* La reina Rania de Jordania.
Rania de Jordania se convirtió, el 10 de junio de 1993, en la Reina más joven del mundo y en mi opinión en la más elegante también.
La Reina junto a su esposo, el Rey Abdalá, y sus tres hijos, el príncipe Hussein, de ocho años, y las princesas Iman, de seis, y Salma, de dos.
Rania Al-Yassin nació en Kuwait el 31 de agosto de 1970 de padres palestinos de Tulkarm. Asistió a las escuelas primaria y secundaria New English School en Kuwait. Después obtuvo un grado en Administración de la American University en El Cairo. Luego de su graduación en 1991, trabajó en Citigroup y para la compañía Apple en la capital egipcia. También obtuvo un Diploma de Estudios Avanzados de la Universidad de Ginebra en Suiza.
Conoció al Rey Abdullah bin Al-Hussein, entonces Príncipe, en una fiesta en enero de 1993. Dos meses más tarde anunciaron su relación y el 10 de junio de 1993 se casaron. Han tenido cuatro hijos: Hussein (28 de junio de 1994), Iman (27 de septiembre de 1996), Salma (26 de septiembre de 2000) y Hashem (30 de enero de 2005).
Aunque su esposo se convirtió en rey el 7 de febrero de 1999, Rania no se convirtió en reina inmediatamente. Fue proclamada reina por su esposo el 22 de marzo del mismo año. Sin esa proclamación, habría ostentado el título de princesa consorte, al igual que su suegra, Princesa Muna Al-Hussein.
Rania es una defensora de los derechos de las mujeres. Recibió el rango honorario de coronel de la Fuerzas Armadas Jordanas de su esposo el 9 de junio de 2004. En 2005 fue nombrada la tercera mujer más bella del mundo por la revista Harpers and Queen (que desde noviembre de 2005 es conocida como Harper's Bazaar). Además, fue la reina más joven del mundo en el momento en que su esposo fue coronado.
Rania de Jordania ha realizado muchas apariciones públicas, incluyendo su entrevista para la televisión en el programa de Oprah Winfrey el 17 de mayo de 2006, donde habló sobre las ideas equivocadas sobre el Islam y el rol de la mujer en esa religión. En mayo de 2000 fue nombrada miembro honorario de la clase del 2000 de la Academia Deerfield, la Universidad en la que estudió su esposo. También se encuentra en la lista de las 100 mujeres más poderosas del mundo según Forbes.
A Rania se le aplaude haber logrado encontrar un delicado equilibrio entre la distinción y lo chic, entre lo tradicional y lo moderno. Dicen que manda a adaptar sus trajes típicos con detalles característicos de la moda occidental. Pero como toda mujer que se precie de ser moderna, es vanguardista y arriesgada.
Esta mujer emprendedora se ha convertido en la mejor embajadora de las mujeres del mundo árabe. Con una excepcional valentía, ligada siempre a una gran inteligencia, la reina hachemita ha sacado en los foros internacionales algunos temas tabúes en su país, tales como la explotación infantil o la situación de la mujer.
Su espíritu solidario que la hace presidir organizaciones benéficas como la Fundación Río de Jordania (fundada por ella en 1995 para ayudar a los más desfavorecidos de su país) o la Sociedad Jordana de Donación de Órganos- ha sido alabada en los más diversos foros internacionales. Porque sabe que en cada una de sus actuaciones, como cuando habló para el pueblo estadounidense tras los atentados del 11 de septiembre, miles de ojos están posados en ella. Y su imagen externa, de una exquisita elegancia, no es más que la exteriorización del tesoro que guarda dentro: inteligencia y gran corazón.
Rania de Jordania luce el mismo vestido de su coronación en su décimo aniversario de su llegada al trono.
Como si no hubiesen pasado los años, se enfundó el mismo traje, talla 36 española, que hace diez años en la ceremonia de su entronización
Es poco frecuente que Rania de Jordania aparezca con el mismo traje. Estos días, ha querido sumarse a la filosofía del reciclaje en el vestuario y lo ha hecho con intención: significar la importancia de una fecha. Lució el mismo vestido de su coronación para conmemorar el décimo aniversario de su llegada al trono. Una magna ocasión que cosechó las felicitaciones de dirigentes internacionales, como el Rey de España, y las de miles de jordanos que se congregaron en las calles de la capital para encontrarse con los soberanos durante su trayecto en un coche descapotable al Estadio de Ammán, donde se celebraban los actos conmemorativos. Sus hijos, el príncipe Hussein, de catorce años; la princesa Imán, de trece; la princesa Salma, de siete, y el príncipe Hachem, de cuatro, y demás familiares no faltaron a la ceremonia.
La reina Rania de Jordania adora Samsara.
Abdala II de Jordania nombra a su primogénito como heredero al trono Hachemí.
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