viernes, 26 de febrero de 2010

Felipe II de España.


Rey de España, Portugal, Nápoles, Sicilia, Cerdeña, Inglaterra e Irlanda, Duque de Milán, Soberano de los Países Bajos y Conde de Borgoña.

Portrait_of_Philip_II_of_Spain_by_Sofonisba_Anguissola_-_002b                         Casa de Austria.    
 Felipe II por Sofonisba Anguissola, 1565 (Museo del Prado)

   
Felipe II de Austria (o Habsburgo), llamado El Prudente, fue Rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte, de Nápoles y Sicilia desde
1554 y de Portugal y los Algarves (como Felipe I) desde 1580, realizando una ansiada unión dinástica con Portugal, que duró 60 años. Fue asimismo Rey de Inglaterra, por su matrimonio con María I Tudor, entre 1554 y 1558.
Hijo y heredero de Carlos I de España e Isabel hija de Manuel I de Portugal, hermano de María de Austria y Juana de Austria, nieto por vía paterna de Juana I de Castilla y Felipe I y de Manuel I de Portugal y María de Castilla por vía materna. Murió a los 71 años de edad el 13 de septiembre de 1598, tras pasar unos años en unas condiciones de vida malas debido a la enfermedad que padecía, y que se agravaba con el paso del tiempo.


Felipe II y su segunda esposa María I Tudor, reyes de Inglaterra.

Felipe II se casó en primeras nupcias con su prima hermana, la infanta María Manuela de Portugal  el 15 de noviembre de 1543. Tuvieron un único hijo:

Red roseCarlos de Austria (1545-1568), príncipe de Asturias.

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María Manuela de Portugal, nieta de Juana de Castilla, sobrina nieta de Catalina de Aragón

Casó en segundas nupcias con la prima hermana de su padre Carlos, la reina María I de Inglaterra (1516-1558), en Winchester el 25 de julio de 1554. No tuvieron hijos.

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REINA MARIA TUDOR DE INGLATERRA Y REINA CONSORTE DE ESPAÑA.

Su tercer matrimonio con Isabel de Valois (1546-1568) tuvo lugar el 22 de junio de 1559. Tuvieron cinco hijas:

Red roseDos niñas gemelas (agosto de 1564), aborto espontáneo.

Red roseIsabel Clara Eugenia (1566-1633), casada con su primo hermano, el archiduque Alberto de Austria.

Red roseCatalina Micaela (1567-1597), casada con Carlos Manuel I, Duque de Saboya.

Red roseJuana (3 de octubre de 1568), murió a las pocas horas de nacer.

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INFANTA ISABEL CLARA EUGENIA. HIJA DE ISABEL DE VALOIS Y FELIPE II

Casó en cuartas nupcias con su sobrina la archiduquesa Ana de Austria (1549-1580), el 14 de noviembre de 1570. Ana era hija de Maximiliano II de Habsburgo (primo de Felipe) y de María de Austria y Portugal (hermana de Felipe). La pareja tuvo cuatro hijos y una hija:

Red roseFernando (4 de diciembre de 1571-18 de octubre de 1578), príncipe de Asturias.

Red roseCarlos Lorenzo (12 de agosto de 1573-30 de junio de1575).

Red roseDiego Félix (15 de agosto de 1575-21 de noviembre de 1582), príncipe de Asturias.

Red roseFelipe (14 de abril de 1578-31 de marzo de 1621), príncipe de Asturias, futuro rey de España como Felipe III.

Red roseMaría (14 de febrero de 1580-5 de agosto de 1583).

María Ana de Saboya-z

                      Ana de Austria

Quedando finalmente resuelto el problema de la descendencia, Ana de Austria moriría en 1580. Felipe II no volvería a casarse.

Las esposas de Felipe II no fueron las únicas que compartieron la vida intima del rey. Los rumores hablan  de muchas supuestas amantes y de hijos ilegítimos que nacieron de unas de estas relaciones.  Apuntan amores con Catalina Laínez, Eufrasia de Guzmán, Doña Elena Zapata,Catalina Leney , Magdalena Dacre, la vizcondesa de Montague. Incluso se dice que Felipe II estaba encaprichado con Isabel I, hermana de su tercera mujer María Tudor. Sin embargo, las más difundidas implican en particular a dos mujeres : Isabel de Osorio y Ana de Mendoza, princesa de Éboli que mantuvieron con él relaciones  que marcaron sin duda su vida.

15 años de amor con Isabel de Osorio, ” la dama de Saldañuela “.

Su relación con Isabel de Osorio duró 15 años y se dice que nacieron de este amor dos hijos : Bernardino y Pedro.

           Isabel de Osorio era hija de María de Rojas y Pedro de Cartagena, señor de Olmillos y regidor de Burgos.

Se supone que esta relación empezó poco antes de su enlace con María Manuela de Portugal , su primera esposa como lo deja entender  Guillermo de Orange en su Apología, libro en el que relataba las supuestas barbaridades atribuidas a su rival Felipe y que fue al origen de la Leyenda Negra. En efecto, afirmaba que cuando este se casó por primera vez con su prima María Manuela de Portugal ,  ya estaba desposado con Isabel de Osorio.  También se supone que es en la corte donde se conocieron ya que  Isabel de Osorio era dama de compañía de su madre, la emperatriz Isabel.

Lo que sabemos de seguro es que el joven príncipe  se enamoró perdidamente de esta mujer 10 años mayor que él y tuvo a lo largo de su vida una importancia cierta, hasta hacer construir para ella, tras finalizar su relación apasionada con ella,  un magnifico palacio (el palacio de  Saldañuela ) en un pueblo burgalés. Lo que provocó el enojo y los celos de sus vecinos que empezaron a llamar a el palacio  ” La casa de la puta del rey “.  Incluso se rumoreó una boda secreta con ella.

También le dejó Felipe una notable fortuna en dinero y joyas, cuyo detalle figuró en el Archivo de Simancas.

Por fin otro elemento muy revelador del amor intenso que el rey  sentía para ella,es que se atrevió a pedir a  Tiziano (pintor veneciano con quien compartía una relación de amistad estrecha) que pintara una serie  de cuadros de inspiración mitológicos pero con el rostro de Isabel de Osorio. Se dice que el rey quiso que las dos primeras obras fueran de un marcado erotismo. Así, uno de ellos representa a una diosa desnuda en actitud  provocadora.

Dánae recibiendo la lluvia de oro, cuadro de Tiziano (1553). Museo del Prado

La segunda entrega de Tiziano, Venus y Adonis, fue enviada directamente desde su taller de Venecia a Londres. Dicen que ambos poseen los rostros de la pareja de amantes, de Felipe e Isabel.

Venus y Adonis, cuadro de Tiziano (1553). Museo del Prado

Fue el matrimonio de Felipe con su tercera esposa Isabel de Valois que fue al origen de la forzada separación.

Isabel de Isorio vivió allí retirada y sin ninguna relación conocida hasta su muerte y fue enterrada en la iglesia del pueblo que ella misma fundó.

La leyenda de sus amores con Ana de Mendoza, princesa de Éboli

                           Princesa de Éboli

Hija única de Diego de Mendoza (Príncipe de Mélito y nieto del Gran Cardenal Mendoza)  y  de Catalina de Silva, Ana de Mendoza y de la Cerda era entonces descendiente de una poderosa familia aristocrática castellana.

Descrita como ” enigmática, bella, inteligente y ambiciosa” , la leyenda dice que tras la muerte de su esposo Ruy Gómez de Silva (hombre de confianza y amigo del rey) , la princesa de Éboli fue la supuesta amante de Felipe II y de su secretario Antonio Pérez a la vez.

Considerada como una de las mujeres más poderosas de España en la corte de la época, aprovechó la influencia de Pérez y su conocimiento de los secretos de Estado para satisfacer sus ambiciones políticas y sus necesidades económicas.
De carácter “ dominante y altivo, voluble, rebelde y apasionado” fue implicada en las intrigas de la corte : se dice que  junto a Antonio Pérez, mantuvieron  negociaciones  con los rebeldes flamencos y portugueses, traicionando pues al rey. Parece probable también una intriga compleja de Ana y Antonio acerca de la sucesión al trono vacante de Portugal y contra Don Juan de Austria en su intento de casarse con María Estuardo.El caso es que Juán de Escobedo (secretario de Don Juán de Austria y hermano bastardo del rey) había descubierto esos hechos y de sus amores con el secretario de Felipe II. Se dice que temiendo una posible denuncia, Ana  se le acusó de una grave conspiración política urdida con Juan de Austria y  así instigó su asesinato  logrando convencer el rey de sus supuestas intrigas.

Más tarde, el rey se dio cuenta de la superchería y de la traición de los dos amantes. Finalmente Ana fue arrestada con Antonio en 1579.

             Torreón de Pinto ( Madrid )

Todo esto la condujo evidentemente  a perder el favor real y a ser desposeída de todos sus bienes y derechos y a verse encarcelada en el torreón de Pinto ( Madrid ) luego al castillo de San Torcaz (dado a su delicado estado de salud y las malas condiciones del torreón) y, posteriormente a su palacio de Pastrana (en Guadalajara) con su hija menor Ana ,que la acompañó en su reclusión durante más de  11 años de su vida y pues hasta su muerte.

       Palacio Ducal de Pastrana ( Guadalajara )

Así según Queralt  ” fue la depositaria de la venganza que el rey quería ejercer sobre Antonio Pérez

Durante la época del Imperio español, surgen dos leyendas en Europa  que vinculados imágenes del Imperio muy contradictorias por todo el continente  : o sea excesivamente negativa  o excesivamente positiva.

  • La leyenda negra

” La leyenda negra se fundamenta principalmente en relatos de viajeros, peregrinos, comerciantes, emigrantes, exiliados de la época y hasta en las mismas tropas españolas, pero se apoya, además, en hechos históricos como la expulsión de los moriscos y los judíos.

Esta leyenda negra surge en Europa debido a las numerosas guerras internacionales que mantenía el Imperio y que lo convertían en un enemigo potencial para todos los países cuya religión no era la defendida por éste (la religión católica), es decir, para los protestantes, luteranos, anglicanos o calvinistas de Inglaterra, Holanda, etc., que temían que al imponer una religión universal, Felipe II querría convertirse en Monarca Universal.

En efecto, como su padre Carlos V, recordamos que Felipe II hizo de la defensa de la fe católica una prioridad y en esta empresa tan importante ante sus ojos, fue también presentado como un monstruo fanático y despótico por sus enemigos hasta ser apodado : ” el demonio del Mediodía”.

Esta leyenda fue  favorecida por muchos elementos :

Ilustración de Theodor de Bry (1528–1598) inspirada en el siguiente pasaje de la Brevísima de fray Bartolomé de Las Casas:

–  La explotación de libros como Exposición de algunas mañas de la Santa Inquisición española de Reginaldo Gonzalo Montanés o  de algunas obras de fray Bartolomé de las Casas, particularmente la titulada  Brevísima relación de la destrucción de las Indias que “se propone denunciar los destructivos efectos que tuvo para los pueblos indígenas de América la temprana colonización española.”

Muchas obras  fueron así utilizadas para alimentar  la leyenda negra española acusando el Imperio de fanatismo y crueldad a través de la Santa Inquisición y denunciando atrocidades cometidas por los españoles en la conquista de América.

– La Apología , que fue escrita por Guillermo de Orange y que acusa Felipe II del asesino de su propio hijo Carlos y de su esposa Isabel de Valois por motivos muy oscuros. En efecto, en su obra, Guillermo de Orange nos entera de una relación apasionada entre Felipe II y su sobrina Ana de Austria que llevó el rey a planear la muerte de su mujer y de su hijo para poder casarse con ella. Explica que al descubrir una relación intima entre los dos, aprovechó la situación. Así, tras enviudarse pudo conseguir la Sante Sede con el motivo de la falta de sucesor y entablar la relación tan deseada con Ana de Austria.

Sin embargo,ya que no se ha encontrado evidencia alguna que justifique estas acusaciones y la supervivencia de la leyenda sobre don Carlos se debe sobre todo a la popularidad de la ópera de Verdi.

– Muchos rumores relacionadas con la vida privada de Felipe II.

Por ejemplo, la que denuncia la relación secreta del rey con Ana de Mendoza y que dice que su segundo hijo Diego era en realidad el hijo ilegitimo del rey o la que dice que  vivía amancebado con su propia hermana Juana. Así, numerosos rumores fueron difundidos con insistencia para proponer una imagen muy extrema de Felipe II : la imagen de un monstruo sanguinario, cruel, sombrío, celoso, fanático y mujeriego.

  • La leyenda rosa

Varios historiadores e investigadores relacionan la leyenda negra antiespañola y anticatólica, con su contracara, la «leyenda blanca» (Gibson), «leyenda rosa» (García Cárcel) o «dorada» (Blasco Ibáñez, Juderías), propagandista de las conquistas de la España católica. Esta otra leyenda es defendida por numerosos autores pro-españoles de países como Inglaterra e Italia, que resaltan valores españoles como la astucia, la prudencia, el amor a la patria, etc., así como por los propios españoles, que exaltan la lengua, la cultura y la monarquía de Felipe II.

Rey de Inglaterra e Irlanda

El 25 de julio de 1554 Felipe se casó con la reina María I Tudor de Inglaterra. Al final de la ceremonia fueron proclamados:

Felipe y María, por la gracia de Dios, rey y reina de Inglaterra,Francia, Nápoles, Jerusalén, Irlanda. Defensores de la Fe, príncipes de España y Sicilia, Archiduques de Austria, Duques de Milán, Borgoña y Barbante, Condes de Habsburgo, Flandes y el Tirol, en el primero y segundo año de su reinado.


Las cláusulas matrimoniales eran muy rígidas (equiparables a las de los Reyes Católicos) para garantizar la total independencia del Reino de Inglaterra. Felipe tenía que respetar las leyes y los derechos y privilegios del pueblo inglés. España no podía pedir a Inglaterra ayuda bélica o económica. Además, se pedía expresamente que se intentara mantener la paz con Francia. Si el matrimonio tenía un hijo, se convertiría en heredero de Inglaterra, los Países Bajos y Borgoña. Si María muriese siendo el heredero menor de edad, la educación correría a cargo de los ingleses. Si Felipe moría, María recibiría una pensión de 60,000 libras al año, pero si María fuese la primera en morir, Felipe debía abandonar Inglaterra renunciando a todos sus derechos sobre el trono.

Felipe actuó conforme a lo estipulado en el contrato matrimonial, encontrándose con fuerte resistencia por parte de los cortesanos y los parlamentarios ingleses, lo que se llegó a manifestar en un intento de asesinato abortado en marzo de 1555 en Westminster. Sin embargo, ejerció una notoria influencia en el gobierno del reino, ordenando la liberación de nobles y caballeros presos en la Torre de Londres, por haber participado en rebeliones anteriores contra la reina María, y actuando de forma vital para la reintegración de Inglaterra en la Iglesia católica. Tras su partida a los Países Bajos, un Consejo Escogido de ingleses enviaba misivas a Felipe demandando su opinión y recomendaciones sobre los distintos asuntos de gobierno que debatía, llegando a seguir fielmente las directrices que el rey les hacía llegar posteriormente.​ Durante una parte importante de su reinado estuvo ausente, especialmente a partir de 1556, cuando su padre abdicó en él en las Coronas de España, Sicilia y Cerdeña.Tras la muerte, el 1 de noviembre de 15, de Francisco II, último Sforza, el Ducado de Milán quedó sin soberano. Los reyes de Francia, emparentados con la familia Visconti, reclamaban el ducado. Esta fue una de las causas de las sucesivas guerras italianas. Francisco I vio en la muerte del duque de Milán una nueva oportunidad para hacerse con el territorio, originando una tercera guerra contra Carlos I de España, que acabó con la Tregua de Niza en 1538.

