sábado, 5 de diciembre de 2015

Guillermo II de Alemania.

                Emperador de Alemania y rey de Prusia.

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                        Káiser Guillermo II del Imperio alemán.

Middle_imperial_coat_of_arms_of_Germany.svgGuillermo II de Alemania(apodado Willy en familia) nació en  Berlín,27 de enero de 1859,  fue el último emperador o káiser del Imperio alemán y el último rey de Prusia. Fue el hijo primogénito de Federico III y de la princesa del Reino Unido Victoria y gobernó entre 1888 y 1918.) 

El parto fue difícil, y como consecuencia de ello el bebé nació con una deformidad en el brazo izquierdo, que los médicos de la corte berlinesa intentaron corregir en vano. Esta deformación consistía en una hipotrofia relativamente leve aunque visible.Aún así, el pequeño aprendió a montar y a cazar con sólo su brazo derecho, y sobrevivió a la estricta disciplina y protocolo del palacio como si su deformidad no existiera.

Considerado un “tullido” incluso por su familia, el heredero tuvo que sufrir con estoicismo los varios intentos de su madre para corregirle su “defecto”. Por ejemplo, a la tierna edad de cinco años, los médicos le colocaron un arnés metálico desde la nuca hasta los talones de los pies, pero el único efecto que el armatoste tuvo fue el desviarle la cabeza ligeramente hacia un lado. Los médicos tuvieron entonces que cortarle un tendón en el cuello para “equilibrar” la apariencia del niño, que nunca se quejó. Al no poder utilizar su brazo izquierdo, el príncipe necesitaba en todo momento la atención de un sirviente que le ayudaba en todos los aspectos de la vida diaria, desde abrocharle los botones de su casaca y atarle los botines, hasta cortarle la carne en el plato.

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                     Victoria del Reino Unido, (madre)

El káiser tuvo una relación difícil con su madre, quien era fría y estricta con él, y se sentía en cierta manera culpable por la deformidad de su brazo, tratando en muchas ocasiones de corregirla a través de un riguroso régimen de ejercicio y dolorosos sistemas médicos. En 1908 sufrió problemas mentales y, en adelante, su posición tuvo menor peso en la toma de decisiones en Berlín.

Varios análisis recientes de documentos sobre su nacimiento, almacenados en los Archivos Imperiales alemanes, han sugerido que Guillermo II pudo también haber experimentado un trauma cerebral en su nacimiento. Los historiadores no han podido determinar si tal incapacidad mental pudo haber contribuido a su agresividad, testarudez y falta de tacto con las personas que lo rodeaban (notablemente su madre) y a la hora de afrontar problemas, lo cual era evidente tanto en su vida política y personal.

La relación de Guillermo II con los demás miembros de su familia era tan interesante como la que tenía con su madre. Veía a su padre con un profundo amor y respeto. La posición de su padre como héroe de las guerras de unificación fue responsable de la actitud del joven Guillermo, ya que en las circunstancias en las que fue criado, el contacto emocional cercano entre padre e hijo no era muy alentado. Más tarde, cuando estuvo en contacto con los opositores políticos de su padre, Guillermo II adoptó sentimientos ambivalentes hacia su padre, dada la notable influencia de su madre sobre una figura que debió haber sido de independencia masculina y de fuerza.

250px-FriedIII             Federico III de Alemania  (padre)                                     

Guillermo II también idolatraba a su abuelo, Guillermo I de Alemania, y posteriormente intentó implementar una cultura del primer emperador alemán como «Guillermo el Grande». Guillermo I murió en Berlín el 9 de marzo de 1888, y el padre del príncipe Guillermo fue proclamado emperador como Federico III de Alemania. Federico murió de cáncer de garganta, y el 15 de junio de ese mismo año, su hijo de 29 años lo sucedió como Emperador de Alemania y Rey de Prusia

Guillermo II tenía una personalidad compleja, brutal para algunos, manipulador excesivo para otros, en suma una personalidad que algunos historiadores han tildado de megalómana extrema, poco tolerante y avasallante. No por ello menos inteligente y vivaz, y se ha afirmado que con el tiempo y la experiencia adquirió astucia política y militar.

Un indicio de su personalidad agresiva está en su deporte preferido: la caza mayor en la cual Guillermo II se jactaba de haber matado a más de 1000 ciervos.

A la muerte de su padre, que sólo llegó a reinar durante 99 días, el 15 junio de 1888, Guillermo II conquistó el trono alemán. Sus condiciones como gobernante eran muy buenas ya que tenía una gran intuición para darse cuenta de la raíz de los problemas, y su formación intelectual era muy completa. Además, poseía grandes dotes de oratoria que le hicieron más de una vez exaltarse en sus discursos políticos y decir más de lo debido.

