Gran duquesa Alejandra Iosifovna.
Casa de Holstein-Gottorp-Romanov.
Casa de Sajonia-Altenburg.
Retrato de Alexandra fue pintado por el artista de la corte de moda Joseph Karl Stieler.
Alexandra Iosifovna Rusia ( Altenburg , 08 de julio de 1830 - San Petersburgo , 06 de julio de 1911 ), nacida princesa Alexandra Frederica Henriette de Saxe-Altenburg, fue la quinta hija de José de Saxe-Altenburg y su esposa Amelia de Württemberg .
La Princesa Alexandra Frederica era la hija menor del duque de Sajonia-Altenburg José y la princesa Amelia de Württemberg . Sus abuelos paternos fueron duque Federico de Sajonia-Altenburg y la princesa Carlota de Mecklemburgo-Strelitz Jorgina . Sus abuelos maternos eran el duque Luis de Württemberg y la princesa Enriqueta de Nassau-Weilburg .
Alexandra tenía cuatro hermanas mayores: la princesa María de Sajonia-Altenburg , casada con el rey George V de Hannover , la princesa Pauline de Saxe-Altenburg, que murió a los 5 años de edad, la princesa Teresa de Sajonia-Altenburg, que murió solteros 91 años de edad y la princesa Elizabeth de Saxe-Altenburg , que se casó con el gran duque Pedro de Oldenburg II . Él también tenía una hermana menor llamada Louise, quien murió a los pocos meses
Alexandra, a la que enseguida denominaron Sanny, recibió la educación típica de la época, pero con un fuerte componente literario y artístico. La niña mostraba predilección por la lectura, dibujaba con estilo y, sobre todo, poseía talento para interpretar música al piano.
El acontecimiento que marcaría el rumbo existencial de Sanny se produjo en el año 1846, cuando contaba dieciséis años. Casi a mediados del mes de julio se festejó una boda en Württemberg: la del príncipe heredero Karl con la gran duquesa rusa Olga Nicolaevna, una de las cautivadoras hijas del zar Nicholas I. Entre los parientes de Olga que la habían acompañado hasta su nuevo país, figuraba uno de sus hermanos, el gran duque Constantin, de diecinueve años. Concluidas las celebraciones, Constantin viajó al vecino ducado de Altenburg para una "visita de cortesía" a los duques Joseph y Amelia: de inmediato, quedó absolutamente prendado de la preciosa Sanny. Las cartas de Constantín a Olga, ahora Olga de Württemberg, revelan la pasión que había prendido chispa en el mozo: se refería a Sanny en términos casi extáticos, denominándola "mi ángel", pero también "mi universo entero". No quedaba espacio para las dudas: deseaba casarse con ella lo antes posible.
Sin embargo, por muy enamorado que estuviese Constantin, e incluso a pesar de la romántica infatuación de Alexandra, había que tomarse las cosas con calma. La muchacha debería disponer de un "período de aprendizaje". En la corte rusa, los idiomas dominantes eran el alemán (a fin de cuentas, tanto la madre del zar como la esposa del zar habían empleado siempre el alemán) y el francés: en ese sentido, Sanny podría desenvolverse incluso aunque tardase en manejar con relativa fluidez el ruso. No obstante, tendría que abandonar la religión luterana de sus padres para adoptar la fe ortodoxa: no iba a convertirse sin antes recibir la preceptiva "catequesis".
Alexandra no emprendió viaje a San Petersburgo hasta finales de septiembre de 1847. Su solemne entrada en la gran capital de la que tanto se enorgullecían los Romanov desde la época de Pedro el Grande se produjo el 12 de octubre de 1847. Nunca olvidaría su primera impresión de la ciudad, que excedía ampliamente lo que hubiese visto hasta entonces, ni del Palacio de Invierno, cuyo esplendor la hizo comprender que estaba adentrándose en un mundo de extraordinaria opulencia. Hubo algo particularmente conmovedor en el instante de su llegada: los zares, que aguardaban expectantes a la novia de su segundo hijo varón, se quedaron pálidos y temblorosos al tenerla delante; la zarina prorrumpió en llanto, las lágrimas manaban incesantemente de sus ojos. Hubo que explicarle rápidamente a la azorada muchacha lo que sucedía: físicamente, recordaba mucho a la difunta gran duquesa Alexandra, Adini. De ahí la reacción, altamente emocional, de sus inminentes suegros hacia ella. Aprovecho la ocasión, por cierto, de incluir un precioso retrato de la fallecida Adini, porque queda claro que si Alexandra se asemejaba tanto a la que hubiera sido una de sus cuñadas de haber seguido con vida.
