domingo, 28 de noviembre de 2010

Zita de Borbón-Parma

                            Casa real de Borbón-Parma.  
Emperatriz Consorte de Austria, Reina Consorte de Hungría, Bohemia, Croacia y Eslavonia, Dalmacia, Galicia y Lodomeria.

Zita of Bourbon-Parma
                               Casa real de Borbón-Parma.

Zita de Borbón-Parma (Zita María delle Grazie Adelgonda Micaela Raffaela Gabriela Giuseppina Antonia Luisa Agnese) (Lucca, 9 de mayo de 1892 - Zizers, 14 de marzo 1989. Hija de Roberto, duque de Parma y su segunda esposa, María Antonia de Portugal.
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                                      Villa Pianore. 
Zita vino al mundo el 09 de mayo de 1882 en Villa Pianore, en Lucca (Italia), era la hija decimoséptima del último duque de Parma, Roberto I (el cual fue depuesto en el año 1859, aún siendo un niño, a causa de la unificación italiana), y su madre era María Antonia de Portugal, segunda esposa del duque e hija del Rey Miguel de Portugal y Adelaida de Löwestein-Werthein-Rosenburg, con lo cual estaba emparentada con las casas reales de España, Francia y Portugal.
untitledmn                                   Schwarzan (Austria)
La infancia de Zita transcurrió entre Villa Pianore y el castillo familiar de Schwarzan (Austria). Cuando contaba 10 años, fue enviada a un internado en Zanberg (en la Alta Baviera), pero a la muerte de su padre su abuela materna la envía, junto a su hermana Francisca, a un convento en la isla de Wight para que complete su educación.
Su padre, Roberto, duque de Parma
                         Su padre, Roberto, duque de Parma. nlborbon1
                       María Antonia de Portugal, su madre.
Zita y sus hermanos
                                    Zita y sus hermanos.
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El duque Roberto I de Parma, su segunda esposa la infanta María Antonia de Portugal y los hijos de su primer y segundo matrimonio. Zita es la que está sentada a la derecha.
Fue la última Emperatriz y Reina consorte de Austria-Hungría (1916-1918) como esposa de Carlos I de Austria y IV de Hungría. Entre sus ancestros más cercanos se encontraban varios reyes de las casas reinantes de España, Portugal y Francia.
Hija número diecisiete del duque Roberto I de Parma, Zita se casó con el Archiduque Carlos de Habsburgo en 1911. Carlos se convirtió en heredero del emperador Francisco José I en 1914 tras el asesinato de su tío el Archiduque Francisco Fernando de Austria, y accedió al trono en 1916 con la muerte del Emperador.
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Conoce al archiduque Carlos, el cual se encontraba en Brandeis en el Elba, junto a su regimiento de Dragones, en el año 1909, y entre los dos nace una íntima amistad. Carlos estaba presionado por la corte imperial para que contrajera matrimonio, ya que su tío Francisco Fernando, que era el heredero al trono, casó en matrimonio morganático, con lo cual sus hijos fueron excluidos del trono. Zita, la cual contaba con un linaje real, era una princesa adecuada y la amistad se transformó en amor. En el año 1910 ese sentimiento se hizo aún más profundo y el archiduque viajó hasta Villa Pianore a pedir la mano de Zita. El 13 de junio de 1911 se anunció el compromiso matrimonial en la corte austríaca. El 21 de octubre de ese mismo año, en el castillo de Schwarzau, se celebro el enlace con el visto bueno del emperador Francisco José I, el cual estaba profundamente satisfecho por un matrimonio tan adecuado y por una consorte con un linaje excepcional. El primer hijo de la pareja, Otto, vino al mundo el 12 de noviembre de 1912. La pareja tuvo aún siete hijos más durante la década siguiente.
Tuvo con su marido ocho hijos:
Rosa rojaArchiduque Otto de Austria, Príncipe heredero (1912); casado con Regina de Sajonia-Hildburghausen y Meiningen (1925-2010).
Rosa rojaArchiduquesa Adelaida de Austria (1914-1971).