Se comprometió con la importancia de su misión y sentía firmemente que si Dios le había llevado a ganar la corona, también lo iluminaría para que pudiera seguir el camino correcto en el ejercicio de sus funciones como Káiser. Sin embargo, a pesar de estas excelentes cualidades, Guillermo II acusaba una cierta inmadurez y una clara tendencia a sobrestimar sus propios poderes, cuando ocupó el trono a los 29 años de edad. Aunque carecía de experiencia en el campo internacional, desde el comienzo de su reinado quiso mantener la autoridad monárquica en el interior de Alemania y en sus relaciones con el exterior. Para ello se propuso conservar el poderoso ejército de que disponía y crear una fuerte armada, no sólo para impedir que su país fuese atacado, sino para incrementar su prestigio entre las potencias extranjeras, siendo un emperador respetado por los forasteros. Esta es una de las causas por la cual Alemania tuvo un gran número de judíos sobre su territorio, Guillermo II respetaba al judaísmo.

A mediados de 1918, la Primera Guerra Mundial caminaba hacia su cuarto año de duración. A esas alturas del conflicto ya se apreciaba la imposibilidad de que Alemania ganase la guerra; un Consejo de la Corona, bajo la presidencia de Guillermo II, decidió iniciar las conversaciones de paz, pero se perdió mucho tiempo en tomar esta decisión. El apoyo hacia el Káiser se colapsó por completó en octubre-noviembre de 1918 en el ejército, en el gobierno civil, y en la opinión pública alemana.

El Kaiser se dio cuenta de la necesidad de un armisticio y no consideraba ya necesario que Alemania debiera desangrarse más por una causa perdida. Dada su escasa popularidad, el Presidente Wilson dejó claro que el Káiser no podría tomar parte en las negociaciones de paz. Para colmo de males, Guillermo II enfermó a cusa de la famosa epidemia de gripe de 1918, aunque sobrevivió.

El Kaiser se encontraba en el cuartel general del Ejército Imperial en Spa (Bélgica) a finales de 1918. El "Motín de Wilhemshaven", protagonizado por la Marina Imperial Alemana lo conmocionó profundamente.

Tras el estallido de la Revolución Alemana, Guillermo II no acababa de decidirse a abdicar. Hasta ese momento aún confiaba que, si era obligado a abandonar el trono alemán, aún tendría el control sobre el reino de Prusia, manteniendo su título. La irrealidad de este proyecto se reveló cuando, con el fin de preservar alguna forma de gobierno en tiempos de anarquía, la abdicación de Guillermo II como Emperador de Alemania y como rey de Prusia fue anunciada por el Canciller, el príncipe Max von Baden, el 9 de noviembre de 1918. De hecho, el mismo Príncipe fue obligado a renunciar más tarde, cuando quedó claro que sólo Friedrich Ebert, líder del SPD, podría ejercer un control efectivo sobre Alemania.

Guillermo II aceptó la abdicación tras conocer que el general Ludendorff había sido reemplazado por el general Wilhelm Groener. Éste último le informó que el ejército se retiraría bajo las órdenes de Hindenburg, pero que no lucharía para ayudar a Guillermo II a recuperar el trono. La monarquía había perdido a su último y más fuerte apoyo, y finalmente el mismo Hindenburg (que estaba a favor de la monarquía) fue obligado (con cierta vergüenza) a aconsejar al Emperador que presentara su abdicación.

Al día siguiente, el ex-emperador Guillermo II cruzó la frontera alemana en tren camino a su exilio en los Países Bajos, que se habían mantenido neutrales durante la guerra.

Tras la firma del Tratado de Versalles en 1919, el artículo 227 del mismo estipulaba la persecución legal contra Guillermo II "por haber cometido una ofensa suprema en contra de la moralidad internacional y la santidad de los tratados", pero la Reina Guillermina rehusó extraditarlo, a pesar de las apelaciones por parte de los Aliados. El emperador se asentó en Amerongen, y luego se le otorgó un pequeño castillo en la municipalidad de Doorn, que se convirtió en su hogar por el resto de su vida.

En 1922, Guillermo II publicó el primer volumen de sus memorias. En ellas afirmaba que él no era el culpable de haber desatado la Gran Guerra y defendía su conducta a lo largo de su reinado, especialmente en materias de política exterior. Durante los 20 años restantes de su vida, el envejecido emperador regularmente entretenía a sus huéspedes y se mantenía informado de los acontecimientos mundiales. Gran parte de su vida en el exilio la pasó cortando madera (un pasatiempo que descubrió desde que llegó a los Países Bajos).

Parece que su actitud hacia el Reino Unido y los británicos finalmente se tornó en este período en un tibio deseo de emular las costumbres británicas. Se dice que lo primero que Guillermo II pidió, tras de llegar a los Países Bajos, fue "una buena taza de té británico". No siendo capaz de volver a llamar a su barbero de la corte, y en parte debido a su deseo de disfrazar sus características físicas, Guillermo II se dejó crecer una barba completa, permitiendo así que su famoso bigote se inclinara hacia abajo.

A principios de la década de 1930, el ex-emperador aparentemente esperaba que la victoria del Partido Nazi estimularía el interés en Alemania por la restauración de la monarquía. Su segunda esposa, Hermine, pidió activamente al gobierno nazi beneficios para su esposo, pero el desprecio de Hitler por el hombre responsable de la peor derrota militar de Alemania hasta entonces, y sus propios deseos de poder absoluto, impidieron que el IIIº Reich aceptase cualquier idea de restablecimiento de la monarquía. Si bien había oficiales antiguos en la Wehrmatch que no desaprobaban la idea de restablecer una monarquía (con Guillermo II o alguno de sus descendientes), gran parte de los jerarcas nazis y de sus propias masas de simpatizantes rechazaba de plano el retorno de los Hohenzollern al poder, por lo que Hitler pronto descartó semejante idea.