El 17 de noviembre de 1558, encontrándose en los Países Bajos, la reina María I Tudor falleció sin haber tenido descendencia. Su hermana ascendió al trono como Isabel I de Inglaterra, reconocida como tal por el ya ex rey Felipe. Soberano de los Países Bajos y duque de Borgoña

En 1555 Carlos I, ya mayor y cansado, decidió renunciar a más territorios en favor de su hijo Felipe. El 22 de octubre del mismo año, Carlos abdicó en Bruselas como Soberano Gran Maestre de la Orden del Toisón de Oro. Tres días después, en una grandiosa y ostentosa ceremonia ante decenas de invitados, se produjo la abdicación como soberano de los Países Bajos de los Habsburgo. La renuncia al Condado de Borgoña tuvo lugar el 10 de junio de 1556.​

Carlos pensó que España defendiese desde esos territorios al Sacro Imperio Romano Germánico, más débil que Francia. A diferencia de Castilla, Aragón, Nápoles y Sicilia, los Países Bajos no eran parte de la herencia de los Reyes Católicos y veían al monarca como un rey extranjero y lejano. Los estados del norte pronto se convirtieron en un gran campo de batalla, ayudados por Francia e Inglaterra, que explotaron la situación de rebelión constante de Flandes para debilitar a la Corona Hispánica.

Rey de España, Sicilia y las Indias

El 16 de enero de 1556 Carlos I, en sus habitaciones privadas y sin ninguna ceremonia, cedió a Felipe la Corona de los Reinos Hispánicos, Sicilia y las Indias. Felipe ya desempeñaba funciones de gobierno desde 1544, después de que Carlos I escribiera en 1543, a su regreso a España, las Instrucciones de Palamós, que preparaban a Felipe para la regencia de los reinos peninsulares hasta 1550 cuando éste aún tenía dieciséis años.​ Aunque durante su juventud vivió doce años fuera de España en Suiza, Inglaterra, Flandes, Portugal, etc., una vez convertido en Rey de España fijó su residencia en Madrid y potenció el papel de esta ciudad como capital de todos sus reinos.

Rey de Portugal

Dominios europeos y norteafricanos de Felipe II hacia 1580

El 4 de agosto de 1578, tras la muerte sin descendientes del rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir, en Marruecos, heredó el trono su tío abuelo, el cardenal Enrique I de Portugal. Durante el reinado de éste, Felipe II se convirtió, como hijo de Isabel de Portugal, en candidato al trono portugués junto a Antonio, el Prior de Crato y nieto del rey portugués Manuel I, Catalina de Portugal y los duques de Saboya y Parma. Felipe recibió el apoyo de la nobleza y el alto clero y el Prior de Crato fue apoyado por la gran mayoría del pueblo.

A la muerte de Enrique I, el Prior de Crato se autoproclamó Rey de Portugal el 24 de julio de 1580. Ante tal hecho, Felipe II reaccionó enviando a un ejército al mando de Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, el Gran Duque de Alba, para luchar contra el Prior de Crato y reclamar sus derechos al trono. La batalla de Alcántara culminó una rápida y exitosa campaña militar que obligó a Antonio a huir y refugiarse en las islas Azores, de donde fue desalojado en 1583 tras la batalla de la Isla Terceira.

Cultura y arte

El gobierno de Felipe II coincidió con la etapa histórica conocida como el Renacimiento. Aunque el cambio ideológico no fue tan extremo como en otros países; no se rompió abruptamente con la tradición medieval, no desapareció la literatura religiosa y fue durante el Renacimiento cuando surgieron en España autores ascéticos y místicos.

La literatura religiosa estuvo encabezada por escritores como santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz, fray Luis de Granada, fray Luis de Molina, san Juan de Ávila y fray Juan de los Ángeles. Miguel de Cervantes empezó a escribir sus primeras obras. La poesía lírica renacentista de este se dividió en dos escuelas: la Salmantina (Fray Luis de León) y la Sevillana (Fernando de Herrera). La poesía épica culmina con Alonso de Ercilla, quien dedica La Araucana a Felipe II. En el teatro destaca Lope de Rueda, uno de los primeros actores profesionales españoles, considerado precursor del teatro de Lope de Vega, quien aún acaparará más importancia en el reinado de Felipe III, al igual que Miguel de Cervantes.

Entre los pintores más famosos destacaron el Greco, Tiziano, Antonio Moro o Brueghel el Viejo. Alonso Sánchez Coello fue el pintor de cámara de Felipe II. Fue el apogeo de los arquitectos españoles, entre ellos: Juan de Herrera, Juanelo Turriano, Francisco de Mora o Juan Bautista de Toledo, que tuvo como resultado la aparición de un nuevo estilo, que se caracterizó por el predominio de los elementos constructivos, la ausencia decorativa, las líneas rectas y los volúmenes cúbicos. Este estilo fue bautizado posteriormente como estilo herreriano. Estos afamados arquitectos construyeron edificios religiosos y mortuorios como el monasterio de El Escorial o la catedral de Valladolid; civiles o administrativos como la Casa de la Panadería de Madrid o la Casa de la Moneda de Segovia, y militares como la Ciudadela de Pamplona.

Los compositores más notables de música sacra durante el reinado de Felipe II fueron Tomás Luis de Victoria y Francisco Guerrero. También se publicó en 1576 uno de los últimos libros de vihuela: El Parnaso de Esteban Daza, Alonso Lobo compuso su conocida obra Versa est in luctum a la muerte de Felipe II.

De hecho, a esta época, en la que sobresalieron escritores y dramaturgos de gran talla, y acababan de nacer los que se destacaron bajo el gobierno de Felipe III, se le conoce como el Siglo de Oro o el apogeo de la cultura española.

En cuanto a la ciencia, Felipe II ejerció de mecenas en proyectos científicos, especialmente centrados en matemáticas, geografía e ingeniería naval. Sobre esto último, Felipe II convocó el primer debate moderno sobre ingeniería naval, ya que su objetivo era que la armada naval española superará a la de otros países como Inglaterra.

También fundó la primera academia de matemáticas de Europa, dándole lugar al lado del Palacio Real, y contratando a estudiosos de toda Europa para que estudiaran temas de diferente índole.

Política interior de Felipe II

La política interior de Felipe II se caracteriza por cambios que se mantendrían durante siglos en la Corona Española, y por el hacer frente a numerosos problemas internos, tanto de su propia familia como de problemas religiosos.

Una de las medidas de política interior más importante fue la de la sucesión.El primer hijo del rey, el príncipe Carlos, era alguien con un gran desequilibrio mental, intentando incluso conspirar contra su padre con la ayuda de los rebeldes flamencos. Tras una serie de atentados el príncipe fue detenido y encarcelado, muriendo poco tiempo después. No fue hasta su cuarto matrimonio que Felipe II tuvo un descendiente varón que pudiera tomar la corona, Felipe III.

La época de Felipe II también estuvo marcada por distintas rebeliones y revueltas. Una de ellas fue la Rebelión de Alpujarras, donde la población morisca se levantó en armas contra el rey debido a una ley que coartaba sus libertades. Felipe II deportó a los moriscos a diferentes partes del reino, aunque los moriscos habían reducido su número considerablemente. Pero los moriscos no fueron los únicos que se levantaron contra el rey, tras el arresto del antiguo secretario del rey, Antonio Pérez, los aragoneses comenzaron revueltas contra Felipe II, el rey resolvió la disputa mediante la fuerza.

Pero lo más importante de las políticas interiores del rey prudente fueron su reformas administrativas, algunas de las cuales son las siguientes.

* Fijó a Madrid como sede de la corte, y por tanto primera capital permanente de la Corona Española.

* Reformó la red de caminos, situando posadas en ellos e intentando que fueran lugares más seguros.

* Realizó innovaciones militares, mejorando a los tercios, una de las mejores unidades militares de la historia. Algunas de estas mejoras fueron la aparición de unidades militares especializadas en armas de fuego, y las nuevas formas de asedio.

* También se mejoró el combate marítimo, destacando la utilización de un gran número de galeones.

* Mejoró el sistema de comunicaciones entre los diferentes encargados políticos, siendo los mensajeros más rápidos de la época.

* Se creó una monopolio del comercio con las Indias, gracias a lo cual España se convirtió en el país más rico del mundo.

Política exterior

El gran imperio que controlaba Felipe II hacía que la política exterior fuera muy importante, especialmente el referido a las guerras que tuvo que afrontar contra otros países que buscaban territorios españoles, o reducir la influencia económica que el Imperio Español había conseguido tener.

Las batallas más importantes fueron:

* Las guerras italianas contra Francia: La guerra contra Francia fue causada especialmente por el apoyo de estos a los rebeldes flamencos. Estas guerras terminaron con la rendición francesa, y con la confirmación de España como la primera potencia mundial.

* Conflicto con Holanda: Los habitantes de Holanda veían al Imperio Español como algo extranjero, y eso provocó una serie de revueltas por la libertad que conllevarían el inicio de la Guerra de los Ochenta Años. Este conflicto se inició en época de Felipe II, pero duró varias generaciones de monarcas españoles.

* El conflicto con Inglaterra: Felipe II luchó contra Inglaterra por diferentes motivos, por razones religiosas, por los corsarios ingleses que atacaban los barcos españoles, y por la ayuda que los ingleses daban a los rebeldes flamencos. La guerra fue marítima, el único campo en el que los ingleses podían competir contra los españoles. Fue en esta guerra en la que España sufrió la horrible derrota de la Armada Invencible, la que para muchos fue el comienzo del declive del Imperio Español.

* Los turcos: El Imperio Otomano fue otro de los contrincantes de Felipe II. Los turcos eran la única potencia del mundo que podía enfrentarse a los españoles. Este fue un conflicto religioso, heredado del padre de Felipe II.

Murió a los 71 años de edad el 13 de septiembre de 1598, tras pasar unos años en unas condiciones de vida malas debido a la enfermedad que padecía, y que se agravaba con el paso del tiempo.Sus restos descansan en la cripta real del Monasterio de El Escorial.
Desde su muerte fue presentado por sus defensores como arquetipo de virtudes, y como un monstruo fanático y despótico por sus enemigos. Esta dicotomía entre la Leyenda Negra y la Leyenda Blanca o Rosa fue favorecida por el propio Rey Prudente, que se negó a que se publicaran biografías suyas en vida y ordenó la destrucción de su correspondencia. Aún hoy en día, la historiografía anglosajona y protestante representa a Felipe II como un ser fanático, despótico, criminal monstruo imperialista y genocida. Sus victorias fueron minimizadas hasta lo anecdótico (salvo unos pocos ejemplos como la Batalla de Lepanto) y sus derrotas magnificadas en exceso, a pesar de que no supusieron grandes cambios políticos o militares, como la pérdida de una pequeña parte de la Grande y Felicísima Armada debido a un fuerte temporal, que además los  historiadores anglosajones "transformaron" en una gran victoria inglesa.  
Durante su gobierno, el Imperio español dirigió la exploración global y la extensión colonial a través del Atlántico y Océano Pacífico,convirtiéndose durante mucho tiempo en el principal país y potencia europea en todo el mundo. Su imperio, el Imperio español se convirtió bajo su gobierno en el primer imperio global, porque por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes, las cuales, a diferencia de lo que ocurría en el Imperio romano o en el Carolingio, no se comunicaban por tierra  las unas con las otras.
 

Tras la muerte, el 1 de noviembre de 1535, de Francisco II, último Sforza, el Ducado de Milán quedó sin soberano. Los reyes de Francia, emparentados con la familia Visconti, reclamaban el ducado. Esta fue una de las causas de las sucesivas guerras italianas. Francisco I vio en la muerte del duque de Milán una nueva oportunidad para hacerse con el territorio, originando una tercera guerra contra Carlos I de España, que acabó con la Tregua de Niza en 1538.
En 1540 el ducado seguía sin soberano, estando a cargo de un gobernador. En un primer momento, el propio Carlos I pensó nombrarse a sí mismo duque, ya que Milán era un Estado feudatario del Sacro Imperio Romano Germánico y, el emperador tenía potestad para conceder el título. Pero esto podría ser considerado un casus belli en Francia, y además, dañaría su imagen de libertador y no conquistador. Entonces decidió conceder el título al príncipe Felipe. El 11 de octubre de 1540 fue investido Felipe como duque de Milán. La ceremonia fue secreta y no se consultó con los príncipes electores para evitar problemas internacionales


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          Real Monasterio de El Escorial (Madrid)

Estatua de Felipe II (1750) por Felipe de Castro, en los Jardines de Sabatini, en Madrid.
                         

El príncipe Carlos y el problema dinástico

El príncipe Carlos nació en 1545, hijo de su primera esposa María de Portugal con la que se casó dos años antes y la cual murió en el parto. Caracterizado por su desequilibrio mental, de muy posible origen genético pues
Felipe II tenía cuatro bisabuelos (en lugar de los ocho naturales) y seis tatarabuelos (en lugar de dieciséis), tuvo una complexión débil y enfermiza. Fue educado en la Universidad de Alcalá de Henares junto al hermanastro del rey, don Juan de Austria. Conspiró con poco disimulo con los rebeldes flamencos contra su padre. Tras asombrosos escándalos relacionados con esto, como el intento de acuchillar en público al Duque de Alba, fue detenido por su propio padre, procesado y encerrado en sus aposentos. Posteriormente fue trasladado al Castillo de Arévalo donde murió de inanición (se negaba a comer) y en total delirio en 1568. Este terrible hecho marcó profundamente, y de por vida, la personalidad del monarca.
De su segundo matrimonio con María Tudor no hubo hijos, pero de su tercer matrimonio con Isabel de Valois tuvo dos hijas, con lo que al morir en 1568 Isabel de Valois y su primogénito Carlos, Felipe II se encontró con 41 años, viudo y sin descendencia masculina. Éste fue uno de los peores años para Felipe II: a la tragedia personal se unían la rebelión en los Países Bajos y las Alpujarras, el avance imparable de la herejía protestante y calvinista en Francia y Europa Central, la piratería berberisca y el resurgir de la amenaza otomana tras el fracaso del
Sitio de Malta y la muerte de Solimán el Magnífico.
En 1570, Felipe II se casa por cuarta vez, con Ana de Austria, hija de su primo el emperador Maximiliano II, con quien tuvo cuatro hijos, de los cuales sólo uno, Felipe (14 de abril de 1578 – 31 de marzo de 1621), futuro Felipe III, llegó a la edad adulta.
Quedando finalmente resuelto el problema de la descendencia, Ana de Austria moriría en 1580. Felipe II no volvería a casarse.


Felipe, príncipe de Asturias, por Tiziano (1551).

          Rebelión de las Alpujarras


En 1567 Pedro de Deza, presidente de la Audiencia de Granada, proclama la Pragmática bajo orden de Felipe II. El edicto limita las libertades religiosas, lingüísticas y culturales de la población morisca.
Esto provoca una rebelión de los moriscos de las Alpujarras que Juan de Austria reduce militarmente.