Al cabo de once meses, en septiembre de 1848, la boda tuvo lugar en la capilla del Palacio de Invierno. Sanny se había convertido previamente a la ortodoxia, pero conservando su nombre -Alexandra- y adoptando, como patronímico, el que correspondía según el nombre de su padre Joseph: Iosifovna. Constantin y Alexandra iniciaron su vida conyugal con los mejores auspicios: nadie en la corte ignoraba que estaban intensamente enamorados, pero, además, se había confirmado que formaban una pareja que podía congeniar porque compartían intereses y gustos. Los dos repartían el tiempo entre San Petersburgo (los zares les habían regalado el fabuloso Palacio de Mármol) y Strelna en el golfo de Finlandia; al cabo de un año, recibirían a modo de herencia de un tío de él Pavlovsk, un lugar de ensueño con el palacio rodeado de jardines y un fuerte que se había diseñado en tiempos del abuelo paterno de él encaramado sobre un lago. Luego, a la muerte de la zarina, también obtendrían la preciosa propiedad de Oreanda, en Crimea.
Constantino.
Constantino y Alejandra tuvieron seis hijos:
Nicolás Constantínovich (1850-1918).
Olga Constantínovna (1851-1926).
Vera Konstantínovna (1854-1912).
Constantino Konstantínovich (1858-1915).
Demetrio Constantínovich (1860-1919).
Venceslao Constantínovich (1862-1879).
Joseph y Amalia,( padres de Alejandra) con sus hijas Elisabeth y Enriete.
El enlace lo habían arreglado los padres de ambos, el duque soberano Friedrich de Saxe-Hildburghausen y el duque Ludwig de Württemberg. Por lo que concierne a Ludwig de Württemberg, organizar las nupcias de su hija Amalie representó una de sus últimas preocupaciones mundanas, pues se encontraba ya enfermo y fallecería, de hecho, al cabo de cinco meses
Su padre, Joseph de Saxe-Altenburg, había sido previamente Joseph de Saxe-Hildburghausen hasta que se produjo un reparto de herencia familiar en 1826. Formaba parte del nutrido conjunto de príncipes soberanos de una serie de ducados germánicos de reducido tamaño; en los años de juventud, se había distinguido luchando en las guerras napoleónicas que habían asolado todo el viejo continente, para, posteriormente, establecerse como un gobernante dispuesto a introducir ciertas reformas en su territorio hereditario pero dentro de una pauta notablemente conservadora.
En los primeros años de su vida conyugal, residieron en Hidburghausen y fueron una de las parejas más estables y armónicas de la época.
Los comentarios acerca de los atractivos de Alexandra de Saxe-Altenburg enseguida llegaron a oídos de un gran duque ruso: Constantin Nicolaevich. En 1846, Constantin tenía diecinueve años...y desde los cinco años, se le había preparado para que llegase a cumplir la ilusión de su padre, el zar, en el sentido de que debía convertirse a su momento en Gran Almirante de la flota de Todas las Rusias. El hombre elegido por el zar Nicholas para orientar a Constantin en aquella dirección fue el conde Fyodor Petrovich Litke, un tipo que aunaba en su persona extraordinarias cualidades "de la mente y del espíritu". Bajo la cuidadosa tutela de Litke, Constantin había crecido a medida que incrementaba su preparación, con un fuerte componente de ciencias navales, pero que añadía una profunda dimensión lingüística (el chico hablaba con pasmosa fluidez ruso, alemán, francés e inglés) y artística (le entusiasmaba la literatura, en especial los clásicos griegos empezando por Homero, pero también la música (tocaba admirablemente el cello). A los dieciséis años, Constantino ya era capitán de navío, viajando a bordo de la fragata "Ulyses" (muy apropiado para un enamorado de la "Odisea", desde luego) por el Golfo de Finlandia e incluso a través del Mediterráneo.