Con el kaiser Guillermo II y sus hijos

A pesar de haber recibido a Hermann Göring en Doorn al menos en una ocasión, Guillermo II desconfiaba de las intenciones de Hitler, aunque admiraba enormemente el éxito que éste había logrado en los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial, e incluso envió al Führer un telegrama de felicitación después de la caída de París en 1940. También había asegurado en septiembre de 1939 a Hitler el apoyo leal de los miembros de la antigua Casa de Hohenzollern (entre ellos seis nietos del exemperador), que eran oficiales de la Wehrmacht. Sin embargo, tras la invasión nazi de los Países Bajos en mayo de ese mismo año, el anciano Guillermo II se retiró completamente de la vida pública.

A pesar de la ocupación alemana del territorio holandés, los líderes nazis tampoco realizaron entonces ningún acercamiento oficial al antiguo Kaiser.

Tiempo después de la ocupación, la admiración que sentía por el dictador alemán pronto se extinguió al enterarse de las persecuciones de judíos ocurridas tanto en las zonas ocupadas como en el territorio alemán. Se dice que el propio Guillermo llegó a decir: "Por primera vez, estoy avergonzado de ser alemán".

Guillermo II murió de embolia pulmonar en Doorn (Países Bajos) el 4 de junio de 1941, con soldados alemanes custodiando las puertas de su residencia al enterarse del fallecimiento del ex-emperador. Se dice que Hitler se disgustó porque Guillermo II tuviera una guardia de honor de tropas del IIIº Reich y al enterarse pensó seriamente en destituir y degradar al general de las fuerzas de ocupación que ordenó tal homenaje.

Guillermo II fue sepultado en un mausoleo en las tierras de Huis Doorn, que desde entonces se ha convertido en un lugar de peregrinaje de los monárquicos alemanes.

 

El mariscal Hindemburg (izqda.), el Kaiser Guillermo II (centro) y el general Ludendorff (dcha.) durante la Primera Guerra Mundial

El mariscal Hindemburg (izqda.), el Kaiser Guillermo II (centro) y el general Ludendorff (dcha.) durante la Primera Guerra Mundial.

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Busto de Guillermo II ante la que fue su residencia en el exilio en Doorn (Países Bajos)

En su juventud, Guillermo estuvo muy enamorado de una de sus primas  Elisabeth Louise Alice Alexandra de Hesse-Darmstadt  o futura Isabel Fiódorovna e intentó por todos los medios conquistarla sin éxito. El rechazo de Isabel se debió principalmente a los modales bruscos y poco atinados del entonces príncipe de Prusia. Nunca la olvidó. En su lugar, se casó con 22 años, el 27 de febrero de 1881, siendo Príncipe de Prusia, con la princesa Augusta Victoria de Schleswig-Holstein (1858-1921), con la que tuvo siete hijos.Doorn (Países Bajos)

 

             Guillermo II y su primera esposa Augusta Victoria.

Su madre era la princesa real Victoria del Reino Unido y su padre era el príncipe heredero Federico de Prusia futuro Federico III de Alemania. Nieto de la reina Victoria del Reino.  El 27 de febrero de 1881, Guillermo II, entonces Príncipe de Prusia, se casó con la princesa Augusta Victoria de Holstein-Sonderburg-Augustenburg  con la que tuvo siete hijos:

Rosa rojaGuillermo (Wilhelm (Guillermo))  Príncipe Heredero.

Rosa rojaEitel Federico (Eitel Friederich) (

Rosa rojaAdalberto (Adalbert) 

Rosa rojaAugusto Guillermo (August Wilhelm) 1887.

Rosa rojaÓscar (Oskar) 1888.

Rosa rojaJoaquín (Joachim) 1890.

Rosa rojaVictoria Luisa (Vitoria Luise) 1892.

Después de la muerte de Augusta Victoria, Guillermo II contrajo matrimonio con la princesa Herminia de Reuss-Greiz el 9 de noviembre de 1922. No tuvo descendencia de su segundo matrimonio.

 

Guillermo II y su madre, Vicky.

                         Guillermo II y su madre, Vicky.                

 

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             Guillermo II en el exilio junto a su hijo y nieto.

Guillermo II murió de embolia pulmonar en Doorn (Países Bajos) el 4 de junio de 1941, con soldados alemanes custodiando las puertas de su residencia al enterarse del fallecimiento del ex-emperador. Guillermo II fue sepultado en un mausoleo en las tierras de Huis Doorn, que desde entonces se han convertido en un lugar de peregrinaje de los monárquicos alemanes.

Se respetaron los deseos de Guillermo II de que sus restos nunca fueran devueltos a Alemania hasta que se restaurase la monarquía, y las autoridades nazis de ocupación permitieron que se realizara un pequeño funeral de tipo estrictamente militar, en tanto dicho acontecimiento no implicase que el Tercer Reich apoyaba la monarquía. Aun así no se respetó la petición de Guillermo II, de que la esvástica y otros símbolos nazis no se desplegaran en sus funerales.