Rosa rojaArchiduque Roberto de Austria-Este, Duque Títular de Modena (1915-1996); casado con Margarita de Saboya-Aosta (1930).
Rosa rojaArchiduque Félix de Austria (1916); casado con Ana Eugenia de Arenberg (1925-1997).
Rosa rojaArchiduque Carlos Luis de Austria (1918-2007); casado con Yolanda de Ligne (1923).
Rosa rojaArchiduque Rodolfo de Austria (1919-2010); casado con la Condesa Xenia Tschernyschev-Besobrasoff (1929-1968) y después con Ana Gabriela de Wrede (1940).
Rosa rojaArchiduquesa Carlota de Austria (1921-1989); casada con el Duque Jorge de Mecklenburgo (1899-1963).
Rosa rojaArchiduquesa Isabel de Austria (1922-1993); casada con Enrique de Liechtenstein (1916-1991).
El 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando y su esposa Sophie, herederos al trono, son asesinados en Sarajevo por un nacionalista serbo-bosnio. Tras el magnicidio, Carlos y Zita se convierten en los herederos al viejo trono de los Habsburgo. El asesinato de Francisco Fernando fue el detonante que desencadenó la Primera Guerra Mundial, y durante la contienda Carlos fue ascendido a General y destinado en el Tirol.
La guerra fue especialmente dura para Zita, ya que sus propios hermanos lucharon en frentes opuestos (unos junto a Austria y otros junto a Bélgica), también el país que la vio nacer, Italia, declaró la guerra a Austria-Hungría en 1915. En la corte alemana, a causa de las declaraciones del embajador alemán en Viena, conde Otto Wedel, se recordaba que la emperatriz descendía de una Casa Real italiana.
Durante la Guerra, Zita y sus hijos se instalaron en el palacio de Schönbrunn junto al emperador Francisco José, el cual murió el 21 de noviembre de 1916 a los 86 años de edad. A consecuencia de ello, ascendieron al trono Carlos y Zita como nuevos emperadores de Austria, y fueron coronados reyes de Hungría en Budapest el 30 de diciembre de 1916.
En el transcurso de la I Guerra Mundial, Zita mostró de nuevo su carácter firme y enérgico, y no dudo un instante en acompañar a su marido por las distintas provincias del imperio y acudir al frente, sin olvidar sus obras benéficas y sus visitas a los hospitales de heridos de la guerra.
En los postreros años de la guerra, Zita fue la principal impulsora de un plan de Austria-Hungría para la firma de una paz por separado con Francia, contando con la ayuda de su hermano, el príncipe Sixto, que sirvió en el ejercito belga. Pero toda esta diplomacia, denominada "diplomacia dinástica", fracasó debido a la negativa alemana a dicha paz, ya que incluía la devolución de Alsacia y Lorena a Francia.
El final de la guerra fue un duro golpe a la familia imperial, ya que con el derrumbe de las potencias centrales, empezó a desmoronarse la unidad de Austria-Hungría. En septiembre de 1918, Zita declaró : "Es urgente iniciar conversaciones de paz con las potencias occidentales, mientras todavía exista algo sobre lo cual hablar...". El 16 de octubre de 1918 Carlos intenta reestructurar federalmente el imperio, para que cada nacionalidad pueda tener su propio estado; en lugar de ello, cada nación se separó del imperio y con ello empezó la efectiva disolución de la monarquía dual.
Los ministros austríacos, tras fracasar el plan anterior, presentan al emperador un manifiesto para que lo firme, en el cual se le pide su renuncia como jefe del Estado y pueda iniciarse la creación de un nuevo estado alemán-austríaco (en los antiguos territorios de la Cisleithania). Carlos y Zita interpretan que se les esta exigiendo la abdicación, a lo que Zita contesta: "un soberano nunca debe abdicar, se le puede deponer... a la fuerza; pero abdicar -nunca, nunca, nunca !!!-. Prefiero caer aquí mismo y al lado del emperador, entonces aún quedará Otto e incluso, si todos los que estamos aquí somos asesinados, todavía quedarán otros Habsburgo..."