Constantino Nicolaievich y Alejandra de Sajonia Altemburgo.
Alejandra y su hijo Nicolás.
Alexandra Nicolaevna. (Adini)
Pero de octubre de 1847 a septiembre de 1848, Alexandra tuvo la oportunidad de amoldarse a su nuevo entorno, asimilar las pautas de la corte imperial, empaparse de tradiciones rusas y recibir un profundo adoctrinamiento que debía conducir a su bautizo en la ortodoxia. Su futura suegra, Alexandra, "Mouffy", no escatimaba en gentilezas ni mimos hacia esa nueva Alexandra que le recordaba a la malograda Adini. Pero Alexandra encontró soporte emocional también en otras dos mujeres de la familia imperial: la joven esposa del heredero al trono, María Alexandrovna, y una tía política de Constantin, la gran duquesa Elena Paulovna.
Al cabo de once meses, en septiembre de 1848, la boda tuvo lugar en la capilla del Palacio de Invierno. Sanny se había convertido previamente a la fe ortodoxia, pero conservando su nombre -Alexandra- y adoptando, como patronímico, el que correspondía según el nombre de su padre Joseph: Iosifovna. Alexandra lució un tradicional vestido de novia imperial, elaborado en pesado brocado de plata, revestido de abundante pedrería en el cuerpo y en los ruedos de las faldas, con el clásico manto orlado de armiño. Tampoco se cuestionó el hecho de que llevaría un completísimo aderezo de joyas que habían pertenecido a la zarina Catherine La Grande, abuela paterna del zar Nicholas y por tanto bisabuela de Constantin.
Constantin y Alexandra iniciaron su vida conyugal con los mejores auspicios: nadie en la corte ignoraba que estaban intensamente enamorados, pero, además, se había confirmado que formaban una pareja que podía congeniar porque compartían intereses y gustos. Los dos repartían el tiempo entre San Petersburgo (los zares les habían regalado el fabuloso Palacio de Mármol) y Strelna en el golfo de Finlandia; al cabo de un año, recibirían a modo de herencia de un tío de él Pavlovsk, un lugar de ensueño con el palacio rodeado de jardines y un fuerte que se había diseñado en tiempos del abuelo paterno de él encaramado sobre un lago. Luego, a la muerte de la zarina, también obtendrían la preciosa propiedad de Oreanda, en Crimea.
Retrato de Konstantin Nikolayevich, con fecha de 1851.
La duquesa Alejandra Iosifovna tuvo un interés particular en los terrenos de Strelna, y estableció una escuela gratuita de jardinería, donde impartió clases ella misma. Había también juegos educativos para los niños: un mástil de madera y trampolín de gimnasia, y la cabina de un trasplantado de fragatas de Konstantín.
Un año después de su matrimonio Konstantin heredó el palacio de Pavlovsk , situada 19 millas al sur de San Petersburgo, de su tío, el gran duque Miguel Pavlovich. El público fue admitido en el hermoso parque en un terreno. El Gran Ducado de la familia apoyó una impresionante sala de conciertos situada en la estación de Pavlovsk, que resultó ser popular entre las clases medias, y atrajo a nombres como Johann Strauss II , Franz Liszt y Hector Berlioz .
Alejandra en un acto benéfico.
Alexandra y Konstantin más tarde adquirió el palacio de Oreanda, ubicado en la guerra de Crimea, que había sido construido por la zarina Alejandra Feodorovna y dejó a su segundo hijo para su retiro.
En 1867, la hija mayor de Alejandra, Olga, se casó con el rey Jorge I de Grecia . Ella sólo tenía dieciséis años, y Konstantin se mostró reacio a que se casara tan joven. En julio de 1850, nació el primer hijo de Olga en el Palacio de Mármol y fue bautizado con el nombre de Nicholas en honor al Zar, su abuelo Constantino. El inicio de la familia de su hija coincidió con el inicio de la descomposición del matrimonio de Alexandra y Konstantín.
Para entonces, empezaba a producirse un distanciamiento entre Constantin y Sanny...