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            Mausoleo de Guillermo II en Doorm (Pasíses Bajos).

Un paquete de cartas anónimas ha sacado a la luz un gran escándalo de orgías y duelos a muerte en la puritana corte del emperador Guillermo II de Alemania, que intervino personalmente para tratar de atajarlo.

«Escándalo en el pabellón de caza de Grunewald: masculinidad y honor en el imperio alemán» es el título del libro que acaba de publicar el historiador Wolfgang Wippermann, en el que revela con todo lujo de detalles el desarrollo de una fiesta de la nobleza que degeneró en una sonada orgía.

Un total de quince miembros de la corte del rey prusiano -9 de ellos hombres y 6 mujeres- participaron en el encuentro sexual una noche de enero de 1891 en el más antiguo palacio berlinés que se conserva, tras una jornada de caza en los bosques de Grunewald, según se desprende de las 246 cartas anónimas estudiadas por Wippermann.

Éstas revelan que en el selecto grupo figuraba la propia hermana mayor del emperador, pero también el maestro de ceremonias imperial, Leberecht von Kotze, y el príncipe Federico Carlos de Hesse, marido de otra de las hermanas del monarca, así como otros príncipes, duques y duquesas, condes y condesas, muchos amigos íntimos de Guillermo II.

El escándalo se extendió a lo largo de cinco años, el tiempo en el que fueron enviadas las cartas anónimas, muchas ilustradas con fotografías pornográficas en las que se recortaron las caras de sus protagonistas para ser sustituidas por los nombres de las personas que participaron en la orgía de sangre azul.

Las misivas revelan además la práctica de actos sexuales rechazados e incluso prohibidos por la ley en la estricta y puritana sociedad prusiana de la época, como las relaciones homosexuales entre hombres o mujeres o el adulterio.

Llamativas revelaciones

Descubiertos en el histórico y policial Archivo Secreto Prusiano, en el barrio berlinés de Dahlem, los anónimos revelan que Alide von Schrader, esposa del maestro de ceremonias, mantuvo en la cita prácticas lesbianas, mientras que el príncipe Aribert von Anhalt practicó sexo anal con otro de los invitados.

Las cartas se ceban especialmente con el conde de la familia Hohenzollern Friedrich von Hohenau, amigo íntimo del emperador, y su esposa Charlotte, el primero por su notoria homosexualidad y la segunda por acumular amantes como el que llegara a ser primer ministro del Reich Max von Baden, o Herbert von Bismark, hijo mayor del Canciller de Hierro.

Pero también con el cuñado del emperador Ernst Günther, famoso por sus visitas sistemáticas a los mas lujosos burdeles berlineses, al que en las misivas se cita por su apodo más famoso, el de Herzog Rammler», que traducido libremente vendría a ser en castellano el «duque fornicador».

Impulsado por el estricto código de honor y masculinidad que regía en la época, el escándalo, que llegó a trascender a la opinión pública, tuvo un final sangriento con la celebración de duelos a pistola con varios heridos, aunque con una sola muerte, en la búsqueda del autor de los anónimos.

Esta fue la del príncipe von Schrader, que fue abatido al amanecer por Leberecht von Kotze -ambos participantes en la orgía-, en un llamado duelo de barrera, en el que los contrincantes pueden dispararse sin cesar mientras caminan para encontrarse. Los distintos duelos consecuencia de la orgía fueron incluso fomentados por el propio emperador en su celo por la salvaguardia del honor prusiano, aunque el escándalo condujo poco después a que ese tipo de enfrentamientos entre nobles acabaran siendo prohibidos por ley por el Reichstag, el Parlamento germano.

Lo que el historiador Wippermann no ha podido desvelar con absoluta seguridad la autoría de los más de dos centenares de cartas anónimas, todas de la misma mano, que desencadenaron el escándalo. Wippermann sospecha, sin embargo, y espera que un estudio grafológico lo confirme, que la autora de las cartas fue Charlotte, la hermana mayor del emperador, quien se supone fue la organizadora de la cita y a quien su propia madre tachaba de «malvada».

 

 

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domingo, 29 de noviembre de 2015

Princesa Victoria, Princesa Real.


                     Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha
                                Casa Hohenzollern

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    Victoria Princesa Real - Winterhalter - Buckinghan Palace

Vicky, así la llamó siempre su familia, fue la primera de las hijas de la reina del Reino Unido, Victoria I y de su esposo el Príncipe Alberto. Nació el 21 de noviembre de 1840 en Londres y cuando todavía no contaba un mes de vida se le otorgó el titulo de Princesa.

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                 Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha.(padre)

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                                La reina Victoria (Madre)

Fue bautizada en el Salón del Trono del palacio de Buckingham el 10 de febrero de 1841 por William Howley, arzobispo de Canterbury, siendo sus padrinos su abuelo paterno, el duque Ernesto I de Sajonia-Coburgo-Gotha; su abuela materna, la duquesa de Kent; su tío abuelo materno y paterno a la vez, el rey Leopoldo I de Bélgica; sus tíos abuelos maternos, el duque de Sussex y la duquesa de Gloucester (ambos hijos del rey Jorge III), y su tía abuela política materna, la reina viuda del Reino Unido, Adelaida de Sajonia-Meiningen.