La crisis de Aragón y Antonio Pérez

Antonio Pérez, aragonés, fue el secretario del rey hasta 1579. Fue arrestado por el asesinato de Juan de Escobedo (hombre de confianza de don Juan de Austria) y por abusar de la confianza real al conspirar contra el rey.
La relación entre Aragón y la corona estaba algo deteriorada desde 1588 por el pleito del virrey extranjero y los problemas en el condado estratégico de Ribagorza. Cuando Antonio Pérez escapa a Zaragoza y se ampara en la protección de los fueros aragoneses, Felipe II intenta enjuiciar a Antonio Pérez mediante el tribunal de la Inquisición para evitar la justicia aragonesa (la Justicia Mayor aragonesa era teóricamente independiente al poder real). Este hecho provoca una revuelta en Zaragoza, que Felipe II reduce usando la fuerza.
Su padre Carlos I había gobernado como un emperador, y como tal, España y principalmente Castilla habían sido fuente de recursos militares y económicos para unas guerras lejanas, de naturaleza estratégica, difíciles de justificar localmente puesto que respondían a su ambición personal (y aún más, a las ambiciones de la Casa de Austria) y que se habían convertido en carísimas con las innovaciones tecnológicas bélicas. Todo mantenido con los fondos castellanos y con las riquezas americanas, que llegaban a ir directamente desde América a los banqueros holandeses, alemanes y genoveses sin pasar por España.
Felipe II como su padre, fue un rey absolutista, continuó con las instituciones heredadas de Carlos I, y con la misma estructura de su imperio y autonomía de sus componentes. Pero gobernó como un rey nacional, España y especialmente Castilla eran ahora el centro del imperio, con su administración localizada en Madrid. Felipe II no visitó apenas sus territorios de fuera de la península y los administró a través de oficiales y virreyes quizá porque temía caer en el error de su padre, Carlos I, ausente de España durante los años de las rebeliones comuneras; quizá porque, a diferencia de su padre (que aprendió muy mayor el castellano) Felipe II se sentía profundamente español.
Convirtió España en el primer reino moderno, realizó reformas hidráulicas (
presa del Monnegre) y una reforma de la red de caminos, con posadas, con una administración (y una burocracia) desconocida hasta entonces, los administrativos de Felipe II solían tener estudios universitarios, principalmente de las universidades de Alcalá y Salamanca, la nobleza también ocupaba puestos, aunque en menor cantidad. Ejemplos reseñables de su meticulosa administración son:

  • En 1561, Felipe II decide trasladar la sede de la corte y convierte Madrid en la primera capital permanente de la monarquía española. Desde entonces, salvo un breve intervalo de tiempo entre 1601 y 1606, bajo el gobierno de Felipe III, en el que la capitalidad pasó temporalmente a Valladolid, Madrid ha sido la capital de España y sede del Gobierno de la Nación.
  • La Grande y Felicísima Armada (Armada Invencible), de la que se conocía hasta el nombre del ínfimo grumete, mientras que los ingleses no tienen noticia cierta ni siquiera de todos los barcos que participaron.

              Distintos soldados de los Tercios.
  • Los tercios eran las mejores unidades militares de su época. Creados por su antecesor, Carlos I de España, fueron decisivos para Felipe II en las victorias que obtuvo frente a los franceses, ingleses y holandeses en su reinado (ver apartados correspondientes). Eran expertos en tácticas como el asedio (Asedio de Amberes).
  • Aparte de tener los mejores soldados, también disponía de los mejores generales de su época, tanto en tierra como en el mar. De estos destacan Duque de Alba, Alejandro Farnesio, Álvaro de Bazán y Juan de Austria entre otros.
  • Innovaciones militares en todos los sentidos. Aparición de los arcabuceros y mosqueteros, que combatían junto con los piqueros y la Caballería. Asimismo se disponía de artillería: desde cañones de bronce o hierro colado, medios cañones, culebrinas hasta falconetes. En el aspecto táctico, destaca la utilización de ataques por sorpresa nocturnos (Encamisada). Si se trataba de un asedio, los Tercios realizaban obras de atrincheramiento para rodear la plaza y aproximar los cañones y minas a los muros. Uno de los escuadrones se mantenía en reserva para rechazar cualquier tentativa de contraataque de los sitiados.
  • En el mar, destacaba la utilización masiva de galeones, ya que su combinación de tamaño, velamen y la posibilidad de transportar armamento y tropas lo hacían idóneo para las largas travesías oceánicas, combinando así la capacidad de transporte de las naves de carga con la potencia de fuego que requerían las nuevas técnicas de guerra en el mar, permitiendo disponer de barcos de transporte fuertemente armados.
  • Carlos I creó el 27 de febrero de 1537 la Infantería de Marina de España, convirtiéndola en la más antigua del mundo al asignar de forma permanente a las escuadras de galeras del Mediterráneo las compañías viejas del mar de Nápoles. Sin embargo, fue Felipe II el que creó el concepto actual de Fuerza de Desembarco, concepto que aún perdura en nuestros días.
  • Destinó gran cantidad de dinero para crear la mejor red de espionaje de la época. Es muy conocido el uso de la tinta invisible y de la escritura microscópica por parte de los servicios secretos de Felipe II. Bernardino de Mendoza, fue militar, embajador y jefe de los servicios secretos en diversas regiones del Imperio español bajo Felipe II y durante este tiempo estuvo destinado como embajador español en París. Una de las acciones más importantes atribuidas a este antepasado de los actuales servicios secretos, fue el asesinato de Guillermo de Orange a manos de Balthasar Gérard.
El «Camino Español», fue utilizado por primera vez en 1567 por el duque de Alba en su viaje a los Países Bajos, y el último ejército en circular por él lo hizo en 1622.
  • Creación del Camino Español, una ruta terrestre para transportar dinero y tropas desde las posesiones españolas en Italia, hacia los países bajos españoles.
  • El comercio con las colonias españolas estaba fuertemente controlado. Por ley, las colonias españolas sólo podían comerciar con un puerto en España (primero Sevilla, luego Cádiz). Los ingleses, holandeses y franceses trataron de romper el monopolio, pero este duró durante más de dos siglos. Gracias al monopolio, España se convirtió en el país más rico de Europa. Esta riqueza permitió sufragar sobre todo las guerras contra los protestantes del centro y norte de Europa. También causó una enorme inflación en el siglo XVI, lo que prácticamente destruyó la economía española.
  • Felipe II se comunicaba casi diariamente con sus embajadores, virreyes y oficiales repartidos por el imperio mediante un sistema de mensajeros que tardaba menos de tres días en llegar a cualquier parte de la península o unos ocho días en llegar a los Países Bajos.
  • En 1566 realizó una reforma monetaria con el fin de aumentar el valor del escudo de oro, y se pusieron en circulación diferentes especies de vellón rico.
  • En 1567 Felipe II encargó a Jerónimo Zurita y Castro reunir los documentos de Estado de Aragón e Italia y juntarlos con los de Castilla en el castillo de Simancas, creando uno de los mayores archivos nacionales de su tiempo.

El gobierno mediante Consejos instaurado por su padre seguía siendo la columna vertebral de su manera de dirigir el estado. El más importante era el Consejo de Estado del cual el rey era el presidente. El rey se comunicaba con sus Consejos principalmente mediante la consulta, un documento con la opinión del Consejo sobre un tema solicitado por el rey. Asimismo existían seis Consejos regionales: el de Castilla, de Aragón, de Portugal, de Indias, de Italia y de Países Bajos y ejercían labores legislativas, judiciales y ejecutivas.
El Imperio de Felipe II en 1598, distinguiendo el ámbito de cada
Consejo territorial en el sistema polisinodial de la Monarquía Católica
Territorios adscritos al Consejo de Castilla  Territorios adscritos al Consejo de Aragón  Territorios adscritos al Consejo de Portugal  Territorios adscritos al Consejo de Italia  Territorios adscritos al Consejo de Indias  Territorios adscritos al Consejo de Flandes abarcando los territorios disputados con las Provincias Unidas.
Felipe II también gustaba de contar con la opinión de un grupo selecto de consejeros, formado por el catalán Luis de Requesens, el castellano duque de Alba, el vasco Juan de Idiáquez, el cardenal borgoñés Antonio Perrenot de Granvela y los portugueses
Ruy Gómez de Silva y Cristóbal de Moura repartidos por diferentes oficinas o siendo miembros del Consejo de Estado.
Felipe II y su secretario se encargaban directamente de los asuntos más importantes, otro grupo de secretarios se dedicaba a asuntos cotidianos. Con Felipe II la figura de secretario del rey alcanzó una gran importancia, entre sus secretarios destacan Gonzalo Pérez, su hijo Antonio Pérez, el cardenal Granvela y Mateo Vázquez de Leca.
En 1586 se crea la Junta Grande, formada por oficiales y controlada por secretarios. Otras juntas dependientes de ésta, eran la de Milicia, de Población, de Cortes, de Arbitrios y de Presidente
Letra y firma de Felipe II en una carta de 1557. Con la edad, los problemas de las vista y el avance de la gota, su letra a partir de la década de 1580 se hizo cada vez más grande y más ilegible.
Durante su reinado, la Hacienda Real se declaró en bancarrota tres veces (1557, 1575 y 1596), aunque, en realidad, eran suspensiones de pagos, técnicamente muy bien elaboradas según la economía moderna, pero completamente desconocidas por entonces.
Felipe II heredó una deuda de su padre de unos veinte millones de ducados, y dejó a su sucesor una cantidad que quintuplicaba esta deuda. En 1557, al poco de entrar al poder el rey, la Corona hubo de suspender los pagos de sus deudas declarando la primer bancarrota. Pero los ingresos de la Corona se doblaron al poco de llegar Felipe II al poder, y al final de su reinado eran cuatro veces mayor que cuando comenzó a reinar, pues la carga fiscal sobre Castilla se cuadruplicó y la riqueza procedente de América alcanzó valores históricos. Al igual que con su predecesor, la riqueza del Imperio recaía principalmente en Castilla, y dependía de los avances a gran interés de banqueros holandeses y genoveses. Por otra parte, también eran importantes los ingresos procedentes de América, los cuales suponían entre un 10% y un 20% anual de la riqueza de la Corona. Los mayores consumidores de ingresos fueron los problemas en los Países Bajos y la política en el Mediterráneo, juntos, unos seis millones de ducados al año.


         Felipe II. Por Antonio Moro


El estado de las finanzas dependía totalmente de la situación económica castellana. Los Países Bajos eran los principales receptores de la lana castellana, y debido al ya abierto conflicto de los Países Bajos, la ruta lanera se interrumpió, lo que produjo una recesión en la economía castellana en 1575. Como consecuencia, en ese mismo año se produjo una segunda suspensión de pagos al declararse la segunda bancarrota. En 1577 se llegó un acuerdo con banqueros genoveses para seguir adelantando dinero a la Corona, pero a un precio muy alto para Castilla, que agravó su recesión. Esto se conoce como El Remedio General de 1577, que consistió en una consolidación de la deuda a largo plazo, pudiendo llegar a 70 u 80 años. Se entregaron así juros (bonos) a los acreedores como compromiso de la Corona de la devolución del dinero con un interés del 7%. Dicho dinero se iría devolviendo a medida que se volviera a tener de nuevo liquidez y con el aval de los metales americanos. Paralelamente, entre 1576 y 1588, Felipe usó la intermediación financiera de Simón Ruiz, que le facilitaba pagos, cobros y préstamos a través de letras de cambio.
Anteriormente a Felipe II ya existían diversos impuestos: La alcabala, impuesto de aduanas; la cruzada impuesto eclesiástico; el subsidio, impuesto sobre rentas y tierras; y las tercias reales, impuestos a órdenes militares. Felipe II además de subir estos durante su reinado, implantó otros, entre ellos el excusado en 1567, impuestos sobre parroquias. De la Iglesia Felipe II consiguió recaudar hasta el 20% de la riqueza de la Corona, lo que supuso la crítica de algunos eclesiásticos.
En 1590 se aprueban en las Cortes los millones, consistentes en ocho millones de ducados al año para los seis siguientes años, los cuales se dedicaron en la construcción de una nueva Armada y para la sangrante política militar. Esto terminó por arruinar a las ciudades castellanas y fulminar con los ya débiles intentos de industrialización que quedaban. En 1597 se produjo una nueva suspensión de pagos al declararse la tercera bancarrota, recurriéndose a un nuevo Remedio General. Esto provocó ya un endeudamiento de la Corona gigantesco y desproporcionado, pero permitió la continuación de la política exterior.
A la ya malparada situación económica en Castilla que recibió de Carlos I, Felipe II dejó España al borde de la crisis. La vida de los españoles del tiempo era dura: La población soportaba una inflación brutal, p.ej. el precio del grano subió un 50% entre los últimos cuatro años del siglo; la carga fiscal tanto en productores como en consumidores era excesiva. Debido a la inflación y la carga fiscal, cada vez existían menos negocios, mercaderes y empresarios dejaban sus negocios en cuanto podían adquirir un título nobiliario (con su baja carga fiscal). En las últimas Cortes, los diputados protestaron efusivamente ante otra demanda de más dinero por parte del rey, urgiendo por una retirada de los ejércitos de Flandes, buscar la paz con Francia e Inglaterra y concentrar su formidable poder militar y marítimo en la defensa de España y su Imperio. En 1598, Felipe II firmó la paz con Francia, con Flandes no consiguió un acuerdo e Inglaterra no ponía las cosas fáciles con su constante piratería y hostilidad hacia España. La situación se agravaría con Felipe II debido a la reducción de ingresos procedentes de América y se comenzarían a oír aún más voces acerca de que Castilla no podía seguir soportando la carga de tantas guerras y de que el resto de miembros debían también contribuir al bien común.
La presión fiscal en la Corona de Aragón sin ser tan brutal a la de Castilla, no era mucho menor. Pero en este caso, la mayor parte de lo recaudado no iba a formar parte de la Corona española, sino que gracias a la protección de los fueros, pasaban a formar parte de la riqueza de la oligarquía y de la nobleza de esos reinos. El comercio en el Mediterráneo para Aragón (especialmente Cataluña) seguía muy dañado por el dominio turco y la competencia de genoveses y venecianos.
Los ingresos procedentes de otras partes del imperio: Países Bajos, Nápoles, Milán, Sicilia se gastaban en sus propias necesidades. La anexión de Portugal fue económicamente un gran esfuerzo para Castilla, pues pasó a costear la defensa marítima de su extenso Imperio sin aportar Portugal nada al conjunto.
La mayoría de historiadores coincide en subrayar que la situación de pobreza que sumió al país al final de su reino está directamente relacionada por la carga del Imperio y su papel de defensor de la cristiandad. Durante el reinado de Felipe II apenas hubo un respiro en el esfuerzo militar. Hubo de compaginar dos durante la mayor parte de su reino: el Mediterráneo contra el poder turco y los Países Bajos contra los rebeldes. Al final de su reino contaba con tres frentes simultáneos: Los Países Bajos, Inglaterra y Francia. La única potencia capaz de soportar esta carga en el siglo XVI era España, pero con unos beneficios discutibles y a un precio muy alto para sus habitantes.