Cuando Constantin observaba a Sanny, le costaba reconocer en ella a aquella jovencita que le había enamorado en Altenburg allá por 1846. Tras casi veinte años, Sanny había cambiado. Ya no era una muchachita dispuesta a complacer en su patria adoptiva, Rusia. Se había convertido poco a poco en una mujer muy consciente de sí misma y de la posición extraordinaria que ocupaba. Le gustaba presentarse como la dama más refinada y elegante de la corte imperial. Durante una larga época, fue relativamente sencillo. La zarina María Alexandrovna, tan tímida y apocada, se limitaba a cumplir decorosamente su papel. La gran duquesa Alexandra Petrovna no prestaba la menor atención a su aspecto, sino que prefería centrar sus energías en mejorar la asistencia sanitaria y en obras caritativas. Olga Feodorovna brillaba con luz propia...en el remoto Cáucaso. De modo que Sanny tuvo ocasión de atraer la atención hacia su persona durante años. La situación sólo experimentaría un vuelco a raíz de las bodas de los hijos varones del zar Alexander II, con la llegada de Dagmar "Minny" de Dinamarca y de Marie Alexandrine "Miechen" de Mecklenburg-Schwerin.
Para triunfar y consolidar su triunfo, Sanny empezó a consagrar mucho tiempo a su imagen. En ese sentido, encontró una referencia en la emperatriz de Austria, Elisabeth. Elisabeth de Austria (Sissi) poseía tal belleza que el mundo entero se hacía lenguas a propósito de ella. Sanny copiaba los tratamientos de la soberana, desde las mezclas para mantener sedosa y lustrosa la cabellera, hasta los potingues para mejorar la tonicidad de la piel del rostro, pasando por los baños en aceite que nutrían el cuerpo. También copiaba los peinados y el estilo. Sobre todo, empezaría a copiar las poses, lo que originó no pocos cotilleos maliciosos en San Petersburgo.
Constantin no encontraba nada atrayente aquel repentino narcisismo de Sanny. Tampoco le gustaban los arrebatos de fantasía y misticismo de Sanny. Pero, por añadidura, salieron a la luz las divergencias políticas. Mientras que Constantin se ratificaba en su ferviente liberalismo, compartido con su hermano el zar Alexander, Sanny no ocultaba que era conservadora. A fín de cuentas, el liberalismo podía ser la ideología más peligrosa para una monarquía. Su padre, Joseph, había tenido que abdicar en Saxe-Altenburg por una sublevación de ribetes liberales. Y los liberales rusos solían reivindicar tantas reformas que, si se les diese gusto, se socavarían los cimientos de la tradicional estructura de poder.
A finales de la década de 1860, Constantino tuvo una aventura amorosa y concibió una hija ilegítima, Marie Condousso. En la década de 1880, Marie fue enviada a Grecia, después de servir como dama de compañía de su media hermana, la reina Olga. Marie finalmente se casó con un banquero griego.
Poco después del nacimiento de María, Constantino comenzó otra relación. Alrededor de 1868, comenzó a perseguir Anna Vasilievna Kuznetsova, una joven bailarina nacida en el Conservatorio de San Petersburgo. Ella era la hija ilegítima de la bailarina Tatiana Kuznetsova y actor Markyanovna Vasily Anna era veinte años más joven que Konstantin.
Su "concubina" ya vivía, magníficamente establecida, en una propiedad dentro del enorme recinto de Pavlosk. Es decir, Constantin había querido instalar a la mujer con la que estaba formando una segunda familia en el interior de la gran finca que rodeaba uno de sus palacios más importantes, lo que, de hecho, suponía una clamorosa humillación para Sanny. Coincidiendo con la caída en desgracia de Nikolai, Anna Kuznetsova había dado a luz a sus hijos mayores, Sergei y Marina. Una tercera criatura, Anna, había llegado al mundo cuando Vera Constantinovna aún se encontraba de luto riguroso por la muerte de su esposo Eugen de Württemberg. Y la aparición en escena del cuarto retoño de la bailarina, Izmail, se produjo coincidiendo en el tiempo con la muerte del benjamín de Sanny, Slava.
Alejandra Iosifovna.
Esto quiere decir, lisa y llanamente, que Sanny afrontaba las tragedias en el seno de la familia que había formado con Constantin mientras que éste se dedicaba a ir aumentando la familia paralela surgida de su relación con Anna. Y para Sanny, desde luego, constituía una terrible afrenta personal.