Al poco de su nacimiento su padre, el príncipe Alberto escribió un memorando sobre los deberes y las tareas a realizar por el personal que atendiera a sus hijos, Además, el barón Von Stockmar escribió también un documento sobre los principios que debían seguirse en la educación de los hijos de Victoria y Alberto.

Así pues, la educación de VicKy fue esmerada con solo un año y medio de vida, la princesa recibía clases de francés y antes de los cuatro empezó a hablar alemán. A partir de los seis años, Vicky tenía siete horas de clases, con tres horas de descanso, y su currículo incluía clases de geografía, aritmética historia. Al contrario que su hermano, cuyo plan de estudios era aún más riguroso, ella se convirtió en una alumna excelente, siempre ansiosa por aprender, pero lo que verdaderamente tuvo importancia para la princesa y lo que configuró su carácter fue el constante contacto con su padre.

                     Principe Alberto y Princesa Real

La reina Victoria intentó alejar todo lo que pudo a sus hijos de la vida en la corte. Por ello, la pareja real adquirió el castillo de Osborne, en la isla de Wight, que fue remodelado al estilo de una villa napolitana, según el proyecto diseñado por el propio príncipe consorte. Cerca del edificio principal, Alberto mandó construir un chalé de inspiración suiza con una pequeña cocina y un taller de carpintería. En este sitio los niños aprendieron a cocinar y a realizar trabajos manuales. Alberto desempeñó un papel importante y directo en la educación de sus hijos, pues seguía de cerca su progreso, les daba lecciones y pasaba mucho tiempo jugando con ellos.

En 1851 se inaugura la Gran Exposición de Londres que había promovido el príncipe Alberto y a visitarla acuden lo Príncipes herederos de Prusia acompañados de sus hijos. Esta será la primera vez que Vicky se encuentre con su futuro esposo, el príncipe Federico y a pesar de la diferencia de edad - ella tenía 11 años y él 19 - entre ellos surgirá una empatía especial.

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             Federico III de Alemania.(Esposo de Victoria de Sajonia)

Este era un matrimonio deseado por la reina Victoria así que, cuatro años después, Federico es invitado a Balmoral y el compromiso matrimonial es anunciado en 1856 aunque se puntualiza que el matrimonio no se celebrará hasta que Vicky cumpla los 17 años. El príncipe Alberto, que siempre deseó una Prusia liberal, consideró que estos dos años que faltaban para la boda de su hija debían ser bien aprovechados y puso gran empeño en educarla en la historia del país que le estaba destinado y en los principios liberales que él mismo profesaba. Intentaba con ello que Vicky fuera el instrumento a través del cual, Prusia se convertiría en una Monarquía Parlamentaria tomando ejemplo del Reino Unido.Aquellas ideas liberales habrían de proporcionarle a la princesa más de una amargura.

La primera de ellas vino con la celebración de su boda. El emperador consideraba que el matrimonio del príncipe debía celebrarse en Berlín pero, la reina Victoria se opuso y finalmente este se celebró en Londres en el palacio de St James.

Victoria, Princesa Real de Reino Unido, no fue bien recibida en la corte prusiana. Al espíritu antibritánico que imperaba en Berlín se unía el especial carácter de Vicky que consideraba a los Hohenzollern de inferior categoría a la suya propia, tal y como le había enseñado su padre.

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    Augusta de Sajonia-Weimar-Eisenach, suegra de Victoria.

Para pagar la dote de la princesa real, el parlamento británico le concedió una suma de 40 000 libras, así como otras 8000 anualmente. Mientras tanto, en Berlín, el rey Federico Guillermo IV le concedió a su sobrino una suma anual de solo 9000 táleros. La renta del heredero al trono de Prusia era insuficiente para mantener su posición y la de su prometida. Consta que, a lo largo de su matrimonio, Victoria costeó con su propio dinero gran parte de los gastos de la pareja.

No obstante, el lugar de la boda fue uno de los asuntos que levantó las mayores críticas y polémicas. Para los Hohenzollern, era natural que la boda del heredero al trono de Prusia se realizara en Berlín. Sin embargo, la reina Victoria insistió en casar a su hija mayor en su país, como finalmente sucedió. La unión entre Victoria y Federico se celebró el 25 de enero de 1858 en la capilla real del palacio de St. James en Londres.

Vicky luciendo su traje de novia.

                     Victoria luciendo su traje de novia.

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        Victoria y Federico, cuatro días después de su boda.

En un principio se asigno a los príncipes un ala de Palacio Real de Berlín pero, dadas las pésimas condiciones en que éste se encontraba se trasladaron al Palacio de Potsdam. Vicky inició desde su boda una correspondencia semanal con sus padres en las que informaba puntualmente de los acontecimientos políticos de su nueva patria. En esas cartas, la reina Victoria no solo se permitía criticar la política prusiana sino que además instaba a su hija a seguir considerándose una princesa inglesa y como tal a defender los intereses de Inglaterra. La antipatía hacía la princesa crecía día a día. Tampoco la relación con sus suegros fue buena y de todos era conocida la anglofobia de su suegra.