Finalmente Carlos da su consentimiento a la publicación del manifiesto y renuncia a la jefatura del Estado sin abdicar, y junto a Zita y su cortejo marchan a Eckarstsau, cerca de la frontera con Hungría y Eslovaquía. La república alemano-austríaca es proclamada al día siguiente.
       el funeral imperial de Francisco José, cuyas imágenes retratan al pequeño Archiduque Otto,.
Con la ayuda del rey Jorge V del Reino Unido, se pone a disposición de Carlos y Zita un tren que ha de llevarlos, con la suficiente dignidad, al exilio en Suiza sin tener que abdicar (24 de marzo de 1919). Se instalan en el castillo de Wartegg, en Rorschach, una propiedad de la familia Borbón-Parma, pero las autoridades suizas les obligan a trasladarse hacía la parte occidental del país para alejarlos de la frontera con Austria y evitar posibles conflictos diplomáticos. Finalmente se instalan en Villa Pranoins cerca del lago Leman.
En el año 1920 Miklos Horthy es elegido regente de Hungría, ya que Carlos y Zita son aún reyes de Hungría. En el año 1921 y en dos ocasiones, Carlos intentará recuperar el trono húngaro (marzo y octubre), contando siempre con el apoyo incondicional de Zita. Pero debido a la reticencia del regente, a las cláusulas del Tratado del Trianon y a la presión de Checoslovaquia y Yugoslavia no se logra el objetivo, y deben abandonar Hungría y emprender un nuevo exilio que los llevará a Madeira (Portugal). El 19 de noviembre de 1921 llegan a Funchal y en febrero de 1922 se unirán a ellos sus hijos.
Carlos, Zita y su familia en su exilio en Suiza
               Carlos, Zita y su familia en su exilio en Suiza.
En su exilio en Funchal, el emperador Carlos enferma de bronquitis, la cual desemboca en una neumonía que le causa la muerte el uno de abril de 1922. Sus últimas palabras, en el lecho de muerte, fueron para Zita: "Te quiero mucho" le dijo antes de expirar.
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Carlos y Zita paseando por Funchal poco antes de la muerte del emperador.
Debido a la mediación del rey de España, Alfonso XIII, con el gobierno británico, se permite a Zita y a sus hijos abandonar Madeira e instalarse en España tras la muerte de Carlos. En un primer momento se instalan en el palacio de el Pardo (Madrid), para fijar su residencia de forma definitiva en el palacio Uribarra en Lekeitio, donde permanecerán durante casi siete años.
En septiembre de 1929 se trasladan a Steenukherzeel en Bélgica (cerca de Bruselas), donde Zita cuenta con familia. Durante el tiempo que permanecen en esta residencia, Zita intentará la restauración monárquica en Austria (en la persona de su hijo Otto), e incluso llega a existir una posibilidad que se ve truncada por la unión de Austria con la Alemania nazi.
Durante la II Guerra Mundial y tras la invasión de Bélgica por parte de Alemania, Zita y su familia deben huir hasta la frontera española. Luego llegan a Portugal, donde Zita consigue que el gobierno de los Estados Unidos le proporciones visados a ella, sus hijos y su séquito. Llegan a Nueva York el 27 de julio de 1946. Finalmente decide trasladarse a Quebec (Canadá). Desde el incio de la Guerra, Zita deberá afrontar penurias económicas al dejar de recibir las rentas de sus posesiones europeas. Tras la guerra, Zita vuelve a demostrar su vigoroso carácter e inicia un recorrido por Estados Unidos y Canadá durante dos años, en los cuales consigue fondos para las devastadas Austria y Hungría.
En 1952 regresa a Europa y se instala en el Gran Ducado de Luxemburgo. Durante este periodo (y compaginando el cuidado a su anciana madre), se dedica a participar en la canonización de su marido como "emperador de la Paz", y finalmente es declarado beato el 3 de octubre de 2004.
En el año 1982, gracias a la mediación del rey Juan Carlos I de España, Austria levanta de forma total las restricciones de entrada al país de los Habsburgo, y Zita puede volver a pisar suelo austríaco tras seis décadas de ausencia.

