Princesa Victoria, Princesa Real.
Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha
Casa Hohenzollern
Victoria Princesa Real - Winterhalter - Buckinghan Palace
Vicky, así la llamó siempre su familia, fue la primera de las hijas de la reina del Reino Unido, Victoria I y de su esposo el Príncipe Alberto. Nació el 21 de noviembre de 1840 en Londres y cuando todavía no contaba un mes de vida se le otorgó el titulo de Princesa.
Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha.(padre)
La reina Victoria (Madre)
Fue bautizada en el Salón del Trono del palacio de Buckingham el 10 de febrero de 1841 por William Howley, arzobispo de Canterbury, siendo sus padrinos su abuelo paterno, el duque Ernesto I de Sajonia-Coburgo-Gotha; su abuela materna, la duquesa de Kent; su tío abuelo materno y paterno a la vez, el rey Leopoldo I de Bélgica; sus tíos abuelos maternos, el duque de Sussex y la duquesa de Gloucester (ambos hijos del rey Jorge III), y su tía abuela política materna, la reina viuda del Reino Unido, Adelaida de Sajonia-Meiningen.
Al poco de su nacimiento su padre, el príncipe Alberto escribió un memorando sobre los deberes y las tareas a realizar por el personal que atendiera a sus hijos, Además, el barón Von Stockmar escribió también un documento sobre los principios que debían seguirse en la educación de los hijos de Victoria y Alberto.
Así pues, la educación de VicKy fue esmerada con solo un año y medio de vida, la princesa recibía clases de francés y antes de los cuatro empezó a hablar alemán. A partir de los seis años, Vicky tenía siete horas de clases, con tres horas de descanso, y su currículo incluía clases de geografía, aritmética historia. Al contrario que su hermano, cuyo plan de estudios era aún más riguroso, ella se convirtió en una alumna excelente, siempre ansiosa por aprender, pero lo que verdaderamente tuvo importancia para la princesa y lo que configuró su carácter fue el constante contacto con su padre.
Principe Alberto y Princesa Real
La reina Victoria intentó alejar todo lo que pudo a sus hijos de la vida en la corte. Por ello, la pareja real adquirió el castillo de Osborne, en la isla de Wight, que fue remodelado al estilo de una villa napolitana, según el proyecto diseñado por el propio príncipe consorte. Cerca del edificio principal, Alberto mandó construir un chalé de inspiración suiza con una pequeña cocina y un taller de carpintería. En este sitio los niños aprendieron a cocinar y a realizar trabajos manuales. Alberto desempeñó un papel importante y directo en la educación de sus hijos, pues seguía de cerca su progreso, les daba lecciones y pasaba mucho tiempo jugando con ellos.
En 1851 se inaugura la Gran Exposición de Londres que había promovido el príncipe Alberto y a visitarla acuden lo Príncipes herederos de Prusia acompañados de sus hijos. Esta será la primera vez que Vicky se encuentre con su futuro esposo, el príncipe Federico y a pesar de la diferencia de edad - ella tenía 11 años y él 19 - entre ellos surgirá una empatía especial.
Federico III de Alemania.(Esposo de Victoria de Sajonia)
Este era un matrimonio deseado por la reina Victoria así que, cuatro años después, Federico es invitado a Balmoral y el compromiso matrimonial es anunciado en 1856 aunque se puntualiza que el matrimonio no se celebrará hasta que Vicky cumpla los 17 años. El príncipe Alberto, que siempre deseó una Prusia liberal, consideró que estos dos años que faltaban para la boda de su hija debían ser bien aprovechados y puso gran empeño en educarla en la historia del país que le estaba destinado y en los principios liberales que él mismo profesaba. Intentaba con ello que Vicky fuera el instrumento a través del cual, Prusia se convertiría en una Monarquía Parlamentaria tomando ejemplo del Reino Unido.Aquellas ideas liberales habrían de proporcionarle a la princesa más de una amargura.
La primera de ellas vino con la celebración de su boda. El emperador consideraba que el matrimonio del príncipe debía celebrarse en Berlín pero, la reina Victoria se opuso y finalmente este se celebró en Londres en el palacio de St James.
Victoria, Princesa Real de Reino Unido, no fue bien recibida en la corte prusiana. Al espíritu antibritánico que imperaba en Berlín se unía el especial carácter de Vicky que consideraba a los Hohenzollern de inferior categoría a la suya propia, tal y como le había enseñado su padre.
Augusta de Sajonia-Weimar-Eisenach, suegra de Victoria.
Para pagar la dote de la princesa real, el parlamento británico le concedió una suma de 40 000 libras, así como otras 8000 anualmente. Mientras tanto, en Berlín, el rey Federico Guillermo IV le concedió a su sobrino una suma anual de solo 9000 táleros. La renta del heredero al trono de Prusia era insuficiente para mantener su posición y la de su prometida. Consta que, a lo largo de su matrimonio, Victoria costeó con su propio dinero gran parte de los gastos de la pareja.