Un año después de la boda, el 27 de enero de 1859, Victoria dio a luz a su primer hijo, el futuro káiser Guillermo II de Alemania. El parto fue bastante complicado pues la criada responsable de alertar a los médicos sobre el inicio de las contracciones tardó en dar el aviso. Además, los ginecólogos dudaron en examinar a la princesa, que solo llevaba un camisón de franela. El bebé se encontraba en posición pélvica y la tardanza en el parto podía causar la muerte tanto de la princesa como de su hijo.

Finalmente, los médicos consiguieron salvar a la madre y al hijo, pero el niño sufrió una lesión en los nervios del plexo braquial, lo que le provocó una parálisis en el brazo izquierdo. Con el paso del tiempo, el miembro se desarrolló de forma anormal y, en la edad adulta, el brazo izquierdo del príncipe era 15 cm más corto que el derecho. También se especula que el parto laborioso provocó un cuadro de sufrimiento fetal, que privó al futuro emperador de oxígeno durante algunos minutos y le habría acarreado otras secuelas neurológicas.

Los médicos intentaron tranquilizar a Victoria y a Federico afirmándoles que el bebé se recuperaría totalmente de sus lesiones. Aun así, la pareja optó por no informar a la corte británica sobre la enfermedad de Guillermo. Sin embargo, con el paso de las semanas quedó claro que el brazo del niño no se recuperaría.

Tardaría semanas en comunicárselo a sus padres y según cuentan algunos de sus contemporáneos más cercanos, no por temor a causarles un dolor lógico sino porque se avergonzaba de haber traído al mundo a un hijo con una tara física. La princesa se empecinó en corregir la deformidad del niño. Se diseñaron una serie de "moldes" en hierro que se sujetaban al tronco con unos arneses, dentro de los cuales se insertaría el brazo dañado en un desesperado intento por fortalecerlo y enderezarlo: aquel artilugio causaba no sólo incomodidad, sino dolor en el pequeño. Como no bastaba, se recurrió asimismo a un completo e intenso programa de ejercicios físicos. Para Willie suponía un constante recordatorio de su "tara importante", a la vez que un suplicio. Su carácter absorvió esa situación traumática, haciéndole cada vez más tozudo e iracundo. Victoria no soportó nunca el defecto corporal de su hijo y en lugar de compasión anidó en ella un resentimiento difícil de entender que la indujo a tratarle siempre como si fuera inferior al resto de sus hijos que crecían sanos y hermosos. El futuro emperador de Alemania jamás olvidó ese trato y con el tiempo vendría la venganza

Por suerte para la princesa, el nacimiento de su segundo bebé, la princesa Carlota el 24 de julio de 1860, fue tranquilo y sin incidentes


Rosa rojaGuillermo II de Alemania
Rosa rojaCarlota de Prusia
Rosa rojaEnrique de Prusia
Rosa rojaSegismundo de Prusia
Rosa rojaVictoria de Prusia
Rosa rojaValdemar de Prusia
Rosa rojaSofía de Prusia
Rosa rojaMargarita de Prusia

 

Guillermo II de Alemania

            Guillermo II de Alemania. Se casó con Augusta Victoria de Schleswig-Holstein y después con Herminia de Reuss-Greiz

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Carlota de Prusia. Se casó con Bernardo III de Sajonia-Meiningen.

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Enrique de Prusia. Se casó con Irene de Hesse-Darmstadt.

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Segismundo de Prusia. Murió de meningitis a las dos años.

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Victoria de Prusia.Se casó con Adolfo de Schaumburg-Lippe y posteriormente con Alexander Zoubkoff.

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         Waldemar de Prusia. Murió de difteria a los 11 años.

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      Sofía de Prusia. Se casó con Constantino I de Grecia.

Margit_of_Prussia

                Margarita de Prusia. Se casó con Federico Carlos de Hesse-Kassel.

En 1861 cuando ya el padre de Federico ha ascendido al trono como Guillermo I, se produce una gran crisis de estado que tendrá como consecuencia el nombramiento de Otto von Bismarck como primer ministro de Prusia. Este nombramiento supuso para Federico y Victoria el aislamiento total, quedaron relegados a un papel meramente representativo, no podían disponer de dinero ni de libertad. Las abiertas criticas de Federico hacía Bismarck enfurecían a los conservadores prusianos que acusaban a Victoria de ser la instigadora de la conducta de su esposo. Así pues, Prusia miraba cada vez con peores ojos a "la inglesa".

Sin embargo, el matrimonio de Vicky fue feliz. Los príncipes herederos tuvieron ocho hijos y tras 27 años de espera, Federico fue proclamado rey de Prusia y emperador de Alemania a la muerte de su nonagenario padre en marzo de 1888. El título de emperatriz consorte sólo le duró tres meses a Victoria ya que en junio moría su esposo.

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En cuanto se anunció la muerte de Federico su hijo Guillermo, ya emperador, ordenó la ocupación de la residencia de sus padres por los soldados. Mandó registrar todos los aposentos en busca de documentos que pudieran ser comprometedores para su persona y para Alemania, pero según parece nada se encontró. Los documentos habían sido depositados ya en Inglaterra cuando los entonces príncipes herederos habían acudido al jubileo de la reina Victoria I.

