como regalo. Ella le respondió: “ Un año libre.” No lo obtuvo, ni entonces ni nunca. En una carta de 1979 escribió sobre el retorno a Mónaco de un viaje a Estados Unidos para enfrentarse “a una cantidad de una tontería social y millares de turistas sudados”.

Después de la ceremonia los novios pasearon en Rolls Royce por Mónaco.

despues de la ceremonia los novios pasearon en Rolls Royce por Mónaco.

El príncipe Rainiero no quería que Grace se viera envuelta en actividades que la alejaran de Mónaco durante meses seguidos, pero ella siguió con su plan a pesar de todo. Cada vez que que Grace se preparaba para alejarse de la casa por un nuevo proyecto, se producía una pelea  pero, a diferencia de antes,Grace no capitulaba ante las exigencias de su marido.

La respuesta de Rainiero consistía en ignorar totalmente cualquier  actividad en la que se ocupaba Grace; a partir de mediados de los años sesenta, ni Grace ni Rainiero se esforzaron  mucho en dejarse ver juntos. El se negó durante dos años a asistir  a ninguno de sus recitales poéticos; Sólo cuando cayó en la cuenta que el éxito de su esposa representaba un factor diplomático positivo para Mónaco asistió a unos de sus programas. Cuando a ella la homenajearon por su carrera de actriz en una gala llena de estrellas, en Filadelfia (Estados Unidos), en 1982, el se quedó en casa.

 

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Hubo otras rupturas más serias entre Grace y Rainiero en los años que precedieron a su muerte. Por entonces se publicaron informaciones de que cuando Grace estaba en casa,en Mónaco, la pareja no ocupaba el mismo dormitorio en el palacio. Bill Hegner,amigo de la familia principesca, dijo al autor Arthur Lewis, en 1997: “A pesar de que tuvieron tres hijos, los príncipes no se entendían demasiado bien físicamente.Ella cumplió su obligación y ambos aguantaron porque les resultaba mutuamente beneficioso.Ahora ella podía vivir en París  y reunirse de nuevo con sus amigos. Grace Viajaba mucho…”

En Mónaco abundaban los rumores de que el príncipe Rainiero estaba manteniendo amigas extramatrimoniales y se llegaron a imprimir esos rumores varios meses antes de la muerte de Grace. Ella, aparentemente,estaba al tanto de las infidelidades de su marido..Recuerda Don Richardson: “ Ella me solía escribir y se quejaba de las mujeres que Rainiero tenía en París, lo que le producía mucha infelicidad”

Grace, por su parte, parece ser que nunca tuvo aventuras extramatrimoniales. Nunca se mencionó que Grace tuviera un amante, excepto Robert Dornhelm, y este declara:” Dudo mucho que la princesa Grace tuviera aventuras con nadie ¿como podía tenerlas,si a todas las partes que iba la seguían como perros los reporteros y los fotógrafos? Estos la traían loca. A mi me gustaría pensar que Grace tuvo aventuras, porque le habría hecho bien. Pero yo realmente no se como hubiera podido arreglárselas  para tenerlas. 

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OBIT RAINIER Grace Kelly Grace llevó un velo de 90 metros de tul.

                 Grace llevó un velo de 90 metros de tul.

Treinta millones de personas vieron la boda por televisión

Treinta millones de personas vieron la boda por televisión.

 

Su corona fué expuesta en Nueva York

                    Su corona fué expuesta en Nueva York.

Regalo de Aristoteles Onasis

                           Regalo de Aristóteles Onassis.

Anillo de  pedida

                                     Anillo de pedida.

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Los principes de Mónaco y Carolina 

Palacio del príncipe de Mónaco

                           Palacio del príncipe  de Mónaco.

Casino de Monaco

                                   Casino de Mónaco.

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