Archiduque Carlos con su hijo Otto.
                       Archiduque Carlos con su hijo Otto.
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                Carlos de Austria y Zita de Borbón y Parma.
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Coronación en Budapest de Carlos y Zita, junto a su hijo Otto
Coronación en Budapest de Carlos y Zita, junto a su hijo Otto





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                                          Zita en 1985.
El 14 de marzo de 1989, a la edad de 96 años, fallece Zita. Su funeral, costeado por los Habsburgo, se celebra en Viena el 1 de abril de ese mismo año siguiendo la tradición de la casa imperial y real, y es enterrada en la cripta de los capuchinos, panteón de los Habsburgo. A petición suya, su corazón se depositó en una urna y fue depositado en el monasterio de Muni (Suiza), al lado del de su esposo, para "seguir siendo el uno para el otro eternamente" según palabras de la propia emperatriz.

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                      Mausoleo de Zita en los capuchinos.
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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Elena de Baviera.

                               Elena de Wittelsbach.
Duquesa en Baviera, Princesa Hereditaria de Thurn und Taxis
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                      * Casa Real de Wittelsbach
                           * Casa real de Thurn und Taxis

Rosa rojaElena de Wittelsbach (Helene Caroline Therese Herzogin in Bayern, apodada familiarmente Néné), (Múnich, 4 de abril de 1834 - Ratisbona, 16 de mayo de 1890), fue una princesa bávara perteneciente a la Casa de Wittelsbach por nacimiento y a la Casa de Thurn und Taxis por matrimonio. Nacida Duquesa en Baviera con tratamiento de Su Alteza Real, ostentó además por matrimonio el título de Princesa Hereditaria de Thurn und Taxis y el tratamiento de Su Alteza Serenísima.
Elena fue la tercera hija de Maximiliano y Ludovica, duques en Baviera. Fue la hermana mayor de la emperatriz de Austria, Isabel de Baviera, de María Sofía, reina de las Dos Sicilias, y de Sofía Carlota, duquesa de Alençon. Como todos sus hermanos, Elena creció en un ambiente de gran libertad y en medio de una naturaleza salvaje, en el palacio familiar de Possenhofen. Allí solía acompañar a su padre y a su hermana Isabel en sus excursiones a las montañas y a sus paseos por los bosques. Al contrario que su familia, Elena era católica practicante, así mismo iba en muchas ocasiones a hospitales, al tiempo que se encargaba de otras obras de caridad.
El Palacio de Possenhofen adquirido en 1834 por Maximiliano , el padre de Sissí
   Castillo de Possenhofen, al lado del lago Starnberg.

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En la búsqueda de un buen partido para casar a su hijo Francisco José, su tía, la archiduquesa Sofía de Baviera se fijó en la seria y humilde Elena, aunque reprobando la educación poco aristocrática que su hermana había impartido a sus hijos. Así que para ver a su hija en el trono imperial, la duquesa Ludovica se preocupó de enseñarle el francés (idioma oficial en las cortes europeas), así como el complicado ceremonial cortesano español. Ambas madres acordaron reunirse en Bad Ischl con los dos jóvenes, que sólo se habían visto en una ocasión en Innsbruck. Para la ocasión, Ludovica se hizo acompañar también por otra de sus hijas, Isabel, la cual encandiló a Francisco José con su encanto, así que decidió casarse con ella pese a las críticas de Sofía. En la cena por el cumpleaños de Francisco José, se sentó a Isabel junto a éste, relegando a Elena a un puesto segundario en la mesa; y durante el baile, volvió a agasajar a la que sería su prometida dedicándole el cotillón, a pesar de que estaba previsto que lo bailara con Elena. Al día siguiente pidió la mano de Isabel a su tía. Desilusionada y afligida, Elena se sentía rechazada por el uno y traicionada por la otra.
Cumplidos los 22 años, Elena era considerada una solterona y la esperanza de encontrar un buen partido se diluía con el tiempo. Así pues, su madre se dispuso a buscar un marido para su hija antes de que fuese tarde. En su búsqueda encontró al Príncipe Hereditario Maximiliano de Thurn und Taxis, procedente de una importante familia del Imperio que había hecho su fortuna gracias al monopolio del sistema de postas que le fue concedido por el emperador Maximiliano I. Con el beneplácito de los padres d él, que vieron así la oportunidad de emparentar con el emperador, Ludovica lo invitó a Possenhofen para que conociera a su hija, y en esta ocasión triunfó en su plan, acordándose el matrimonio de los jóvenes.
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Sin embargo, el rey Maximiliano II de Baviera, tío materno de Elena, disentía en cuanto a la principesca Casa de Thurn und Taxis que, aunque rica y de antiguo linaje, no tenía ni la realeza ni el poder de los Wittelsbach, dinastía de la que descendían los padres de Elena, aunque en una línea colateral. Aún así, Isabel, que se sentía en deuda con su hermana, intercedió en favor del matrimonio y gracias a ella llegó el consentimiento real, acordándose que Elena seguiría manteniendo tras su matrimonio el rango de Duquesa en Baviera conjuntamente con el tratamiento de Alteza Serenísima y el título de Princesa Hereditaria de Thurn y Taxis. La boda se celebró en Possenhofen el 24 de agosto de 1858. El 22 de diciembre, los esposos entraban en Ratisbona acogidos por un caluroso recibimiento popular.
Lo cierto es que para entonces la relación entre Isabel y Elena hacía tiempo que se había serenado, ya que ambas se querían mucho y eran confidentes; el caso es que la emperatriz tenía en Elena una fiel amiga en la que desahogar sus angustias en la corte de Viena y los enfrentamientos con su suegra. Siempre hablaban entre ellas en inglés, una lengua incomprensible para la mayoría. También acudió, junto a su madre, a Corfú, donde Isabel se había refugiado ante la ahogante situación que vivía en Viena. El consejo dado por Elena era siempre el mismo: llegar a un acuerdo y tener paciencia con la tía Sofía.
El matrimonio consiguió ser feliz, pues a pesar de que Maximiliano no era guapo, sí era un joven inteligente que supo apreciar las virtudes de Elena. Ambos encontraron rasgos comunes, como las obras de caridad, que realizaban conjuntamente. Tuvieron cuatro hijos:
Rosa rojaLuisa de Thurn und Taxis (1859-1948), casada con Federico de Hohenzollern-Sigmaringen.
Rosa rojaIsabel de Thurn und Taxis (1860-1881), casada con el infante Miguel de Portugal, duque de Braganza
Rosa rojaMaximiliano María de Thurn und Taxis (1862-1885), sucesor de su abuelo como VII Príncipe de Thurn und Taxis.
Rosa rojaAlberto de Thurn und Taxis (1867-1952), sucesor de su hermano a la muerte de éste como VIII Príncipe de Thurn und Taxis, casado con la archiduquesa Margarita Clementina de Austria.