A fín de cuentas, Constantin tenía una nueva familia con la que consolarse por las desgracias que se habían abatido sobre su familia oficial. Pero Sanny estaba sola, teniendo que guardar una compostura y una dignidad públicas cuando nadie ignoraba lo que había sucedido a los Constantinovich.
En 1874, el escándalo estalló cuando se descubrió que el hijo mayor de Constantino, el gran duque Nikolai Konstantinovich , que había vivido una vida disipada y de ideas revolucionarias, había robado tres valiosos diamantes desde un icono en la habitación privada de Alexandra, ayudada por su amante , una actriz de teatro norteamericana. Oriunda de Filadelfia, se llamaba Harriet Blackford, pero se la conocía por el nombre artístico de Fanny Lear. El hijo de veinticuatro años de Alexandra fue declarado culpable, declarado demente, y desterrado de por vida a Asia Central .
Alexandra había tenido que arreglárselas para encajar dos fuertes reveses: la "insania" con posterior exilio interior de su primogénito Nikolai y el hecho de que la felicidad matrimonial de Vera se hubiese quebrado en apenas tres años, quedando esa hija viuda con dos niñas muy pequeñas a su cargo.
Pero Sanny, en Rusia, todavía tendría que lidiar con otro golpe, éste casi demoledor. El golpe vendría a través del menor de sus hijos, su indiscutible preferido: Vyacheslav, llamado Slava. Aquel niño "polaco" había sido muy especial desde el mismo instante de su nacimiento. Se convirtió en el objeto de los mimos de sus padres y hermanos mayores, algo que podría haberle convertido fácilmente en un mocoso engreído y caprichoso. Sin embargo, esto no ocurrió. Slava no sólo era muy guapo, sino que poseía un excelente carácter. Como el resto de los Constantinovich, era muy sensitivo y con innegable talento artístico (en su caso enfocado hacia el dibujo...); pero, además, añadía un fino humor, una nota de sutil ironía que le hacía destacar sobre el resto.
Sanny y su hijo Slava.
El día 20 de febrero de 1879, Slava se despertó sintiéndose mal. Se quejaba de que le dolía demasiado la cabeza y le costaba respirar. Rápidamente, se le metió en cama con uno de los sagrados iconos a los que tanto cariño tenía Sanny colocado debajo de la almohada para que le protegiese en el curso de aquella dolencia. Siguieron a eso siete días agónicos, con el muchacho padeciendo de una espantosa migraña que no había forma de aliviar o curar, rodeado de sus padres y hermanos. Un derrame cerebral mató a Slava el 27 de febrero.
Slava.
Solo cabe imaginar la enorme angustia de Sanny.La desaparición de Slava suponía una cuchillada en el centro de su corazón y en sus entrañas, pero, además, el resto de sus hijos estaban también muy afectados. Constantin, Kotusha, se mostraba devastado, recordando constantemente cómo su hermano Slava había tenido siempre una curiosa inclinación a plasmar en sus dibujos cortejos fúnebres y a bromear diciendo que, debido a su estatura, el día en que muriese su ataúd, demasiado grande, se atascaría en la puerta de salida desde el Palacio de Mármol. Ese tipo de recuerdos añadían pesadumbre al dolor, en una mezcla demoledora en el plano emocional. Dimitri, Mitia, también era incapaz de asumir que Slava hubiese dejado de existir. Poco consuelo podían ofrecerle a Sanny, porque ellos mismos eran inconsolables en esa época.
La Gran duquesa Alejandra Iosifovna con su hija, la reina Olga de Grecia , su mujer-line bisnieta, la princesa María de Suecia y mujeres línea-tatara-tatara-nieto, Lennart .
En junio de 1889, 18 años de edad de su nieta Alexandra, la princesa Alejandra de Grecia , regresó a Rusia para casarse con el gran duque Pablo , que era el hermano menor del zar Alejandro III . Hacia el final de las celebraciones de bodas, Constantino sufrió un derrame cerebral. Esto fue seguido en agosto de 1889 por un grave ataque de apoplejía que lo dejó incapaz de caminar y no podía articular una sola palabra inteligible, le dejó a merced de su mujer. Y se daba la circunstancia de que su mujer había acumulado en su interior mucha frustración, mucho resquemor y mucha amargura en las décadas precedentes. De repente, Sanny tenía el control de la situación, podía manejar a su antojo a su marido y tomarse la revancha sobre la amante de su marido.