Sitio de Gravelinas, donde se produjo la Batalla de Gravelinas, con una victoria española sobre las tropas francesas que obligó al rey francés a firmar la paz, y desistir de su invasión de Italia. Esta batalla se produjo después de la batalla de San Quintín, y en honor a esta victoria, el rey Felipe II mandó construir el Monasterio del Escorial.
Caracterizada por sus guerras contra: Francia, los Países Bajos, el Imperio turco e Inglaterra.
Mantuvo las guerras con Francia, por el apoyo francés a los rebeldes flamencos, obteniendo grandes victorias en San Quintín y Gravelinas (1558). La primera de ellas ocurrió el 10 de agosto de 1557, festividad de San Lorenzo, en recuerdo de lo cual hizo edificar el Monasterio de El Escorial, edificio con planta en forma de parrilla (1563–1584). En este monumental edificio, el más grande de su tiempo (y llamado entonces la octava maravilla del mundo), y concretamente en la Cripta Real están enterrados desde entonces casi todos los reyes españoles y sus miembros familiares más cercanos.
En la Paz de Cateau-Cambrésis de 1559, Francia reconoció la supremacía hispánica, los intereses españoles en Italia se vieron favorecidos y se pactó el matrimonio con Isabel de Valois. Los problemas continuaron a partir de 1568 por el apoyo a los rebeldes flamencos de los hugonotes franceses.
Al término de las guerras italianas en 1559, la Casa de Austria había conseguido asentarse como la primera potencia mundial, en detrimento de Francia. Los estados de Italia, que durante la Edad Media y el Renacimiento habían acumulado un poder desproporcionado a su pequeño tamaño, vieron reducido su peso político y militar al de potencias secundarias, desapareciendo algunos de ellos.
En 1582 Álvaro de Bazán, el mejor marinero de la época, derrota a una escuadra de Corsarios franceses en la Batalla de la Isla Terceira, en la que se emplearon por primera vez en la historia fuerzas de infantería de tierra para la ocupación de playa, barcos y terreno, lo que se considera como «el nacimiento de la Infantería de Marina»

Esquema del puente de Alejandro Farnesio sobre el Escalda, construido durante el Asedio de Amberes en 1585. Este asedio, que mantuvo en vilo a toda Europa a la espera del vencedor, representó un derroche de medios e ingenio por ambas partes durante los trece meses que fueron necesarios para forzar la rendición de la que probablemente era la ciudad más rica y más populosa de Europa y cuya toma representaba la determinación de la corona española en recuperar los territorios perdidos y en el mantenimiento de la iglesia católica. Después de esta capitulación, se rindieron consecutivamente otras importantes plazas en manos de las Provincias Unidas.
Los Países Bajos fueron dejados a Felipe II en herencia por su padre, Carlos I, en unión del Franco Condado, para que España, la nación más poderosa del mundo, defendiera al Imperio de Francia. Por esta razón, era un punto a la vez estratégico y de debilidad para Felipe II. Estratégico pues a mediados del siglo XVI Amberes era el puerto más importante de Europa del norte, que servía como base de operaciones a la Armada española, y un centro donde se comerciaba con bienes de toda Europa y se vendía la lana castellana. Lana, de oveja merina, procesada en los Países Bajos que, vendida a precios razonables, llegaría manufacturada a España, con el correspondiente valor añadido, pero menor que si hubiera sido manufacturada en la península puesto que allí la mano de obra era más barata.
Una debilidad, pues para los Países Bajos no sólo supuso un cambio de rey sino también un cambio de «dueño», pasaron de formar parte de un imperio a formar parte del reino más poderoso de la época. A diferencia de Castilla, Aragón y Nápoles, los Países Bajos no eran parte de la herencia de los Reyes Católicos, y veían a España como un país extranjero. Así lo sentían los propios ciudadanos de los Países Bajos, pues veían, a diferencia de
Carlos I a un Rey extranjero (nacido en Valladolid, con la Corte en Madrid, nunca vivía en aquellos territorios y delegaba su gobierno). A esto hay que añadir el choque religioso que se estaba gestando dentro de Flandes, y que sería azuzado por la posición de Felipe II en el plano religioso, las guerras de religión volvían al corazón de Europa después de la Guerra de los Treinta Años.
Gobernados por su hermana Margarita de Parma desde 1559, se encaró a los nobles rebeldes que pedían una mayor autonomía y a los protestantes que exigían el respeto a su religión dando inicio a la Guerra de los Ochenta Años. Sin embargo, Felipe II era de otra opinión. El Rey quería aplicar los acuerdos tridentinos, como había exigido a Catalina de Médicis en Francia contra la nobleza hugonota francesa.
Al conocer en los Países Bajos la decisión de aplicar los acuerdos tridentinos, las mismas autoridades civiles se mostraron reacias a aplicar las penas dictadas por los inquisidores y, fruto de un gran malestar, comenzó un ambiente de revolución. La baja nobleza se concentró en Bruselas el 5 de abril de 1566 en el palacio de la gobernadora, siendo despreciada como mendigos, adjetivo que tomarían los siguientes nobles en sus reivindicaciones, vistiéndose como tales. Los miembros del compromiso de Breda mandan a Madrid a Floris de Montmorency, Barón de Montigny, y luego al Marqués de Berghes, que ya no volverían.
Tras aumentar la tensión y los conflictos en Amberes, la gobernadora pidió al Guillermo de Orange que pusiera orden, aceptando éste de mala gana pero pacificando la ciudad.
El Príncipe de Orange, el Conde de Egmont y el Conde de Horno volvieron a pedir a Margarita de Parma más libertad. Ella se lo hizo saber a su hermano, pero Felipe II no cambiaba de opinión y avisaba de sus intenciones al Papa:
podéis asegurar a Su Santidad que antes de sufrir la menor cosa en perjuicio de la religión o del servicio de Dios, perdería todos mis Estados y cien vidas que tuviese, pues no pienso, ni quiero ser señor de herejes.
Antes de que llegaran estas noticias, el 14 de agosto un grupo de incontrolados calvinistas asaltó la principal iglesia de Saint-Omer. Le siguió una rebelión generalizada en Ypres, Courtrai, Valenciennes, Tournai y Amberes.
Felipe II recibió a Montigny y le prometió convocar al Consejo de Estado. El 29 de octubre de 1566, el Rey convocó a los consejeros más allegados: Éboli, Alba, Feria, el Cardenas Espinosa, don Juan Manrique y el conde de Chinchón, junto con los secretarios de Estado Antonio Pérez y Gabriel Zayas. El acuerdo fue proceder de manera urgente, y, pese a las diferencias en la forma, el monarca optó por la fuerza. Así se acordó mandar al Tercer Duque de Alba a sofocar las rebeliones. Este hecho propició un enfrentamiento entre el Príncipe Don Carlos y el Duque de Alba, puesto que el heredero se veía desplazado de sus asuntos.
El 28 de agosto el Duque de Alba llega a Bruselas. El Duque de Alba —al frente del ejército— efectuó rápidamente una durísima represión ajusticiando a los nobles rebeldes, lo que propició la dimisión de Margarita de Parma como gobernadora de los Países Bajos, dimisión al punto aceptada por su hermano el Rey. Además, el 9 de septiembre, Egmont y Horn fueron prendidos, y degollados el 5 de junio de 1568.
Felipe II buscó soluciones con los nombramientos de Luis de Requesens, Juan de Austria (fallecido en 1578) y Alejandro Farnesio que consiguió el sometimiento de las provincias católicas del sur en la
Unión de Arras. Ante esto los protestantes formaron la Unión de Utrecht.
El 26 de julio de 1581, las provincias de Brabante, Güeldres, Zutphen, Holanda, Zelanda, Frisia, Malinas y Utrech, anularon en los Estados Generales, su vinculación con el Rey de España, por el Acta de abjuración, y eligieron como soberano a Francisco de Anjou.
Pero Felipe II no renunció a esos territorios, y el gobernador de los Países Bajos Alejandro Farnesio, inició la contraofensiva y recuperó a la obediencia del rey de España de gran parte del territorio, especialmente tras el asedio de Amberes, pero se parte de ellos se volvieron a perder tras la campaña de Mauricio de Nassau.
Antes de la muerte del Rey de España, el territorio de los Países Bajos, en teoría las diecisiete provincias, pasó conjuntamente a su hija Isabel Clara Eugenia y su yerno el archiduque Alberto de Austria por el Acta de Cesión de 6 de mayo de 1598.
Guerra anglo-española (1585-1604)
Luchó contra la corona inglesa por motivos religiosos, por el apoyo que ofrecían a los rebeldes flamencos y por los problemas que suponían los corsarios ingleses que robaban la mercancía americana a los galeones españoles en la zona del Caribe a partir de 1560. Así pues, los principales escenarios de los combates serían el Atlántico y el Caribe.

        La batalla entre la Armada española y la flota inglesa.
Se ha mostrado en varias obras literarias y especialmente en películas el agobio causado por la continua piratería inglesa y francesa contra sus barcos en el Atlántico y la consecuente disminución de los ingresos del oro de las Indias. Sin embargo, investigaciones más profundas indican que esta piratería realmente consistía en varias decenas de barcos y varios cientos de piratas, siendo los primeros de escaso tonelaje, por lo que no podían enfrentarse con los
galeones españoles, teniéndose que conformar con pequeños barcos o los que pudieran apartarse de la flota.
En segundo lugar está el dato según el cual, durante el siglo XVI, ningún pirata ni corsario logró hundir galeón alguno; además de unas 600 flotas fletadas por España (dos por año durante unos 300 años) sólo dos cayeron en manos enemigas y ambas por marinas de guerra no por piratas ni corsarios.
La ejecución de la reina católica de Escocia, María Estuardo, le decidió a enviar la llamada Grande y Felicísima Armada (en la Leyenda Negra, Armada Invencible) en 1588, la cual fracasó. El fracaso posibilitó una mayor libertad al comercio inglés y holandés, un mayor número de ataques a los puertos españoles —como el de Cádiz que fue incendiado por una flota inglesa en 1596— y, asimismo, la colonización inglesa de Norteamérica.A partir de estos hechos y hasta el final de la guerra, España e Inglaterra consiguieron victorias a la par en los combates navales librados por ambos reinos, tanto en la mar como en tierra. Con lo que la guerra se mantuvo en un empate de pérdidas de recursos para los países hasta el final. Mientras los ingleses saqueaban las posesiones españolas y no consiguieron nunca el objetivo de capturar una flota de Indias, la Armada española se preparó sin mucho éxito para invadir Inglaterra, repelió algún ataque inglés y los corsarios españoles capturaban toneladas de mercancías de barcos ingleses. Los ataques ingleses ( y de piratas o corsarios a sueldo suyo) solían acabar en fracasos con pérdidas nada desdeñables, entre los que destaca el fracaso de la Armada Inglesa o Contra armada. La situación se equilibró, hasta que Felipe III firmó el tratado de Londres en 1604, con Jacobo I, sucesor de Isabel I. En algunas de las expediciones bajo su mando, se llegó a desembarcar en el sur de
Inglaterra o en Irlanda (Carlos de Amésquita desembarcó en 1695 en el sur de Inglaterra).
Felipe II refuerza urgentemente su escuadra, encarga doce nuevos galeones y para 1591, la reconstituida columna vertebral de su armada ya dispone de diecinueve de estos buques, entre los que encontramos tres nuevos, dos capturados a los ingleses, y cuatro veteranos supervivientes de Portugal  Alonso de Bazán, hermano del fallecido Álvaro de Bazán, procede contra Thomas Howard con una flota de 55 velas, logrando atrapar a los ingleses entre Punta Delgada y Punta Negra.  Los ingleses huyen , pero el galeón Revenge  es abordado y apresado. En 1595 (los ingleses) preparan la definitiva toma e instalación de una base en Panamá  con una flota de 28 barcos. Pero las cosas no fueron bien para los piratas. Al mando de Drake, marchan a Panamá, y es allí donde concluye su existencia sir Francis. Después de diversas vicisitudes, tan sólo ocho barcos de la expedición lograron regresar a la patria. Tras la contraofensiva inglesa Carlos de Amezquita desembarca en las costas de Cornwall. Siembra el Pánico en Pezance y otras localidades cercanas y se retira.
Víctor San Juan. La batalla naval de las Dunas. 2007.
Además, un sistema sofisticado de escolta y de inteligencia frustraron la mayoría de los ataques corsarios a la Flota de Indias a partir de la década de 1590: las expediciones bucaneras de Francis Drake, Martin Frobisher y John Hawkins en el comienzo de dicha década fueron derrotadas.
 

    
                 Batalla de Lepanto (
1571).

  
Turquía, que ya había sido contrincante de Carlos I de España, se vuelve a enfrentar al Imperio español. Inicia el Sitio de Malta , en 1565, que será fallido y además es considerado como uno de los asedios más importantes de la historia militar y desde el punto de vista de los defensores, el más exitoso. Sin embargo, anteriormente, en 1560, la flota turca; que era una potencia de primer orden, había derrotado a los cristianos en la Batalla de Los Gelves.
En 1570, después de unos años de tranquilidad, los turcos inician una expansión atacando varios puertos venecianos del Mediterráneo Oriental, conquistaron Chipre a Venecia con 300 naves y ponen sitio a Nicosia.
Venecia pide ayuda a las potencias cristianas, pero sólo el papa Pío V les responde. El Papa consigue convencer al rey de España para que también ayude, y se forma una armada para enfrentarse a los turcos. Esta armada se reúne en el puerto de Suda, en la isla de Candia (Creta).
Turquía, que ya había sido contrincante de Carlos I de España, se vuelve a enfrentar al Imperio español. Por si fuera poco, los barcos turcos y los piratas berberiscos atacaban a los barcos en todo el Mediterráneo y saqueaban las costas de los países cristianos.

  
          La batalla de Lepanto por Paolo Veronese.

    
Finalmente, se forma una coalición de reinos, conocida como Liga Santa, que se enfrenta a una flota turca en el golfo de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, contra una flota turca, librándose la Batalla de Lepanto («la más alta ocasión que vieron los siglos», ) que acaba en una gran victoria de los aliados católicos.
Así la describe el Marqués de Lozoya:
Durante dos horas se peleó con ardor por ambas partes, y por dos veces fueron rechazados los españoles del puente de la galera real turca; pero en un tercera embestida aniquilaron a los jenízaros que la defendían y, herido el almirante de un arcabuzazo, un remero cristiano le cortó la cabeza. Al izarse un pabellón cristiano en la galera turca arreciaron el ataque las naves cristianas contra las capitanas turcas que no se rendían; pero al fin la flota central turca fue aniquilada.
Después de este combate, los turcos rehicieron la flota de nuevo; la flota turca, otra vez aliada con los piratas berberiscos, seguía siendo la más potente del Mediterráneo.
Durante casi dos años la flota otomana evitó el combate, y no fue hasta después de la toma de Túnez y La Goleta por Don Juan de Austria, en 1573, cundo Selim II envió una fuerza 250 y 300 naves de guerra y un contingente de unos 100.000 hombres para reconquistar ambas plazas, labor en la perecieron cerca de 30.000 hombres, aunque con resultado satisfactorio. Fue la última gran batalla en el Mediterráneo.
Sin embargo, lo que no había resuelto las batallas y los combates, lo resolvió la diplomacia y las negociaciones internacionales, para beneficio de ambos imperios. Felipe II veía como se agravaba la guerra en Flandes, y
Selim II, sucesor de Solimán el Magnífico, tenía que hacer frente a la guerra con Persia. Ambos se encontraban librando campañas militares en otras fronteras, y ninguno se sentía con la fuerza suficiente para continuar el conflicto. Convencidos de la distinta situación que ambos imperios vivían, decidieron firmar una serie de treguas que terminaron por alejar definitivamente la guerra en el Mediterráneo durante unos cuantos años.