Luisa, hija de Maximiliano y Nene
                          Luisa, hija de Maximiliano y Nené.
                      ISABEL DE THURN Y TAXIS 1860-1881
Las dos hijas de Nené, Luisa ( después princesa Hohenzollern Sigmaringen) y Isabel, princesa de Braganza.
ANTIGUA FOTOGRAFIA DE FERNANDO MARIA DE BAVIERA Y BORBON, INFANTE DE ESPAÑA CON UNIFORME MILITAR
                      Maximiliano María. Hijo de Nené)
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                     Albert, hijo de Elena de Baviera “Nene”
Pero la felicidad conyugal no duró mucho y al poco crecieron las preocupaciones por el estado de salud de Maximiliano, que había engordado y envejecido en exceso. Cuando los médicos encontraron el diagnóstico ya era demasiado tarde pues se trataba de una grave patología nerviosa que no supieron curar ni los mejores especialistas llegados a Ratisbona para tratarlo. Moría poco después a los 36 años sin haber abandonado su condición de Príncipe Hereditario. Elena se desesperó por el dolor y pese a ello, acudió a la misa celebrada ante la tumba de su marido. Pasó mucho tiempo hasta que recobró la serenidad. Compró el castillo de Tuntzig, sobre el lago Starnberg, para estar cerca de su familia, pero una serie de sucesos la obligó a hacerse con las riendas de la herencia de sus hijos pues su suegro acababa de morir y, tras la unificación alemana, Bismarck había privado a los Thurn und Taxis del monopolio del servicio postal que reportaba gran parte de los ingresos de la familia. Con la muerte de su suegro, el cargo de cabeza de familia fue cedido a su hijo Maximiliano cuando éste llegó a los 21 años, convirtiéndose en el VII Príncipe de Thurn und Taxis. Pero su precario estado de salud propició que muriera anticipadamente, siendo sucedido por su hermano menor, Alberto, que no se hizo cargo del principado hasta dos años después, cuando cumplió la mayoría de edad. Su hija Isabel la hizo abuela por primera vez, pero el parto dañó seriamente la salud de la princesa que murió al poco, a los 21 años. Elena buscó descanso, pero pasado un tiempo, en el que murió también su hijo Maximiliano, la desesperación se transformó en locura y en un deseo de alejarse del resto del mundo. No obstante, el joven Alberto dio la impresión a su madre de ser un buen príncipe, por lo que recobró mayor serenidad aunque jamás llegó a recuperarse de la muerte de su marido e hijos. Hacia el final de su vida, Elena enfermó gravemente por una inflación de la garganta que le impedía comer. Las fuerzas la abandonaron al tiempo que tenía fiebres altas y delirios. Su hermana, la emperatriz Isabel permaneció junto a ella hasta el fin. El funeral se produjo en un clima de gran dolor por los habitantes de Ratisbona, siendo sepultada en la cripta de la familia Thurn und Taxis, en St. Emmeram's Abbey.
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sábado, 20 de noviembre de 2010

Amelia de Orleans.