No obstante, el lugar de la boda fue uno de los asuntos que levantó las mayores críticas y polémicas. Para los Hohenzollern, era natural que la boda del heredero al trono de Prusia se realizara en Berlín. Sin embargo, la reina Victoria insistió en casar a su hija mayor en su país, como finalmente sucedió. La unión entre Victoria y Federico se celebró el 25 de enero de 1858 en la capilla real del palacio de St. James en Londres.
Victoria luciendo su traje de novia.
Victoria y Federico, cuatro días después de su boda.
En un principio se asigno a los príncipes un ala de Palacio Real de Berlín pero, dadas las pésimas condiciones en que éste se encontraba se trasladaron al Palacio de Potsdam. Vicky inició desde su boda una correspondencia semanal con sus padres en las que informaba puntualmente de los acontecimientos políticos de su nueva patria. En esas cartas, la reina Victoria no solo se permitía criticar la política prusiana sino que además instaba a su hija a seguir considerándose una princesa inglesa y como tal a defender los intereses de Inglaterra. La antipatía hacía la princesa crecía día a día. Tampoco la relación con sus suegros fue buena y de todos era conocida la anglofobia de su suegra.
Un año después de la boda, el 27 de enero de 1859, Victoria dio a luz a su primer hijo, el futuro káiser Guillermo II de Alemania. El parto fue bastante complicado pues la criada responsable de alertar a los médicos sobre el inicio de las contracciones tardó en dar el aviso. Además, los ginecólogos dudaron en examinar a la princesa, que solo llevaba un camisón de franela. El bebé se encontraba en posición pélvica y la tardanza en el parto podía causar la muerte tanto de la princesa como de su hijo.
Finalmente, los médicos consiguieron salvar a la madre y al hijo, pero el niño sufrió una lesión en los nervios del plexo braquial, lo que le provocó una parálisis en el brazo izquierdo. Con el paso del tiempo, el miembro se desarrolló de forma anormal y, en la edad adulta, el brazo izquierdo del príncipe era 15 cm más corto que el derecho. También se especula que el parto laborioso provocó un cuadro de sufrimiento fetal, que privó al futuro emperador de oxígeno durante algunos minutos y le habría acarreado otras secuelas neurológicas.
Los médicos intentaron tranquilizar a Victoria y a Federico afirmándoles que el bebé se recuperaría totalmente de sus lesiones. Aun así, la pareja optó por no informar a la corte británica sobre la enfermedad de Guillermo. Sin embargo, con el paso de las semanas quedó claro que el brazo del niño no se recuperaría.
Tardaría semanas en comunicárselo a sus padres y según cuentan algunos de sus contemporáneos más cercanos, no por temor a causarles un dolor lógico sino porque se avergonzaba de haber traído al mundo a un hijo con una tara física. La princesa se empecinó en corregir la deformidad del niño. Se diseñaron una serie de "moldes" en hierro que se sujetaban al tronco con unos arneses, dentro de los cuales se insertaría el brazo dañado en un desesperado intento por fortalecerlo y enderezarlo: aquel artilugio causaba no sólo incomodidad, sino dolor en el pequeño. Como no bastaba, se recurrió asimismo a un completo e intenso programa de ejercicios físicos. Para Willie suponía un constante recordatorio de su "tara importante", a la vez que un suplicio. Su carácter absorvió esa situación traumática, haciéndole cada vez más tozudo e iracundo. Victoria no soportó nunca el defecto corporal de su hijo y en lugar de compasión anidó en ella un resentimiento difícil de entender que la indujo a tratarle siempre como si fuera inferior al resto de sus hijos que crecían sanos y hermosos. El futuro emperador de Alemania jamás olvidó ese trato y con el tiempo vendría la venganza
Por suerte para la princesa, el nacimiento de su segundo bebé, la princesa Carlota el 24 de julio de 1860, fue tranquilo y sin incidentes
Guillermo II de Alemania
Carlota de Prusia
Enrique de Prusia
Segismundo de Prusia
Victoria de Prusia
Valdemar de Prusia
Sofía de Prusia
Margarita de Prusia
Guillermo II de Alemania. Se casó con Augusta Victoria de Schleswig-Holstein y después con Herminia de Reuss-Greiz
Carlota de Prusia. Se casó con Bernardo III de Sajonia-Meiningen.
Enrique de Prusia. Se casó con Irene de Hesse-Darmstadt.
Segismundo de Prusia. Murió de meningitis a las dos años.
Victoria de Prusia.Se casó con Adolfo de Schaumburg-Lippe y posteriormente con Alexander Zoubkoff.
Waldemar de Prusia. Murió de difteria a los 11 años.