  
  Estatua de Legazpi en Ciudad de Cebú, Filipinas

   
Continuó con la expansión en tierras americanas e incluso se agregaron a la Corona las islas Filipinas (Miguel López de Legazpi, 1565–1569), denominadas así en su honor. La colonización española de las islas codiciadas también por ingleses, holandeses y portugueses no se aseguró hasta 1565 cuando Miguel López de Legazpi, enviado por el Virrey de Nueva España construye el primer asentamiento español en Cebú. La ciudad de Manila, capital del archipiélago, se funda por el propio Legazpi en 1571. Una vez descubierto el circuito de corrientes oceánicas y vientos favorables para la navegación entre América y Filipinas, se establece la ruta regular de flotas entre Manila y Acapulco conocida como el Galeón de Manila.
Florida fue colonizada en 1565 por Pedro Menéndez de Avilés al fundar San Agustín, y al derrotar rápidamente un intento ilegal del capitán francés Jean Ribault y 150 hombres de establecer un puesto de aprovisionamiento en el territorio español. San Agustín se convirtió rápidamente en una base estratégica de defensa para los barcos españoles llenos de oro y plata que regresaban desde los dominios de las Indias.
En el Pacífico sur, frente a las costas del actual Chile, Juan Fernández descubrió una serie de islas entre los años y 1563 y 1574. Le puso su propio nombre a ese archipiélago, quedando finalmente conocidas como Archipiélago Juan Fernández.
Los primeros europeos en llegar a las islas que hoy son Nueva Zelanda lo hicieron en el probable viaje de Juan Jufré y de Juan Fernández a Oceanía, ocasión en la cual habrían descubierto Nueva Zelanda para España, a finales de 1576; éste suceso se basa en un documento que se presentó a Felipe II y en vestigios arqueológicos (cascos estilo español) encontrados en cuevas en el extremo superior de la Isla Norte.
Se ampliaron los dominios en África: Mazagán (incorporada al imperio por que era una colonia portuguesa), al igual que Casablanca, Tánger, Ceuta e Isla de Perejil. Se reconquistó a los árabes el Peñón de Vélez de la Gomera, en una operación a cargo de García Álvarez de Toledo y Osorio, marqués de Villafranca y Virrey de Cataluña.
Además, debido a la anexión de Portugal, también se añadieron las colonias que este territorio poseía en Asia: Macao, Nagasaki y Malaca.

Semblanza

En 1554, según el observador escocés John Elder, Felipe II era de estatura media, más bien pequeña, y continúa:

de rostro es bien parecido, con frente ancha y ojos grises, de nariz recta y de talante varonil. Desde la frente a la punta de la barbilla su rostro se empequeñece; su modo de andar es digno de un príncipe, y su porte tan derecho y recto que no pierde una pulgada de altura; con la cabeza y la barba amarillas. y así, para concluir, es tan bien proporcionado de cuerpo, brazo y pierna, y lo mismo todos los demás miembros, que la naturaleza no puede labrar un modelo más perfecto.

Desde el annus horribilis de 1568, el monarca renacentista acentuó su severidad, y con el tiempo se fue asimilando al estereotipo de la leyenda negra, tan grave de gesto como de palabra. Era de carácter taciturno, prudente, sosegado, constante y considerado, y muy religioso, aunque sin caer en el fanatismo del que le acusaban sus enemigos. En 1577 se lo describe así

... de estatura mediocre, pero muy bien proporcionado; sus rubios cabellos empiezan a blanquear; su rostro es bello y agradable; su humor es melancólico. Se ocupa de los asuntos sin descanso y en ello se toma un trabajo extremado porque quiere saberlo todo y verlo todo. Se levanta muy temprano y trabaja o escribe hasta el mediodía. Come entonces, siempre a la misma hora y casi siempre de la misma calidad y la misma cantidad de platos. Bebe en un vaso de cristal de tamaño mediocre y lo vacía dos veces y media.  Sufre algunas veces de debilidad de estómago, pero poco o nada de la gota. Una media hora después de la comida despacha todos los documentos en los que debe poner su firma. Hecho esto, tres o cuatro veces por semana va en carroza al campo para cazar con ballesta el ciervo o el conejo.

Su carácter psicológico era reservado y ocultó su timidez e inseguridad bajo una seriedad que le valió una imagen de frialdad e insensibilidad. No tuvo muchos amigos, y ninguno gozó completamente de su confianza, pero no fue el personaje oscuro y amargado que se ha transmitido en la historia a través de la leyenda negra.

Fue un hombre considerado como inteligente, muy culto y formado, aficionado a los libros, la pintura y el coleccionismo de obras de arte, relojes, armas, curiosidades, rarezas y muy especialmente a la arquitectura. Era un gran aficionado a la caza y la pesca.

Fallecimiento

El rey Felipe II de España tuvo, durante la mayor parte de la vida, una salud delicada. Padeció numerosas enfermedades y durante sus diez últimos años de vida la gota le tuvo postrado. Llegó a perder la movilidad de la mano derecha, sin poder firmar los documentos. Comulgó por última vez el 8 de septiembre, ya que los médicos se lo prohibieron a partir de ese momento, por miedo a ahogarse al tragar la hostia. A las cinco de la madrugada del domingo 13 de septiembre de 1598 falleció en el monasterio de El Escorial donde fue sepultado, a los 71 años y su agonía duró 53 días, en los que sufrió varias enfermedades: gota, artrosis, fiebres tercianas, abscesos e hidropesía entre otras.

   
 

  
                             

                                                                            

                                                                        En 1554, según el observador escocés John Elder, Felipe II era de estatura media, más bien pequeña, y continúa:
                                                                        ...de rostro es bien parecido, con frente ancha y ojos grises, de nariz recta y de talante varonil. Desde la frente a la punta de la barbilla su rostro se empequeñece; su modo de andar es digno de un príncipe, y su porte tan derecho y recto que no pierde una pulgada de altura; con la cabeza y la barba amarillas. y así, para concluir, es tan bien proporcionado de cuerpo, brazo y pierna, y lo mismo todos los demás miembros, que la naturaleza no puede labrar un modelo más perfecto.
                                                                        Desde el annus horribilis de 1568, el monarca renacentista acentuó su severidad, y con el tiempo se fue asimilando al estereotipo de la Leyenda Negra, tan grave de gesto como de palabra. Era de carácter taciturno, prudente, sosegado, constante y considerado, y muy religioso, aunque sin caer en el fanatismo del que le acusaban sus enemigos. En 1577 se lo describe así:
                                                                        ...de estatura mediocre, pero muy bien proporcionado; sus rubios cabellos empiezan a blanquear; su rostro es bello y agradable; su humor es melancólico. Se ocupa de los asuntos sin descanso y en ello se toma un trabajo extremado porque quiere saberlo todo y verlo todo. Se levanta muy temprano y trabaja o escribe hasta el mediodía. Come entonces, siempre a la misma hora y casi siempre de la misma calidad y la misma cantidad de platos. Bebe en un vaso de cristal de tamaño mediocre y lo vacía dos veces y media.  Sufre algunas veces de debilidad de estómago, pero poco o nada de la gota. Una media hora después de la comida despacha todos los documentos en los que debe poner su firma. Hecho esto, tres o cuatro veces por semana va en carroza al campo para cazar con ballesta el ciervo o el conejo.
                                                                        Su carácter psicológico era reservado y ocultó su timidez e inseguridad bajo una seriedad que le valió una imagen de frialdad e insensibilidad. No tuvo muchos amigos, y ninguno gozó completamente de su confianza, pero no fue el personaje oscuro y amargado que se ha transmitido en la historia a través de la leyenda negra.
                                                                        Fue un hombre considerado como inteligente, muy culto y formado, aficionado a los libros, la pintura y el coleccionismo de obras de arte, relojes, armas, curiosidades, rarezas y muy especialmente a la arquitectura. Era un gran aficionado a la caza y la pesca.
                                                                        La mayor parte de su vida su salud fue delicada. Padeció numerosas enfermedades, y durante sus diez últimos años de vida la gota le tuvo postrado. Llegó a perder la movilidad de la mano derecha sin poder firmar los documentos. Comulgó por última vez el 8 de septiembre, ya que los médicos se lo prohibieron a partir de ese momento por miedo a ahogarse al tragar la hostia. A las cinco de la madrugada del domingo 13 de septiembre de 1598 fallecía en El Escorial el monarca más poderoso de la tierra en aquel momento, en cuyos dominios nunca se ponía el sol. Tenía 71 años y su agonía duró 53 días, en los que sufrió todo tipo de enfermedades: gota, artrosis, fiebres tercianas, accesos e hidropesía entre otras.
                                                                    •   

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                                                                                    jueves, 25 de febrero de 2010

                                                                                    * Archiduquesa Ana de Austria

                                                                                                     Reina consorte de España de (1570 a 1580)

                                                                                    Anthonis Mor 007.jpg

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                                                                                    Reina consorte de España, Portugal, Nápoles, Sicilia, Cerdeña, duquesa de Milán, duquesa titular consorte de Borgoña y soberana consorte de los Países Bajos.

                                                                                    Ana de Austria nació en Cigales (Valladolid), el 1 de noviembre de 1549 reina consorte de España y de Portugal, fue la cuarta esposa de Felipe II.

                                                                                    Nació archiduquesa de Austria, fue hija del emperador Maximiliano II, primo del rey Felipe II, y de la emperatriz María de Austria que fue hermana de Felipe II. La acusada consanguinidad entre los cónyuges provocó que el Papa Pío V mostrara sus reservas respecto a este enlace pero finalmente otorgó la necesaria dispensa. Las capitulaciones del matrimonio entre Felipe II y la archiduquesa Ana de Austria se firmaron en Madrid el 24 de enero de 1570. La boda, celebrada por poderes, tuvo lugar en el Castillo de Praga el 4 de mayo de aquel año y la nueva Reina desembarcó en España, en el puerto de Laredo, el 3 de octubre.

                                                                                    Portrait_of_Philip_II_of_Spain_by_Sofonisba_Anguissola_-_002b

                                                                                                     Felipe II y Ana de Austria tuvieron cinco hijos:

                                                                                    Rosa rojaFernando, 4 de diciembre de 1571 – † 18 de octubre de 1578.

                                                                                    Rosa rojaCarlos Lorenzo, 12 de agosto de 1573 – † 30 de junio de 1575.

                                                                                    Rosa rojaDiego Félix, 15 de agosto de 1575 – † 21 de noviembre de 1582.

                                                                                    Rosa rojaFelipe, 3 de abril de 1578 – † 31 de marzo de 1621, futuro Felipe III.

                                                                                    Rosa rojaMaría 14 de febrero de 1580 – † 5 de agosto de 1583.

                                                                                    Pocos meses después del parto de su hija pequeña, la reina Ana de Austria falleció en Talavera la Real (Badajoz),26 de octubre de 1580
                                                                                    (30 años) víctima de una gripe epidémica, enfermedad que previamente había padecido el rey Felipe II. Murió nuevamente embarazada y fue enterrada en el Real Monasterio de Santa Ana de Badajoz, donde estuvo durante varios años hasta su traslado al Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Como recuerdo, se permitió que las entrañas de la reina se quedaran enterradas en el monasterio pacense de Santa Ana, donde actualmente permanece.

                                                                                    images (5)

                                                                                    sábado, 20 de febrero de 2010

                                                                                    Isabel de Valois


                                                                                                      Reina Consorte de España del 1559 al 1568.Isabeldevalois                                  Consorte Felipe II.

                                                                                    Nació el 13 de abril de 1546 Fontainebleau, Francia
                                                                                    Fallecimiento 3 de octubre de 1568(22 años)Madrid, España
                                                                                    Entierro Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial

                                                                                    Casa Real Casa de Valois, su padre Enrique II de Francia y su madre Catalina de Médicis.
                                                                                    Fue la tercera esposa del rey Felipe II, fruto del Tratado de Cateau-Cambresis que establecía la paz entre España y Francia. Por esta razón, también se la conoce como Isabel de la Paz.
                                                                                    Su infancia es algo incierta. Pero se cree que estuvo marcada por la relación de su padre con Diana de Poitiers, quien nunca ocultó sus amoríos reales.
                                                                                    El primer pretendiente de Isabel fue Eduardo VI de Inglaterra, pero falleció en 1553. Su sustituto fue el príncipe Carlos, pero al quedar viudo su padre Felipe II, los planes se modificaron y Felipe se convirtió en el esposo de la joven Isabel. La boda por poderes tuvo lugar el 22 de junio de 1559 en París. Isabel pisaría territorio español por primera vez un 6 de enero de 1560 al llegar a Roncesvalles. El 2 de febrero de ese mismo año se celebró la misa de velaciones en Guadalajara con Isabel y Felipe presentes. Era la primera vez que ambos esposos se veían cara a cara. Se casaron en el Palacio del Infantado de esta ciudad.
                                                                                    Portrait_of_Philip_II_of_Spain_by_Sofonisba_Anguissola_-_002b

                                                                                    En mayo de 1564 se anunció el primer embarazo de la reina. Tres meses después, Isabel abortó. Ante la tardanza de un nuevo embarazo, la reina mandó traer a Madrid los restos de San Eugenio, primer obispo de París y mártir. Ya fuera por ayuda divina o por las leyes de la naturaleza, el 12 de agosto de 1566 llegó al mundo la primera hija de Felipe e Isabel que recibió el nombre de
                                                                                    Rosa roja Isabel Clara Eugenia: Isabel por su madre, Clara por la onomástica del día y Eugenia por el santo al que suplicó su madre. En octubre de 1567 nació la segunda hija que se llamó
                                                                                    Rosa rojaCatalina Micaela. Después del parto, a Isabel le sobrevino la fiebre.
                                                                                    En mayo de 1568 la salud de la reina se resiente. Un nuevo embarazo provoca en ella vómitos, vértigos, mareos que tratan de ser aliviados por los galenos de la corte. Murió el 3 de octubre de ese mismo año durante el parto de un feto que no sobrevivió. Fue enterrada en el Panteón de los Infantes de la Cripta Real del Monasterio de El Escorial, no junto a su esposo y otras reinas, pues no llegó a ser la madre de un rey de España.
                                                                                    Su descendencia:
                                                                                    Isabel Clara Eugenia (12 de agosto de 1566 - 1 de diciembre de 1633), soberana y posteriormente Gobernadora de los Países Bajos.
                                                                                    Catalina Micaela (6 de octubre de 1567 - 6 de noviembre de 1597), duquesa de Saboya.
                                                                                    250px-Isabel_de_Valois2.
                                                                                                             Collar de Isabel de Valois.

                                                                                    images (1)

                                                                                    miércoles, 17 de febrero de 2010

                                                                                    * María I de Inglaterra ( María Tudor)

                                                                                    Reina de Inglaterra e Irlanda junto con Felipe I y reina consorte de España.