                                             Casa Real 
                                           Borbón-Orleans

Amelia de Portugal
                            Reina Consorte de Portugal
                                        1886 – 1908
Rosa rojaNombre real María Amelia Luisa Helena de Orleans.Nació el 8 de Septiembre de 1865 en Londres, Reino Unido y falleció el 25 de Octubre de 1951 a los 96 años. Le Chesnay, Francia.
María Amelia Luisa Helena de Orleans, princesa francesa y última reina consorte de Portugal, nació el 8 de septiembre de 1865 en la ciudad de Londres siendo la hija primogénita de Felipe, conde de París y su esposa María Isabel de Orleans, Infanta de España. Sus abuelos paternos fueron Fernando Felipe de Francia y Helena Luisa de Mecklenburg-Schwerin y los maternos: Antonio de Orleáns, Duque de Montpensier y Luisa Fernanda de Borbón, infanta de España. D.ª Amelia fue hermana de la infanta Luisa, esposa del Infante D. Carlos, padres ambos de María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, condesa de Barcelona.
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                                     Carlos I de Portugal.
El 22 de mayo de 1886, Amelia de Orleáns contrajo matrimonio con Carlos, duque de Braganza, hijo heredero del Rey Luis I de Portugal, Amelia y su esposo tuvieron tres hijos:
 Rosa rojaLuis Felipe, Príncipe de Beira y Príncipe Real (1887-1908)
 Rosa rojaMaría Ana de Braganza (1887-1887)
 Rosa rojaManuel II de Portugal (1889-1932)
En 1889, Amelia de Orleans se convirtió en reina de Portugal junto con su esposo al morir su suegro. Su marido fue proclamado rey como Carlos I.
El 1 de febrero de 1908, a su regreso a Lisboa, la familia real sufrió un atentado en la Plaza del Comercio de Lisboa, en el cual resultaron muertos el rey, de forma instantánea, y el príncipe real, veinte minutos después; el infante D. Manuel resultó herido leve y la reina, milagrosamente ilesa, a pesar de haber defendido a sus hijos, golpeando a los asesinos. Existen numerosas teorías respecto a los organizadores del atentado, aunque todo son conjeturas, dado que los regicidas murieron en su lucha por no ser atrapados y que el proceso fue convenientemente olvidado tras la proclamación de la república. Doña Amelia se convierte en una especie de tutora del nuevo rey. Por fin puede tener una participación activa en el gobierno de la nación y se empeña en poner en marcha una especie de gobierno de unión nacional en el que estarían presentes todas las corrientes políticas, pero el reparto de las cuotas de poder descontenta a todos los partidos y, en lugar de aglutinar a la clase política en torno al joven monarca, lo que consigue es aislarlo y, consecuentemente, debilitarlo.
En 1910 con la abdicación de su hijo Manuel II de Portugal, Amelia de Orleans abandona Portugal con el resto de la familia real, siendo ella la última reina consorte del país lusitano. Muchos años después, en los años 50 del siglo XX y poco antes de su muerte, la reina fue autorizada a volver a Lisboa, donde pudo visitar las tumbas de su esposo e hijos.
A ella de debe la creación del Museo de Coches de Lisboa, en dependencias del Palacio de Belén, su residencia preferida en Lisboa, durante su vida en Portugal.
Su último papel decisivo en la historia de la dinastía tuvo lugar cuando, siguiendo la postura de su hijo D. Manuel II, reconoció como heredero de la dinastía al pretendiente miguelista, Miguel de Braganza, hijo de Miguel I de Portugal, si bien es cierto la Constitución Portuguesa retiraba sus derechos a los herederos de D. Miguel, y ya no había monarquía en Portugal y la constitución había sido reemplazada.
A su muerte, el gobierno portugués envió un barco de guerra para la repatriación de sus restos mortales a Lisboa, los cuales recibieron los más altos honores del estado y multitudinariamente acompañados hasta el Panteón de los Branganza en el monasterio de San Vicente da Fora, donde fueron depositados junto a los de su esposo e hijos.

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La reina Amelia con el infante Manuel en brazos y el infante Luis Felipe.
INFANTE LUIS FELIPE DE PORTUGAL. PRINCIPE HEREDERO.
                               Infante Luis Felipe de Portugal.

Amalia de Orleans
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https://youtu.be/vLN1rLKh85o
 
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