Vicky abandona Potsdam para que se instale en él su hijo y con los 11 millones que según el historiador Emil Ludwig ha conseguido que se le otorguen como renta de emperatriz viuda se hace construir un castillo al que en honor a su esposo llamó Friedrichshof a pesar de que, tanto en su aspecto exterior como en su decoración interior, el castillo recordaba a una mansión inglesa. Allí Victoria consiguió reunir una pequeña corte de intelectuales liberales y pintores con los que criticaba abiertamente la política y el comportamiento autoritario de su hijo y allí siguió viviendo,  cada vez más sola, tras el matrimonio de sus hijas. Guillermo II no le permitió la más mínima ocupación que tuviera algún carácter oficial, ni tan siquiera, la presidencia de la Cruz Roja que sabía que su madre ansiaba. Pequeñas venganzas de niño herido o, tal vez, autodefensa ante las críticas maternas.

A comienzos del año 1901 muere la reina de Inglaterra. Vicky, diagnosticada de cáncer de mama tres años antes, no puede acudir a los funerales. El cáncer se ha extendido y tiene metástasis en la columna que le produce terribles dolores y la mantiene postrada en la cama. Su hermano, el ya rey de Inglaterra Eduardo VII, acude a verla acompañado de F. Ponsonby en calidad de secretario particular y de sir Francis Laking, su médico personal. Aunque la visita tenía carácter privado, Guillermo II no se separó del lado de su tío y consiguió que los hermanos no estuvieran nunca solos a fin de que no intercambiaran confidencias que le pudieran ser perjudiciales a él y al imperio alemán. A pesar de la estrecha vigilancia a la que fue sometida Vicky, ésta había conseguido seguir manteniendo correspondencia con su madre gracias a la ayuda de algunos fieles criados, pero ahora, se imponía para la emperatriz viuda la necesidad de sacar todas esas cartas de su palacio para impedir que cayeran en manos del kaiser. Finalmente y gracias a Ponsonby que camufló los documentos entre su equipaje, las cartas fueron sacadas de Alemania.

Muchas preguntas surgen tras la lectura de las distintas biografías, unas inglesas, otras alemanas, que se han escrito sobre esta emperatriz. ¿Era su sentimiento de pertenecer a una raza superior tan fuerte como para llevarla a traicionar al país al que debía lealtad por matrimonio, tal como nos cuentan los alemanes ó era tan sólo su espíritu liberal lo que se violentaba ante un totalitarismo que no deseaba para su nueva patria? ¿Era tan dura y fría como para que ni siquiera aflorará en ella ese instinto materno que hace que cualquier madre proteja más al vástago más débil? ¿ Fue acaso este antagonismo con su hijo, esta falta de amor, lo que condicionó el carácter megalomanía y agresivo de Guillermo II? ¿ Fue ese carácter lo que condicionó la política exterior del Kaiser y el destino de Europa en los albores del siglo XX?

Victoria de Sajonia-Coburgo-Gotha murió en agosto de 1901.

Fue enterrada junto a su esposo en la Friedenskirche en Potsdam. En suelo alemán, para siempre.

Cuadro de familia 1880

                       Cuadro de familia 1880.

Reina Victoria y Principe Alberto 1845 Winterhalter

                    Reina Victoria y príncipe Alberto 1845

Vicky con su primogenito, futuro Guillermo II de Alemania

Victoria con su primogénito, futuro Guillermo II de Alemania.

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                            Victoria y Alberto.

 

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sábado, 28 de noviembre de 2015

Carlos I de Portugal.