                                                                                     

                                                                                    Maria-tudor

                                                                                    María I de Inglaterra también llamada (María de Tudor)

                                                                                    Reina consorte del 16 de enero de 1556 al 17 de Noviembre de 1558.

                                                                                    Nació el 18 de febrero de 1516 en el palacio de Kensington, Londres.Hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón. Casa de Tudor

                                                                                    María I de Inglaterra, conocida como María Tudor (Greenwich, Inglaterra; 18 de febrero de 1516 - Londres; 17 de noviembre de 1558), soberana de Inglaterra e Irlanda desde 1553, siendo la tercera mujer en acceder al trono inglés, después de Matilde de Inglaterra y de su sobrina segunda Juana Grey.

                                                                                    Fue el cuarto monarca de la dinastía Tudor; recordada por abrogar las reformas religiosas introducidas por Enrique VIII y someter de nuevo a Inglaterra a la disciplina papal el 30 de noviembre de 1554 con el apoyo del Cardenal Reginald Pole. En dicho proceso, condenó a casi 300 religiosos disidentes a morir en la hoguera en las Persecuciones Marianas, ganándose el apodo de María la Sanguinaria (en inglés, Bloody Mary). El restablecimiento del catolicismo romano fue revertido por su sucesora y media hermana, Isabel I, quien era hija de su padre, el rey Enrique VIII y su segunda esposa, la reina Ana Bolena.

                                                                                    María fue la única hija de Enrique VIII y su primera esposa, Catalina de Aragón que sobrevivió a la infancia. Su madre abortó en varias ocasiones, una hermana nació muerta y tres hermanos apenas vivieron, incluyendo entre ellos a Enrique, duque de Cornualles, que la precedió. Por parte de madre era nieta de Fernando II de Aragón y de Isabel I de Castilla. Nació en el Palacio de Placentia en Greenwich, Londres. Fue bautizada con el cardenal Thomas Wolsey como padrino. Fue una niña enfermiza con problemas de visión y dolores de cabeza. John Hussey, barón Hussey de Sleaford fue su chambelán, y su mujer, Lady Anne, hija de George Grey, una sus ayudantes.

                                                                                    A pesar de sus problemas de salud, fue una niña precoz. Gran parte del reconocimiento de su esmerada educación se la debe a su madre, quien contó para ello con el erudito Juan Luis Vives. También estudió griego, ciencias y música. En julio de 1521, con apenas cinco años y medio, entretenía a las visitas con una representación de la virginal, un pequeño clavicémbalo. Enrique VIII la adoraba y alardeaba frente a sus amistades de su buen comportamiento. A la edad de nueve años, su padre le donó su propia corte en el Castillo de Ludlow, así como varias Prerrogativas Reales, solo concedidas al Príncipe de Gales, llamándola incluso Princesa de Gales. En 1526, fue enviada a Gales para presidir el Consejo de Gales y las Marcas. A pesar del afecto que le profesaba, Enrique VIII estaba decepcionado por la ausencia de hijos varones.

                                                                                    Durante su infancia Enrique VIII negoció posibles matrimonios para su hija. Cuando solo tenía dos años fue prometida al hijo del rey de Francia Francisco I, pero tres años después se canceló el trato. En 1522 se acordó el Tratado de Windsor por el que se casaría con su primo, el emperador Carlos V, que por entonces contaba con 22 años. Sin embargo, el compromiso se rompió años después. Fue entonces cuando se sugirió la boda con el padre del delfín de Francia, Francisco I, quien deseaba una alianza con Inglaterra. Un tratado de matrimonio se firmó en el que se estipulaba que María I se casaría con Francisco I o su segundo hijo Henry, duque de Orleáns. Sin embargo, el cardenal Wolsey, consejero jefe de Enrique VIII, consiguió asegurar la alianza sin el matrimonio.

                                                                                    Mientras, el matrimonio de los padres de María estaba en peligro debido a la falta del heredero varón. El rey intentó la anulación, pero el Papa Clemente VII lo rechazó. Se especula con que la decisión del Papa estuvo influida por el antiguo prometido y sobrino de la madre de María I, Carlos V. Enrique VIII había alegado consanguinidad (a pesar del debate sobre la posible consumación del matrimonio), ya que su esposa había estado casada anteriormente con su hermano Arturo. En 1533 Enrique VIII se casó en secreto con Ana Bolena y más tarde el matrimonio con Catalina fue declarado inválido. Enrique entonces rompe relaciones con la Iglesia Católica y se proclamó cabeza de la Iglesia Anglicana. Como consecuencia de ello,Catalina de Aragón perdió su título de reina pero mantuvo el de Princesa viuda de Gales, título que llevaría como viuda del príncipe Arturo. María I fue declarada ilegítima, pasó a recibir el trato de Lady Mary y se desterró de la línea de sucesión, ocupando su puesto su hermanastra, la hija de Ana Bolena, la futura Isabel I. María I fue expulsada de la Corte, así como sus sirvientes de sus trabajos y fue obligada a servir como dama de compañía de Isabel I. No se le permitió ver a su madre ni asistir a su funeral en 1536. Se dice que la razón del frío comportamiento hacia su hermanastra Isabel se debió al trato que recibió durante estos años.

                                                                                    Cuando Ana Bolena fue decapitada, Isabel perdió su tratamiento de princesa, pasó a ser tratada como Lady Isabel y fue eliminada de la línea de sucesión. Pocos días después de la muerte de Ana, Enrique VIII se casó con Jane Seymour, quien murió tras dar a luz a un varón, el futuro Eduardo VI. María fue la madrina y presidió el duelo en su funeral . En respuesta a este gesto, Eduardo VI le concedió una casa y le permitió residir en los palacios reales. La publicación de los gastos personales que hizo durante ese periodo demuestran que residió en Hatfield House, en el Palacio de Beaulieu, también llamado Newhall, Richmond y Hunsdon.

                                                                                    En 1543 Enrique VIII se casó por sexta vez, en esta ocasión con Catalina Parr, quien consiguió unir a toda la familia. Un año después, mediante el acta de sucesión Enrique VIII volvió a incluir a sus dos hijas en la línea de sucesión detrás de su hermano Eduardo, a pesar de seguir siendo ilegítimas de manera oficial.

                                                                                    Enrique VIII muere en 1547 y su hijo Eduardo VI le sucede. Puesto que todavía es menor, la regencia pasa a un consejo dominado por protestantes que intentó implantar su fe en todo el país. Por ejemplo, el acta de uniformidad 1549 prescribía los ritos protestantes, tales como el uso del libro de oraciones de Thomas Cranmer.

                                                                                    Eduardo VI muere de tuberculosis en julio de 1553. Eduardo VI, así como su padre Enrique VIII, no quería que María heredase la corona por miedo a que reimplantara el catolicismo y deshiciera todas las reformas hechas hasta ese momento. Por ello planea excluirla de la línea sucesoria, algo que le desaconsejan sus asesores ya que tendría que excluir también a su hermana Isabel. Guiado por John Dudley, duque de Northumberland, Eduardo VI excluye a ambas de la línea de sucesión en su testamento.

                                                                                    Eduardo VI alega que Lady Jane Grey, nuera de Dudley, nieta de la reina de Francia y hermana de Enrique VIII, sea la que le suceda. Sin embargo esta exclusión contradice el Acta de Sucesión de 1544 en la que restauraba a María e Isabel en la línea sucesoria. A punto de morir Eduardo VI, María había sido enviada de vuelta a Londres desde el castillo de Framlingham (Suffolk), donde se había mudado recientemente tras abandonar la residencia del Palacio de Beaulieu. Sin embargo, María dudó de que este viaje fuera solo un pretexto para ser capturada y facilitar así el ascenso de Grey al trono. Lady Grey fue proclamada reina de Inglaterra el 10 de julio de 1553 Sin embargo, sus apoyos rápidamente se debilitaron y fue destronada nueve días después. Al destronamiento de Grey le sucede la llegada triunfante aclamada por el pueblo de María I, para asumir el puesto que había dejado Grey. John Dudley y Lady Grey fueron encarcelados en la Torre de Londres y finalmente ejecutados. María I temía que si Lady Jane seguía viva pudiera organizar revueltas contra su reinado.

                                                                                    Una de las primeras medidas como reina fue la de liberar de la prisión de la Torre de Londres al católico Thomas Howard, duque de Norfolk y a Stephen Gardiner. En esos momentos el único ejecutado por cargos de alta traición había sido el duque de Northumberland. María solo podía confiar en Gardiner, a quien nombró obispo de Winchester y Lord Chancellor, ya que casi todo los consejeros privados estaban implicados en la conjura para coronar a Lady Jane. Gardiner proclamó de manera formal y oficial a María I el 1 de octubre de 1553

                                                                                    A los 37 años María vuelca toda su atención en buscar marido y procrear un heredero para evitar que acceda al trono la protestante Isabel (quien todavía era su sucesora según las condiciones del testamento de Enrique VIII). María I rechaza la proposición de Eduardo Courtenay, conde de Devon, ya que tenía las perspectivas de casarse con el entonces príncipe Felipe de España, hijo de su primo Carlos V, el futuro Felipe II de España. Se dice que tras haber visto el cuadro de cuerpo entero pintado por Tiziano (ahora expuesto en el Museo del Prado), María declaró haberse enamorado de él.felipe_ii

                                                                                     

                                                                                    La ceremonia tuvo lugar en en la Catedral de Winchester el 25 de julio de 1554, dos días después de su primer encuentro. El punto de vista de Felipe II era puramente político (había declarado admirar su dignidad pero no sentía «ningún deseo carnal por ella»). A raíz de esta boda, la reina fue retratada por Antonio Moro en el famoso cuadro, ahora en el Museo del Prado.

                                                                                    Lord Chancellor Gardiner y la Cámara de los Comunes le pidieron que se casara con un inglés ante el temor de que el país se viera relegado a depender de España. Este miedo podría haberse acrecentado en el hecho de que María -excluyendo a los breves y fallidos reinados de Lady Jane y la Emperatriz Matilde- fue la primera monarca reinante de Inglaterra.

                                                                                    A los tres meses de su matrimonio María empieza a sospechar que está embarazada, viendo como su vientre aumentaba de volumen, pero el alumbramiento no llegaba y el tiempo se dilataba por lo que los médicos atribuyeron la inflamación del vientre real a una hidropesía, vulgar retención de líquidos. Su marido la convenció para que liberase a su hermana Isabel del arresto domiciliario al que se encontraba sometida probablemente para verse favorecido por ella en caso de muerte de su esposa.

                                                                                    Numerosas insurrecciones comenzaron a surgir cuando se reafirmó en casarse con Felipe II, de quien estaba enamorada. El duque de Suffolk volvió a proclamar que su hija Lady Jane Grey era la reina. En apoyo a Isabel I, Thomas Wyatt lideró una fuerza invicta hasta su llegada a Londres desde Kent. Tras haber sido aplastadas las rebeliones, el duque de Suffolk, su hija Lady Jane Grey y su marido fueron encarcelados por alta traición y ejecutados. Isabel, a pesar de declarar su inocencia en el caso Wyatt fue encarcelada durante dos meses en la Torre de Londres y más tarde bajo arresto domiciliado en el Palacio de Woodstock.

                                                                                    Según las condiciones del contrato de matrimonio, a Felipe se le llamaría «Rey de Inglaterra», todos los documentos oficiales (incluidas las Actas del Parlamento) se firmarían con ambos nombres y el Parlamento debía ser llamado bajo la autoridad conjunta. Se acuñaron también monedas con la cara de ambos. El contrato de matrimonio se dispuso que Inglaterra no estaría obligada a ofrecer apoyo militar al padre de Felipe II en cualquier posible guerra. Los poderes de Felipe II, sin embargo, eran extremadamente limitados, así como los monarcas no constituían una unión tan poderosa como la de Guillermo III y María II.

                                                                                    María I se preocupó de asuntos relacionados con la religión: siempre rechazó la ruptura con Roma emprendida por su padre y el establecimiento del protestanismo que hizo su hermano Eduardo. Restauró las relaciones con Roma y con el hijo de su institutriz la condesa de Salisbury, el cardenal Reginal Pole, quien tras la ejecución de Thomas Cranmer fue Arzobispo de Canterbury.

                                                                                    María también persuadió al Parlamento para rechazar las leyes protestantes aprobadas por Enrique VIII. Para conseguir un acuerdo tuvo que hacer una importante concesión: decenas de miles de acres de tierras monacales confiscadas por su padre no serían devueltas debido a la influencia que tenían los nuevos dueños mediante esta distribución. El restablecimiento de las leyes contra los herejes fueron aprobadas en 1554. También se comenzó una reforma monetaria supervisada por Thomas Gresham para contrarestar la dramática devaluación que caracterizó los últimos años del reinado de Enrique VIII y el de su hijo Eduardo VI, aunque todas estas medidas supusieron un amplio fracaso.

                                                                                    Las persecuciones religiosas duraron casi cuatro años, en los que numerosos líderes protestantes fueron ejecutados, otros tuvieron que exiliarse y cerca de 800 permanecieron en el país. Entre los ejecutados se encuentra John Rogers (4 de febrero de 1555); el arzobispo de Canterbury Thomas Cranmer; Nicholas Ridley, obispo de Londres y el reformista Hugh Latimer. Aunque no existe unanimidad acerca del número de condenados, John Foxe calcula en su Libro de los mártires que 284 personas fueron ejecutados por cuestiones de fe. Apareció de manera destacada y vilipendiada en dicho libro, publicado en 1562, cuyas siguientes ediciones gozaron de mucha popularidad entre los protestantes durante el siglo XIX.

                                                                                    La creación del Reino de Irlanda en 1542 no fue reconocida por la Europa católica, pero en 1555, María I obtiene una bula papal en la que confirmaba que ella y su esposo eran los monarcas de Irlanda. De este modo la Iglesia acepta el lazo de unión entre los reinos de Inglaterra e Irlanda.

                                                                                    Los condados de Laois y Offaly fueron conocidos como Condado del Rey (King's County) y Condado de la Reina (Queen's County) antes de la independencia de Irlanda para fomentar la Reconquista de los Tudor. Sus principales ciudades se llamaron Maryborough (Portlaoise oficialmente desde 1920) y Philipstown (Daingean oficialmente desde 1920) respectivamente. Numerosos colonialistas ingleses se asentaron en las tierras del centro para reducir los ataques de Pale, la colonia cercana a Dublín.

                                                                                    Tras haber heredado el trono de España después de que su padre abdicara, Felipe II volvió a Inglaterra desde marzo hasta julio de 1557 para convencerla para que apoyase a España en una guerra contra Francia (las guerras Italianas). Como existía una vieja alianza entre Irlanda y Francia, las relaciones comerciales con Francia se pondrían en peligro e Inglaterra sufría en ese momento una marcada pobreza financiera como legado de una mala economía del reinado de Eduardo VI. Como resultado del acuerdo para declarar la guerra a Francia (y violar el específico y cuidadoso contrato de matrimonio firmado) en Inglaterra la facción protestante inició una campaña llenando las calles de panfletos sediciosos que encendían los ánimos contra los españoles. Los malos resultados de las fuerzas inglesas se traducen en la pérdida el 13 de enero de 1558 de la única posesión continental que le quedaba al país, Calais.

