María Josepha de Baviera.

                                  Josefa de Baviera

Emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico, Reina consorte de Hungría y Bohemia, Reina de Galitzia y Lodomeria,Archiduquesa de Austria

María Josefa de Wittelsbach (Marie Josephe Antonie Walburga Felicitas Regula, Baviera, 30 de marzo de 1739 - Viena, 28 de mayo de 1767) fue una princesa alemana y luego emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico.

Era hija del Elector Carlos Alberto de Baviera y de su esposa la archiduquesa María Amelia de Austria, una de las hijas del emperador José I.

                     José II, su esposo, por Georg Decker.

El 23 de enero de 1765 se casó en Viena con su primo segundo, el emperador José II, hijo de la gran María Teresa; este matrimonio resultó un fracaso, pues José no terminaba de reponerse de la pérdida de su primera esposa Isabel de Parma, tras lo cual ignoró completamente a esta segunda consorte.

 

                  Tumba de María Josefa en la Cripta Imperial.

Una epidemia de viruela comenzó a asolar la ciudad de Viena en mayo de 1767 y la nueva emperatriz contrajo el terrible mal; su esposo no se dignó hacerle ninguna visita mientras duró su agonía y fue su tía y suegra María Teresa quien veló en su cabecera. Con esta cercanía María Teresa y su hija la archiduquesa María Isabel de Austria también contrajeron la enfermedad, pero lograron superarla y sólo conservaron las marcas en el rostro. María Josefa no corrió la misma suerte y falleció el 28 de mayo sin dejar sucesión, siendo enterrada en la Cripta Imperial de Viena (Kaisergruft).

 

                 Maximiliano III José de Baviera, su hermano.

Diez años después de que muriera Josefa en 1777, falleció sin hijos su hermano el Elector Maximiliano III José de Baviera, y al poco tiempo José II reclamó para Austria, como cuñado del difunto duque, la Baja Baviera y parte del Alto Palatinado, lo cual le fue concedido por el Príncipe elector Carlos Teodoro, motivo este que llevó a los príncipes perjudicados por la adjudicación a iniciar la Guerra de Sucesión bávara, que acabó con el Tratado de Teschen, según el cual Austria se comprometía a devolver casi íntegro el territorio ocupado.