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Coat_of_Arms_of_the_Kingdom_of_Portugal_(1640-1910)Carlos I de Portugal bautizado con los nombres de Carlos Fernando Luis María Víctor Miguel Rafael Gabriel Gonzaga Javier Francisco de Asís José Simón de Braganza Saboya Borbón y Sajonia-Coburgo-Gotha. Fue el penúltimo rey de Portugal. Era hijo del rey Luis I de Portugal y la princesa María Pía de Saboya, hija de Víctor Manuel II, rey de Italia.
Nació en Lisboa 28 de septiembre de 1863, falleció 1de febrero de 1808.
Subió al trono el 10 de octubre de 1889, con 26 años de edad. Fue apodado el diplomático (debido a las múltiples visitas que hizo a Madrid, París y Londres, contestadas con las visitas a Lisboa de los reyes Alfonso XIII, Eduardo VII, del káiser Guillermo II  y el presidente de la República Francesa Émile Loubet), también fue llamado el mártir (al haber muerto asesinado), y el Oceanógrafo (por su pasión por la oceanografía, compartida con su padre y el príncipe Alberto I de Mónaco, amigo personal del rey).
Hombre inteligente según sus contemporáneos pero también propenso a la extravagancia según ellos mismos, las políticas erráticas, despilfarros, y amoríos extramaritales de Carlos sellaron el destino de la monarquía portuguesa, siendo que el grave debilitamiento de la posición política de Portugal en Europa también redujo su popularidad. Los tratados coloniales con el Reino Unido como resultado del "conflicto del mapa rosado" (uno firmado en agosto de 1890 que definió sus fronteras africanas a lo largo del Zambeza y el Congo y otros firmados el 14 de octubre de 1899 que confirmaban los tratados coloniales del siglo XVII) estabilizaron la situación política de los imperios coloniales europeos en África, aunque generaron un amargo resentimiento en Portugal por las grandes concesiones reconocidas al Reino Unido y el nulo apoyo recibido de otras potencias europeas (como Alemania) para contrarrestar las presiones británicas.
Domésticamente, Portugal fue declarado en bancarrota dos veces debido a que el tamaño de la deuda pública superaba las riquezas nacionales - el 14 de junio de 1892, y nuevamente el 10 de mayo de 1902 - causando disturbios industriales, antagonismo con socialistas y republicanos y la crítica de la prensa contra la monarquía. El sistema electoral portugués, a semejanza del practicado en España, otorgaba preeminencia a dos partidos políticos: regeneradores y progresistas, que se turnaban en el poder mientras el derecho a voto era reducido a varones alfabetizados y con cierta renta mínima, lo cual generaba conflictos con dos nuevos grupos políticos: republicanos y socialistas.
La fuerte humillación resultante del ultimátum británico de 1890 y el descontento con el régimen político auspiciado por la monarquía causaron turbulencia política en Portugal durante los primeros años del siglo XX. El rey Carlos respondió al nombrar a João Franco como primer ministro y subsecuentemente aceptando la disolución del Parlamento, transformando el régimen en una virtual dictadura apoyada por el rey, que sólo aumentó el rechazo de los republicanos.
Este apoyo a una dictadura no era bien visto ni siquiera por las personas más próximas al rey como la reina madre María Pía, la reina Amalia, el príncipe heredero Luis Felipe de Braganza, y el infante Alfonso, hermano menor del rey. No obstante, Franco era defendido por el secretario particular del rey. La inquietud política hacía que la animosidad personal contra la Casa de Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha creciera masivamente.
A pesar de la controversia, existía un objetivo preciso que el mismo rey afirma en una misiva a su amigo, Alberto I de Mónaco en febrero de 1907:
Considerando que las cosas aquí no iban bien, y viendo los ejemplos de toda la Europa, donde tampoco van mejor, decidí hacer una revolución completa en todos los procedimientos del gobierno de aquí, una revolución desde arriba, creando un gobierno de libertad y de honestidad, con ideas modernas, para que no me hagan una revolución desde abajo, lo que supondría la ruina a mi país.
En esa misma carta, el rey habla de sus miedos, que se harían realidad tras su muerte:
Hasta ahora, he tenido éxito, y todo va bien, incluso mejor de lo que creía posible. Pero para eso, necesito estar constantemente en guardia y no puedo abandonar el mando ni un minuto, porque conozco mi mundo y si la idea de continuidad se perdiera por falta de dirección, todo volvería inmediatamente para atrás, y entonces sería peor que al principio.
El 1 de febrero de 1908, la familia real regresaba del palacio de Vila Viçosa a Lisboa. Viajaban en coche hacia Almada y a continuación tomaron un barco para cruzar el río Tajo y desembarcaron en Cais do Sodré, en el centro de Lisboa. En su camino hacia el palacio real, el carruaje con Carlos I y su familia pasó por la avenida del Terreiro do Paço. Mientras cruzaban la plaza, fueron disparados varios tiros desde la multitud por al menos dos hombres: Alfredo Costa y Manuel Buiça. El rey murió inmediatamente, su heredero Luis Felipe fue mortalmente herido, y el príncipe Manuel fue alcanzado en un brazo. Los asesinos fueron muertos a tiros en el lugar por guardaespaldas y posteriormente reconocidos como miembros del Partido Republicano. Aproximadamente veinte minutos después, el príncipe Luis Felipe murió y días más tarde su hermano menor, Manuel fue proclamado rey de Portugal, el último de la dinastía de los Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha.
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Carlos se casó con la princesa Amélie de Orléans en 1886. Ella era hija de Philippe, conde de París y de Marie Isabelle d'Orléans. Sus hijos fueron:
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Rosa rojaLuis Felipe María Carlos Amélio Fernando Víctor Manuel Antonio Lourenço Miguel Rafael Gabriel Gonzaga Xavier Francisco de Asís Bento de Sajonia-Coburgo-Gotha y Braganza.
Rosa rojaMaría Ana de Braganza que falleció el mismo día que nació.
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Rosa rojaManuel María Felipe Carlos Amélio Luis Miguel Rafael Gabriel Gonzaga Francisco de Asís Eugenio de Sajonia-Coburgo-Gotha y Braganza.
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Después de la muerte del último rey, Manuel II de Portugal, María Pía de Sajonia-Coburgo-Gotha y Braganza alegó ser la hija bastarda legitimada del rey Carlos I (habiendo sido su madre la brasileña María Amélia Laredó y Murça), reivindicando los títulos de Princesa Real de Portugal y de Duquesa de Braganza, aunque muy contestada como miembro de la Casa de Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha. María Pía de Sajonia-Coburgo-Gotha y Braganza.
Nació 13 de marzo de 1907  6 de mayo de 1995.

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https://youtu.be/vLN1rLKh85o
 
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