                                                                                    A pesar de la unión con Felipe de España, Inglaterra no se benefició del enorme y lucrativo comercio con el Nuevo Mundo. Los españoles guardaban con celo los ingresos que le reportaban y debido a que estaba casada con un español, María I no podía aprobar el comercio ilegítimo (a modo de piratería). En un intento por aumentar el comercio y poder rescatar la economía, continuó la política de Northumberlan de buscar nuevos puertos comerciales fuera de Europa. Así intentaba reconciliar la nueva forma de gobierno- que suponía gastos mayores- con el sistema medieval de imposición de aranceles y deudas.

                                                                                    Para solucionar dicho problema en 1558 el Gobierno publicó el «libro de tasas» (Book of Rates), en el que se exponía una lista de aranceles para cada importación. William Paulet, marqués de Winchester fue nombrado perito de aduanas y entre sus tareas se le asignó la de la supervisión del sistema de recaudación de impuestos.

                                                                                    Durante su reinado sufrió dos falsos embarazos, por lo que se especuló que podría deberse a la presión por crear un heredero, aunque los síntomas físicos, entre los que se incluía lactancia y luego la pérdida de visión, hacían sospechar de que se trataba de algún desorden hormonal, tal como un tumor de la glándula pituitaria.

                                                                                    María I decretó en su testamento que su marido debería adquirir la regencia en caso de que su descendencia no hubiera cumplido la mayoría de edad.

                                                                                    Su muerte se produjo el 17 de noviembre de 1558 en el Palacio de St. James. A pesar de que su testamento recogía su voluntad de ser enterrada junto a su madre, finalmente fue enterrada en la Abadía de Westminster, que más tarde compartiría con Isabel I.

                                                                                    María I disfrutó de una tremenda popularidad entre el pueblo debido al duro trato que recibió en los comienzos de su reinado, especialmente por la población católica. Sin embargo su matrimonio con Felipe II no fue bien aceptado entre sus súbditos; en el contrato de matrimonio se especificaba claramente que Inglaterra no se vería envuelta en guerras de España, pero se demostró que esta condición no tenía ningún sentido. Felipe II pasó la mayor parte del tiempo gobernando sus territorios en Europa continental mientras su esposa permanecía en Inglaterra y tras la muerte de su esposa, Felipe II fue pretendiente de Isabel I pero fue rechazado por ella.

                                                                                    18 de febrero de 1516 - 23 de mayo de 1533: Princesa María Tudor Princess Mary of England.
                                                                                    23 de mayo de 1533 - 19 de julio de 1553: Lady María Tudor.
                                                                                    19 de julio de 1553 - 17 de noviembre de 1558: Su Majestad la Reina de Inglaterra e Irlanda.
                                                                                    16 de enero de 1556 - 17 de noviembre de 1558: Su Majestad la Reina de España y Sicilia.
                                                                                    María I utilizaba el tratamiento de «Alteza» y «Excelencia» así como el «Majestad». Este último lo comenzó a usar su padre Enrique VIII de manera constante pero no lo fue de manera exclusiva hasta el reinado de Jaime I.

                                                                                    El tratamiento del matrimonio de María I y Felipe II era el de: «Felipe y María, por la gracia de Dios, Rey y Reina de Inglaterra, Francia, España, Nápoles, Jerusalén e Irlanda, defensores de la fe, Príncipes de España y Sicilia, Archiduques de Austria, Duques de Milán, Borgoña y Brabant, Condes de Hasburgo, Flandes y Tirol».

                                                                                    Este nombramiento conjunto reflejaba no solo los términos de su contrato matrimonial sino también la posesiones de su marido, que fueron introducidas en 1556 al heredar la corona de España.

                                                                                    Curiosamente con este nombre se conoce en la actualidad un cóctel: el Bloody Mary.

                                                                                     

                                                                                    feather-small

                                                                                    lunes, 15 de febrero de 2010

                                                                                    * María I de Inglaterra ( María Tudor)

                                                                                    Reina de Inglaterra e Irlanda junto con Felipe I y reina consorte de España.

                                                                                    Maria de Inglaterra.

                                                                                    María I de Inglaterra también llamada (María de Tudor)

                                                                                    Reina consorte del 16 de enero de 1556 al 17 de Noviembre de 1558.

                                                                                    Nació el 18 de febrero de 1516 en el palacio de Kensington, Londres.Hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón. Casa de Tudor

                                                                                    María I de Inglaterra, conocida como María Tudor (Greenwich, Inglaterra; 18 de febrero de 1516 - Londres; 17 de noviembre de 1558), soberana de Inglaterra e Irlanda desde 1553, siendo la tercera mujer en acceder al trono inglés, después de Matilde de Inglaterra y de su sobrina segunda Juana Grey.

                                                                                    Fue el cuarto monarca de la dinastía Tudor; recordada por abrogar las reformas religiosas introducidas por Enrique VIII y someter de nuevo a Inglaterra a la disciplina papal el 30 de noviembre de 1554 con el apoyo del Cardenal Reginald Pole. En dicho proceso, condenó a casi 300 religiosos disidentes a morir en la hoguera en las Persecuciones Marianas, ganándose el apodo de María la Sanguinaria (en inglés, Bloody Mary). El restablecimiento del catolicismo romano fue revertido por su sucesora y media hermana, Isabel I, quien era hija de su padre, el rey Enrique VIII y su segunda esposa, la reina Ana Bolena.

                                                                                    María fue la única hija de Enrique VIII y su primera esposa, Catalina de Aragón que sobrevivió a la infancia. Su madre abortó en varias ocasiones, una hermana nació muerta y tres hermanos apenas vivieron, incluyendo entre ellos a Enrique, duque de Cornualles, que la precedió. Por parte de madre era nieta de Fernando II de Aragón y de Isabel I de Castilla. Nació en el Palacio de Placentia en Greenwich, Londres. Fue bautizada con el cardenal Thomas Wolsey como padrino. Fue una niña enfermiza con problemas de visión y dolores de cabeza. John Hussey, barón Hussey de Sleaford fue su chambelán, y su mujer, Lady Anne, hija de George Grey, una sus ayudantes.

                                                                                    A pesar de sus problemas de salud, fue una niña precoz. Gran parte del reconocimiento de su esmerada educación se la debe a su madre, quien contó para ello con el erudito Juan Luis Vives. También estudió griego, ciencias y música. En julio de 1521, con apenas cinco años y medio, entretenía a las visitas con una representación de la virginal, un pequeño clavicémbalo. Enrique VIII la adoraba y alardeaba frente a sus amistades de su buen comportamiento. A la edad de nueve años, su padre le donó su propia corte en el Castillo de Ludlow, así como varias Prerrogativas Reales, solo concedidas al Príncipe de Gales, llamándola incluso Princesa de Gales. En 1526, fue enviada a Gales para presidir el Consejo de Gales y las Marcas. A pesar del afecto que le profesaba, Enrique VIII estaba decepcionado por la ausencia de hijos varones.

                                                                                    Durante su infancia Enrique VIII negoció posibles matrimonios para su hija. Cuando solo tenía dos años fue prometida al hijo del rey de Francia Francisco I, pero tres años después se canceló el trato. En 1522 se acordó el Tratado de Windsor por el que se casaría con su primo, el emperador Carlos V, que por entonces contaba con 22 años. Sin embargo, el compromiso se rompió años después. Fue entonces cuando se sugirió la boda con el padre del delfín de Francia, Francisco I, quien deseaba una alianza con Inglaterra. Un tratado de matrimonio se firmó en el que se estipulaba que María I se casaría con Francisco I o su segundo hijo Henry, duque de Orleáns. Sin embargo, el cardenal Wolsey, consejero jefe de Enrique VIII, consiguió asegurar la alianza sin el matrimonio.

                                                                                    Mientras, el matrimonio de los padres de María estaba en peligro debido a la falta del heredero varón. El rey intentó la anulación, pero el Papa Clemente VII lo rechazó. Se especula con que la decisión del Papa estuvo influida por el antiguo prometido y sobrino de la madre de María I, Carlos V. Enrique VIII había alegado consanguinidad (a pesar del debate sobre la posible consumación del matrimonio), ya que su esposa había estado casada anteriormente con su hermano Arturo. En 1533 Enrique VIII se casó en secreto con Ana Bolena y más tarde el matrimonio con Catalina fue declarado inválido. Enrique entonces rompe relaciones con la Iglesia Católica y se proclamó cabeza de la Iglesia Anglicana. Como consecuencia de ello,Catalina de Aragón perdió su título de reina pero mantuvo el de Princesa viuda de Gales, título que llevaría como viuda del príncipe Arturo. María I fue declarada ilegítima, pasó a recibir el trato de Lady Mary y se desterró de la línea de sucesión, ocupando su puesto su hermanastra, la hija de Ana Bolena, la futura Isabel I. María I fue expulsada de la Corte, así como sus sirvientes de sus trabajos y fue obligada a servir como dama de compañía de Isabel I. No se le permitió ver a su madre ni asistir a su funeral en 1536. Se dice que la razón del frío comportamiento hacia su hermanastra Isabel se debió al trato que recibió durante estos años.

                                                                                    Cuando Ana Bolena fue decapitada, Isabel perdió su tratamiento de princesa, pasó a ser tratada como Lady Isabel y fue eliminada de la línea de sucesión. Pocos días después de la muerte de Ana, Enrique VIII se casó con Jane Seymour, quien murió tras dar a luz a un varón, el futuro Eduardo VI. María fue la madrina y presidió el duelo en su funeral . En respuesta a este gesto, Eduardo VI le concedió una casa y le permitió residir en los palacios reales. La publicación de los gastos personales que hizo durante ese periodo demuestran que residió en Hatfield House, en el Palacio de Beaulieu, también llamado Newhall, Richmond y Hunsdon.

                                                                                    En 1543 Enrique VIII se casó por sexta vez, en esta ocasión con Catalina Parr, quien consiguió unir a toda la familia. Un año después, mediante el acta de sucesión Enrique VIII volvió a incluir a sus dos hijas en la línea de sucesión detrás de su hermano Eduardo, a pesar de seguir siendo ilegítimas de manera oficial.

                                                                                    Enrique VIII muere en 1547 y su hijo Eduardo VI le sucede. Puesto que todavía es menor, la regencia pasa a un consejo dominado por protestantes que intentó implantar su fe en todo el país. Por ejemplo, el acta de uniformidad 1549 prescribía los ritos protestantes, tales como el uso del libro de oraciones de Thomas Cranmer.

                                                                                    Eduardo VI muere de tuberculosis en julio de 1553. Eduardo VI, así como su padre Enrique VIII, no quería que María heredase la corona por miedo a que reimplantara el catolicismo y deshiciera todas las reformas hechas hasta ese momento. Por ello planea excluirla de la línea sucesoria, algo que le desaconsejan sus asesores ya que tendría que excluir también a su hermana Isabel. Guiado por John Dudley, duque de Northumberland, Eduardo VI excluye a ambas de la línea de sucesión en su testamento.

                                                                                    Eduardo VI alega que Lady Jane Grey, nuera de Dudley, nieta de la reina de Francia y hermana de Enrique VIII, sea la que le suceda. Sin embargo esta exclusión contradice el Acta de Sucesión de 1544 en la que restauraba a María e Isabel en la línea sucesoria. A punto de morir Eduardo VI, María había sido enviada de vuelta a Londres desde el castillo de Framlingham (Suffolk), donde se había mudado recientemente tras abandonar la residencia del Palacio de Beaulieu. Sin embargo, María dudó de que este viaje fuera solo un pretexto para ser capturada y facilitar así el ascenso de Grey al trono. Lady Grey fue proclamada reina de Inglaterra el 10 de julio de 1553 Sin embargo, sus apoyos rápidamente se debilitaron y fue destronada nueve días después. Al destronamiento de Grey le sucede la llegada triunfante aclamada por el pueblo de María I, para asumir el puesto que había dejado Grey. John Dudley y Lady Grey fueron encarcelados en la Torre de Londres y finalmente ejecutados. María I temía que si Lady Jane seguía viva pudiera organizar revueltas contra su reinado.

                                                                                    Una de las primeras medidas como reina fue la de liberar de la prisión de la Torre de Londres al católico Thomas Howard, duque de Norfolk y a Stephen Gardiner. En esos momentos el único ejecutado por cargos de alta traición había sido el duque de Northumberland. María solo podía confiar en Gardiner, a quien nombró obispo de Winchester y Lord Chancellor, ya que casi todo los consejeros privados estaban implicados en la conjura para coronar a Lady Jane. Gardiner proclamó de manera formal y oficial a María I el 1 de octubre de 1553

                                                                                    A los 37 años María vuelca toda su atención en buscar marido y procrear un heredero para evitar que acceda al trono la protestante Isabel (quien todavía era su sucesora según las condiciones del testamento de Enrique VIII). María I rechaza la proposición de Eduardo Courtenay, conde de Devon, ya que tenía las perspectivas de casarse con el entonces príncipe Felipe de España, hijo de su primo Carlos V, el futuro Felipe II de España. Se dice que tras haber visto el cuadro de cuerpo entero pintado por Tiziano (ahora expuesto en el Museo del Prado), María declaró haberse enamorado de él.

                                                                                    Felipe II de españa.Felipe-II-rey-de-Espana_00 Retrato juvenil de Don Felipe II de Austria, Infante de España y Príncipe de Asturias (1527-1598)

                                                                                    La ceremonia tuvo lugar en en la Catedral de Winchester el 25 de julio de 1554, dos días después de su primer encuentro. El punto de vista de Felipe II era puramente político (había declarado admirar su dignidad pero no sentía «ningún deseo carnal por ella»). A raíz de esta boda, la reina fue retratada por Antonio Moro en el famoso cuadro, ahora en el Museo del Prado.

                                                                                    Lord Chancellor Gardiner y la Cámara de los Comunes le pidieron que se casara con un inglés ante el temor de que el país se viera relegado a depender de España. Este miedo podría haberse acrecentado en el hecho de que María -excluyendo a los breves y fallidos reinados de Lady Jane y la Emperatriz Matilde- fue la primera monarca reinante de Inglaterra.

                                                                                    A los tres meses de su matrimonio María empieza a sospechar que está embarazada, viendo como su vientre aumentaba de volumen, pero el alumbramiento no llegaba y el tiempo se dilataba por lo que los médicos atribuyeron la inflamación del vientre real a una hidropesía, vulgar retención de líquidos. Su marido la convenció para que liberase a su hermana Isabel del arresto domiciliario al que se encontraba sometida probablemente para verse favorecido por ella en caso de muerte de su esposa.

                                                                                    Numerosas insurrecciones comenzaron a surgir cuando se reafirmó en casarse con Felipe II, de quien estaba enamorada. El duque de Suffolk volvió a proclamar que su hija Lady Jane Grey era la reina. En apoyo a Isabel I, Thomas Wyatt lideró una fuerza invicta hasta su llegada a Londres desde Kent. Tras haber sido aplastadas las rebeliones, el duque de Suffolk, su hija Lady Jane Grey y su marido fueron encarcelados por alta traición y ejecutados. Isabel, a pesar de declarar su inocencia en el caso Wyatt fue encarcelada durante dos meses en la Torre de Londres y más tarde bajo arresto domiciliado en el Palacio de Woodstock.