Sofía de Prusia. Se casó con Constantino I de Grecia.
Margarita de Prusia. Se casó con Federico Carlos de Hesse-Kassel.
En 1861 cuando ya el padre de Federico ha ascendido al trono como Guillermo I, se produce una gran crisis de estado que tendrá como consecuencia el nombramiento de Otto von Bismarck como primer ministro de Prusia. Este nombramiento supuso para Federico y Victoria el aislamiento total, quedaron relegados a un papel meramente representativo, no podían disponer de dinero ni de libertad. Las abiertas criticas de Federico hacía Bismarck enfurecían a los conservadores prusianos que acusaban a Victoria de ser la instigadora de la conducta de su esposo. Así pues, Prusia miraba cada vez con peores ojos a "la inglesa".
Sin embargo, el matrimonio de Vicky fue feliz. Los príncipes herederos tuvieron ocho hijos y tras 27 años de espera, Federico fue proclamado rey de Prusia y emperador de Alemania a la muerte de su nonagenario padre en marzo de 1888. El título de emperatriz consorte sólo le duró tres meses a Victoria ya que en junio moría su esposo.
En cuanto se anunció la muerte de Federico su hijo Guillermo, ya emperador, ordenó la ocupación de la residencia de sus padres por los soldados. Mandó registrar todos los aposentos en busca de documentos que pudieran ser comprometedores para su persona y para Alemania, pero según parece nada se encontró. Los documentos habían sido depositados ya en Inglaterra cuando los entonces príncipes herederos habían acudido al jubileo de la reina Victoria I.
Vicky abandona Potsdam para que se instale en él su hijo y con los 11 millones que según el historiador Emil Ludwig ha conseguido que se le otorguen como renta de emperatriz viuda se hace construir un castillo al que en honor a su esposo llamó Friedrichshof a pesar de que, tanto en su aspecto exterior como en su decoración interior, el castillo recordaba a una mansión inglesa. Allí Victoria consiguió reunir una pequeña corte de intelectuales liberales y pintores con los que criticaba abiertamente la política y el comportamiento autoritario de su hijo y allí siguió viviendo, cada vez más sola, tras el matrimonio de sus hijas. Guillermo II no le permitió la más mínima ocupación que tuviera algún carácter oficial, ni tan siquiera, la presidencia de la Cruz Roja que sabía que su madre ansiaba. Pequeñas venganzas de niño herido o, tal vez, autodefensa ante las críticas maternas.
A comienzos del año 1901 muere la reina de Inglaterra. Vicky, diagnosticada de cáncer de mama tres años antes, no puede acudir a los funerales. El cáncer se ha extendido y tiene metástasis en la columna que le produce terribles dolores y la mantiene postrada en la cama. Su hermano, el ya rey de Inglaterra Eduardo VII, acude a verla acompañado de F. Ponsonby en calidad de secretario particular y de sir Francis Laking, su médico personal. Aunque la visita tenía carácter privado, Guillermo II no se separó del lado de su tío y consiguió que los hermanos no estuvieran nunca solos a fin de que no intercambiaran confidencias que le pudieran ser perjudiciales a él y al imperio alemán. A pesar de la estrecha vigilancia a la que fue sometida Vicky, ésta había conseguido seguir manteniendo correspondencia con su madre gracias a la ayuda de algunos fieles criados, pero ahora, se imponía para la emperatriz viuda la necesidad de sacar todas esas cartas de su palacio para impedir que cayeran en manos del kaiser. Finalmente y gracias a Ponsonby que camufló los documentos entre su equipaje, las cartas fueron sacadas de Alemania.
Muchas preguntas surgen tras la lectura de las distintas biografías, unas inglesas, otras alemanas, que se han escrito sobre esta emperatriz. ¿Era su sentimiento de pertenecer a una raza superior tan fuerte como para llevarla a traicionar al país al que debía lealtad por matrimonio, tal como nos cuentan los alemanes ó era tan sólo su espíritu liberal lo que se violentaba ante un totalitarismo que no deseaba para su nueva patria? ¿Era tan dura y fría como para que ni siquiera aflorará en ella ese instinto materno que hace que cualquier madre proteja más al vástago más débil? ¿ Fue acaso este antagonismo con su hijo, esta falta de amor, lo que condicionó el carácter megalomanía y agresivo de Guillermo II? ¿ Fue ese carácter lo que condicionó la política exterior del Kaiser y el destino de Europa en los albores del siglo XX?
Victoria de Sajonia-Coburgo-Gotha murió en agosto de 1901.
Fue enterrada junto a su esposo en la Friedenskirche en Potsdam. En suelo alemán, para siempre.
Cuadro de familia 1880.
Reina Victoria y príncipe Alberto 1845
Victoria con su primogénito, futuro Guillermo II de Alemania.
Victoria y Alberto.
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