Gran Duquesa Alexandra Iosifovna con sus cinco hijos mayores: Nicholas, Olga, Dimitri, Vera y Constantino.
Sanny preparó con cuidado el confinamiento de Constantin, en una de las alas del palacio de Pavlosk. Los encargados de atender a diario al gran duque sabían perfectamente que no podían conducir la silla de ruedas en la que permanecía cuando no estaba acostado fuera de la monumental residencia. Lógicamente, las visitas estaban cuidadosamente controladas por parte de Sanny, que ya se había encargado de quitarse de en medio a Anna y a las hijas de Anna. La familia Kniazev tenía prohibido, de repente, residir en su dacha de Pavlosk o en la dacha de Oreanda. Tratando de mantener cierto aire de dignidad, Anna se marchó con sus hijas a Dubeln, en la costa báltica.
El gran duque Constantin daba señales de querer ver a "su familia", es decir, a su querida Anna y a las dos hijas de ésta, a las cuales amaba tiernamente. Pero aunque sus ayudantes podían tener constancia de sus deseos, fingían que no se habían apercibido de nada. Según parece, desde la lejana Dubeln, Anna logró establecer algún contacto epistolar con el enfermo. Sin embargo, de ahí no podía pasar. Sanny había erigido una barrera infranqueable en torno a Constantin. Y, según relato posterior de uno de los nietos griegos de Sanny, la tensión acumulada acabó estallando cierto día en que la gran duquesa se aproximó al gran duque: éste agarró a su esposa de los pelos, con auténtica rabia, para, a continuación, descargar sobre ella varios golpes de bastón. Christos, el príncipe Christopher, difícilmente puede haber presenciado esa escena, pero es muy probable que la haya oído relatar a su madre o a alguno de sus tíos rusos.
Si realmente Constantin golpeó a Sanny hasta que los ayudantes de él pudieron salvar de aquel apuro a la mujer, tuvo que resultar una nueva clamorosa humillación desde el punto de vista de ella. Pero, por supuesto, incluso esa humillación clamorosa era menos clamorosa, y por tanto en cierto modo menos humillación, que las padecidas cuando el gran duque disfrutaba de independencia personal. Al fín y al cabo, Constantin habría asestado sus bastonazos a una Sanny que intentaba zafarse de él en privado, dentro de su residencia, ante la sola presencia de miembros de su servicio doméstico. Anteriormente, durante años, la relación de Constantin con Anna la había hecho sentirse objeto de burlescos y malévolos comentarios por parte de la sociedad, que era lo que más podía afectar a una dama tan orgullosa de su posición. En pocas palabras: lo que pasaba "en casa", se podía mantener en secreto. Lo que había sido público, era lo que la había hecho rebosar de amargura.
Constantino, Alejandra con Vera.
Tuvo Sanny algún atisbo de piedad hacia Constantino, Anna y las hijas de ésta? El asunto es dudoso. Existe una versión según la cual, al aproximarse a su agonía el gran duque, la gran duquesa, conmovida, mandó llamar a la familia Kniazev para que pudiesen despedirse del hombre que yacía a las puertas de la muerte. Pero las Kniazev comunicaron a sus descendientes otra versión. En ella, la última reunión con Constantin había discurrido clandestinamente por obra y gracia de un ayudante de cámara del gran duque que no quería llevar en su conciencia el no haber facilitado aquel encuentro entre éste y su familia paralela.
Constantino murió en enero de 1892.
Alexandra pintados por Franz Xaver Winterhalter.
Constantin Nicolaevich tocando el cello.
Alejandra Iosifovna y su hija Olga.
Olga a la derecha y Vera a la izquierda.
Los tres hijos varones menores de Sanny: Constantin "Kotusha", Dimitri "Mitia" y Vyacheslav "Slava".
Alexandra Iosfovna sanny al piano.
Retrato de la gran duquesa Alexandra Iosifovna con su vestido de boda.
María, hermana mayor de Alejandra.
Alejandra con sus hijas Olga y Tatiana.
Olga hija de Alexandra.
Alexandra y su hermana Ella
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