                                                                                    Según las condiciones del contrato de matrimonio, a Felipe se le llamaría «Rey de Inglaterra», todos los documentos oficiales (incluidas las Actas del Parlamento) se firmarían con ambos nombres y el Parlamento debía ser llamado bajo la autoridad conjunta. Se acuñaron también monedas con la cara de ambos. El contrato de matrimonio se dispuso que Inglaterra no estaría obligada a ofrecer apoyo militar al padre de Felipe II en cualquier posible guerra. Los poderes de Felipe II, sin embargo, eran extremadamente limitados, así como los monarcas no constituían una unión tan poderosa como la de Guillermo III y María II.

                                                                                    María I se preocupó de asuntos relacionados con la religión: siempre rechazó la ruptura con Roma emprendida por su padre y el establecimiento del protestanismo que hizo su hermano Eduardo. Restauró las relaciones con Roma y con el hijo de su institutriz la condesa de Salisbury, el cardenal Reginal Pole, quien tras la ejecución de Thomas Cranmer fue Arzobispo de Canterbury.

                                                                                    María también persuadió al Parlamento para rechazar las leyes protestantes aprobadas por Enrique VIII. Para conseguir un acuerdo tuvo que hacer una importante concesión: decenas de miles de acres de tierras monacales confiscadas por su padre no serían devueltas debido a la influencia que tenían los nuevos dueños mediante esta distribución. El restablecimiento de las leyes contra los herejes fueron aprobadas en 1554. También se comenzó una reforma monetaria supervisada por Thomas Gresham para contrarestar la dramática devaluación que caracterizó los últimos años del reinado de Enrique VIII y el de su hijo Eduardo VI, aunque todas estas medidas supusieron un amplio fracaso.

                                                                                    Las persecuciones religiosas duraron casi cuatro años, en los que numerosos líderes protestantes fueron ejecutados, otros tuvieron que exiliarse y cerca de 800 permanecieron en el país. Entre los ejecutados se encuentra John Rogers (4 de febrero de 1555); el arzobispo de Canterbury Thomas Cranmer; Nicholas Ridley, obispo de Londres y el reformista Hugh Latimer. Aunque no existe unanimidad acerca del número de condenados, John Foxe calcula en su Libro de los mártires que 284 personas fueron ejecutados por cuestiones de fe. Apareció de manera destacada y vilipendiada en dicho libro, publicado en 1562, cuyas siguientes ediciones gozaron de mucha popularidad entre los protestantes durante el siglo XIX.

                                                                                    La creación del Reino de Irlanda en 1542 no fue reconocida por la Europa católica, pero en 1555, María I obtiene una bula papal en la que confirmaba que ella y su esposo eran los monarcas de Irlanda. De este modo la Iglesia acepta el lazo de unión entre los reinos de Inglaterra e Irlanda.

                                                                                    Los condados de Laois y Offaly fueron conocidos como Condado del Rey (King's County) y Condado de la Reina (Queen's County) antes de la independencia de Irlanda para fomentar la Reconquista de los Tudor. Sus principales ciudades se llamaron Maryborough (Portlaoise oficialmente desde 1920) y Philipstown (Daingean oficialmente desde 1920) respectivamente. Numerosos colonialistas ingleses se asentaron en las tierras del centro para reducir los ataques de Pale, la colonia cercana a Dublín.

                                                                                    Tras haber heredado el trono de España después de que su padre abdicara, Felipe II volvió a Inglaterra desde marzo hasta julio de 1557 para convencerla para que apoyase a España en una guerra contra Francia (las guerras Italianas). Como existía una vieja alianza entre Irlanda y Francia, las relaciones comerciales con Francia se pondrían en peligro e Inglaterra sufría en ese momento una marcada pobreza financiera como legado de una mala economía del reinado de Eduardo VI. Como resultado del acuerdo para declarar la guerra a Francia (y violar el específico y cuidadoso contrato de matrimonio firmado) en Inglaterra la facción protestante inició una campaña llenando las calles de panfletos sediciosos que encendían los ánimos contra los españoles. Los malos resultados de las fuerzas inglesas se traducen en la pérdida el 13 de enero de 1558 de la única posesión continental que le quedaba al país, Calais.

                                                                                    A pesar de la unión con Felipe de España, Inglaterra no se benefició del enorme y lucrativo comercio con el Nuevo Mundo. Los españoles guardaban con celo los ingresos que le reportaban y debido a que estaba casada con un español, María I no podía aprobar el comercio ilegítimo (a modo de piratería). En un intento por aumentar el comercio y poder rescatar la economía, continuó la política de Northumberlan de buscar nuevos puertos comerciales fuera de Europa. Así intentaba reconciliar la nueva forma de gobierno- que suponía gastos mayores- con el sistema medieval de imposición de aranceles y deudas.

                                                                                    Para solucionar dicho problema en 1558 el Gobierno publicó el «libro de tasas» (Book of Rates), en el que se exponía una lista de aranceles para cada importación. William Paulet, marqués de Winchester fue nombrado perito de aduanas y entre sus tareas se le asignó la de la supervisión del sistema de recaudación de impuestos.

                                                                                    Durante su reinado sufrió dos falsos embarazos, por lo que se especuló que podría deberse a la presión por crear un heredero, aunque los síntomas físicos, entre los que se incluía lactancia y luego la pérdida de visión, hacían sospechar de que se trataba de algún desorden hormonal, tal como un tumor de la glándula pituitaria.

                                                                                    María I decretó en su testamento que su marido debería adquirir la regencia en caso de que su descendencia no hubiera cumplido la mayoría de edad.

                                                                                    Su muerte se produjo el 17 de noviembre de 1558 en el Palacio de St. James. A pesar de que su testamento recogía su voluntad de ser enterrada junto a su madre, finalmente fue enterrada en la Abadía de Westminster, que más tarde compartiría con Isabel I.

                                                                                    María I disfrutó de una tremenda popularidad entre el pueblo debido al duro trato que recibió en los comienzos de su reinado, especialmente por la población católica. Sin embargo su matrimonio con Felipe II no fue bien aceptado entre sus súbditos; en el contrato de matrimonio se especificaba claramente que Inglaterra no se vería envuelta en guerras de España, pero se demostró que esta condición no tenía ningún sentido. Felipe II pasó la mayor parte del tiempo gobernando sus territorios en Europa continental mientras su esposa permanecía en Inglaterra y tras la muerte de su esposa, Felipe II fue pretendiente de Isabel I pero fue rechazado por ella.

                                                                                    18 de febrero de 1516 - 23 de mayo de 1533: Princesa María Tudor Princess Mary of England.
                                                                                    23 de mayo de 1533 - 19 de julio de 1553: Lady María Tudor.
                                                                                    19 de julio de 1553 - 17 de noviembre de 1558: Su Majestad la Reina de Inglaterra e Irlanda.
                                                                                    16 de enero de 1556 - 17 de noviembre de 1558: Su Majestad la Reina de España y Sicilia.
                                                                                    María I utilizaba el tratamiento de «Alteza» y «Excelencia» así como el «Majestad». Este último lo comenzó a usar su padre Enrique VIII de manera constante pero no lo fue de manera exclusiva hasta el reinado de Jaime I.

                                                                                    El tratamiento del matrimonio de María I y Felipe II era el de: «Felipe y María, por la gracia de Dios, Rey y Reina de Inglaterra, Francia, España, Nápoles, Jerusalén e Irlanda, defensores de la fe, Príncipes de España y Sicilia, Archiduques de Austria, Duques de Milán, Borgoña y Brabant, Condes de Hasburgo, Flandes y Tirol».

                                                                                    Este nombramiento conjunto reflejaba no solo los términos de su contrato matrimonial sino también la posesiones de su marido, que fueron introducidas en 1556 al heredar la corona de España.

                                                                                    Curiosamente con este nombre se conoce en la actualidad un cóctel: el Bloody Mary.

                                                                                    989321gyey13hzit

                                                                                    miércoles, 10 de febrero de 2010

                                                                                    *María Cristina de Habsburgo-Lorena.

                                                                                                                Reina consorte de España.  cris

                                                                                    LA REINA CON LA CORONA REAL Y CON VESTIDO BORDADO CON LA FLOR DE LIS, SIMBOLO DE LA CASA DE BORBON

                                                                                    María Cristina de Habsburgo-Lorena, María Christina Désirée Henriette Felicitas Rainiera von Habsburg-Lothringen (Gross-Seelowitz, Moravia, 21 de julio de 1858 – Madrid, 6 de febrero de 1929), nacida archiduquesa de Austria y princesa de Hungría y Bohemia, fue reina consorte de España por su matrimonio con el rey Alfonso XII.

                                                                                    Reina Consorte de España del 29 de noviembre de 1879 - 25 de noviembre de 1885

                                                                                    Reina Regente del Reino 26 de noviembre de 1885 - 17 de mayo de 1902.

                                                                                    Hija del archiduque Carlos Fernando de Austria y de la archiduquesa Isabel Francisca de Austria, era prima segunda de los emperadores de Austria y de México: Francisco José y Maximiliano I. Fallecido Alfonso XII, ejerció la regencia durante la minoría de edad de su hijo, el rey Alfonso XIII desde 1885 hasta 1902. Durante su regencia se produjo la Guerra hispano-estadounidense, en la que España perdió las últimas posesiones de su imperio colonial.

                                                                                    Por vía materna guardaba parentesco con las familias reales española y austríaca, puesto que era tataranieta de Carlos III de España y bisnieta de Leopoldo II de Austria. Hija del archiduque Carlos Fernando de Austria y de la archiduquesa Isabel Francisca de Austria, era sobrina de los emperadores de Austria y de México: Francisco José y Maximiliano I. Fallecido Alfonso XII, ejerció la regencia durante la minoría de edad de su hijo, el rey Alfonso XIII desde 1885 hasta 1902. Durante su reinado se produjo la Guerra hispano-estadounidense, en la que España perdió las últimas posesiones de su imperio colonial.

                                                                                    María Cristina se convirtió en la segunda esposa del rey Alfonso XII en 1879, tras enviudar éste de María de las Mercedes de Orleáns. No congenió muy bien con el extravertido monarca a causa de su carácter tímido y tranquilo, aunque terminó sintiendo su pérdida. Dado que cuando falleció el soberano en 1885 se hallaba embarazada de un hijo que nacería póstumo, tuvo que asumir la regencia.

                                                                                    El 17 de mayo de 1886 nace el futuro rey Alfonso X III que se convirtió en la gran esperanza para el trono español.

                                                                                    Alcanza su mayoría de edad en 1902. (Certificación del acta de inscripción en el registro del estado civil de la Familia Real de España del nacimiento del rey Alfonso XIII).

                                                                                    En la legislatura de 1887 se aprueba la ley reguladora del derecho de asociación (25 de mayo), que supone un triunfo del gobierno liberal presidido por Sagasta y permite la legalización de sindicatos y asociaciones obreras.

                                                                                    anec_thumb3

                                                                                    Esta imagen de la Reina María Cristina con el heredero Alfonso XIII y sus otras dos hijas a la hora de la merienda es una de las primeras instantáneas de una soberana con su prole.

                                                                                    En la siguiente legislatura, el 20 de mayo de 1888, la Reina Regente, su hijo y Sagasta como presidente del Gobierno asisten a la inauguración de la Exposición Universal de Barcelona.

                                                                                    El 12 de agosto de 1888 se funda en Barcelona la Unión General de Trabajadores (UGT) y Pablo Iglesias es elegido presidente del PSOE.

                                                                                    Durante la nueva legislatura, que se abre el 30 de noviembre de 1888, la Internacional Socialista, reunida en París, declara el 1 de mayo como Día Internacional de los Trabajadores.

                                                                                    Destacan, entre otras, la Ley de amnistía para todos los delitos electorales y la ley electoral que introducía el sufragio universal masculino, de 26 de junio de 1890.

                                                                                    El 13 de enero de 1891 fallece el que fuera presidente del Congreso  Manuel Alonso Martínez, cuyo velatorio tiene lugar en el salónde Conferencias del Palacio del Congreso de los Diputados.

                                                                                    Unas nuevas elecciones celebradas el 1 de febrero de 1891 dan como resultado 253 escaños para los conservadores, 74 para

                                                                                    maria cristina

                                                                                                              María Cristina y su hijo Alfonso XIII.

                                                                                    María Cristina se guió por la sensatez y el equilibrio en sus diecisiete años de regencia, reconociéndole los historiadores su impecable observancia de las obligaciones constitucionales. Tuvo por confesor a José Fernández Montaña, al cual le encargó la educación de Alfonso XIII como preceptor. Poco después de la muerte del rey Alfonso XII, con el objetivo de evitar los errores que dieron lugar a la crisis del reinado de Isabel II, se llegó al Pacto del Pardo: Un acuerdo suscrito por Antonio Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta, que instituyó el sistema de turnos pacíficos en ejercicio del poder entre liberales y conservadores y consolidó la Restauración hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El papel de María Cristina en el sistema de gobierno fue representativo, ya que no participó en los enfrentamientos entre los partidos dinásticos, respetando el turno a la hora de llamar a los candidatos a formar gobierno aunque se sintió más cercana a Sagasta y no puso dificultades al mantenimiento de largos períodos de gobierno del partido liberal. Se promulgaron, entre otras, la Ley de Sufragio Universal y la Ley de Asociaciones.

                                                                                    reina

                                                                                    La Reina Regente María Cristina de Habsburgo Lorena con su hijo, el futuro rey Alfonso XIII.
                                                                                    Cuadro de Luis Álvarez Catalá de 1898.

                                                                                    En sus últimos años de regencia se agravó el problema marroquí y se agudizó la conflictividad social. De esta época datan también los inicios del catalanismo político. Además, la pérdida de las tres últimas colonias hispanoamericanas en 1898 y el inicio de la descomposición de los dos partidos del turno al desaparecer Cánovas y Sagasta pocos años después, sumieron al país en una grave crisis, que evidenció de manera clara la inoperancia que adquirió, coincidiendo con el cambio de siglo, el régimen de la Restauración. Su más ferviente deseo era traspasar la Corona a su hijo, deseo que vio cumplido en 1902, cuando Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad y fue proclamado rey de España. Desde ese momento se consagró a las obras de caridad y a su vida familiar y, a partir de 1906, al contraer matrimonio su hijo Alfonso con Victoria Eugenia de Battenberg, utilizó el título de «Reina Madre».

                                                                                    En 1887 había inaugurado el Casino de San Sebastián, actual sede del Ayuntamiento de San Sebastián. Le encantó tanto la ciudad que no dudó en visitarla todo los veranos. En su memoria se dio nombre al puente y al principal Hotel de la ciudad, que además la nombró Alcaldesa Honoraria en 1926. También ordenó la construcción del Palacio de Miramar en 1888.

                                                                                    Falleció en el Palacio Real de Madrid el 6 de febrero de 1929 (70 años) y fue enterrada en el Monasterio de El Escorial.

                                                                                    Tuvo tres hijos con Alfonso XII:

                                                                                    Rosa rojaMaría de las Mercedes (1880–1904), princesa de Asturias.
                                                                                    Rosa rojaMaría Teresa (1882–1912), infanta de España.
                                                                                    Rosa rojaAlfonso XIII (1886–1941), rey de España.

                                                                                     

                                                                                    43_thumb1

                                                                                    https://youtu.be/vLN1rLKh85o
                                                                                     
                                                                                    Plantilla creada por maria basada en la minima de blogger.